Caballero Oscuro

I

-No te haces joven Roger...- Se burló Hood. Robin Hood, soldado negro, capitán del destacamento de protección de la reina malvada.

El hombre mayor llamado Roger miro al prepotente rubio con asco. Todos en el reino negro lo hacían, ese hombre era todo de lo que habían huido, no entendían como la reina lo dejaba acampar a sus anchas en el reino. El hombre sacudió sus pensamientos, todos ellos sabían que la reina no tenía la culpa, no había encontrado pruebas de las acusaciones que ellos hacían en contra del rubio. Pues le bandido sabia como borrar sus huellas, o eso les había dicho un soldado negro cansado de verlos intentar conseguir justicia, solo para que un asesino se metiera en sus casas de noche y los matara.

Roger, se levantó del suelo, donde lo había tira un caballo sin domar embravecido. Al levantar su vista, cuando recupero el aliento, se encontró con la visión de las tres reinas oscuras, seguidas de sus generales y la princesa Zelena, la hermana de la reina malvada. Todas ellas se encontraban en el palco real. Morgana LeFay, reina de camelot, la bruja máspoderosa del reino de camelot, acompañada por su general, Sam o Reing la destructora de mundos, como era conocida la castaña. Malefica Moor, La fénix oscura y el hada más poderosa del páramo asi como su líder y defensora, a su lado Helia, su general de más confianza. Del reino oscuro, Regina Mills, conocida como la reina malvada, una poderosa bruja, una de las mejores brujas de hecho, solo la magia de Morgana rivaliza con la de ella, a su lado su hermana Zelena Mills, la bruja mala del oeste, conocida asi en el lejano reino de oz, Princesa del reino oscuro para este. La general del reino oscuro, Mulan, una mujer de carácter y voluntad de hierro que supo ganarse el respeto de Regina, su general de más confianza y su mano derecha en asuntos de defensa y guerra. Luego dos soldados negros como escoltas personales de la Princesa Zelena.

La alianza con la que gozaban los tres reinos oscuros, Camelot, el reino negro y el páramo, los haba beneficiado a todos de gran manera, comodidad, paz y tranquilidad se vivían en estos días de guerras. Los humanos de los reinos de camelot y el reino negro sabían que las hadas detestaban a los humanos, por esa razón evitaban ir al paramo u ofenderlas. Las hadas por su parte, sabían que los humanos de los otros reinos oscuros no tenían la culpa de lo que les paso, y al ver como las respetaban, les concedieron el mismo respeto y tolerancia. Pero todos lo hacían más por sus reinas, quienes estaban, por lo menos para ellos abiertamente enamoradas entre sí. No era un secreto, todos lo sabían, pero ellas nunca confirmaron nada, más allá de la alianza y ellos respetaban sus deseos, no como cierto rubio que había intentado más de una vez, metérsele por los ojos a Regina. De los 9 meses que Hood y su banda llevan en el reino, 3 habían bastado para dejarlos ver como realmente son, mercenarios sin escrúpulos.

Si los soldados negros hicieran esas cosas, violar, torturar, matar y robar a inocentes y niños, su reina los colgaría del pene en el árbol más alto que encontrara para ser comidos por los buitres. Pero la reina no se había enterado delas barbaridades que Hood había hecho. Eso era una mentira, Regina lo sabía todo, pero no tenía pruebas y las pocas supervivientes no querían denunciarlo, asi que tenía las manos atadas, pero no inmóviles. Las tres reinas miraban al viejo domador en el suelo...

-Deberías conseguirte otro domador, y que sea joven...-Algo de burla se apreciaba en el tono de voz de Maléfica, pero aún estaba preocupada por Regina. Fusiló con la mirada a robin que parecía querer comerse a Regina con la mirada y este al sentir la mirada oscura de odio del hada se encogió en su sitio de miedo.- Dese matar a ese desgraciado...- Siseo con evidente mal humor.

-Cuando quieras te ayudo querida...- Morgana respondió en el mismo tono y con posesividad. Ese hombre soñaba con tener a su Reina, ese solo pensamiento le hacía hervir la sangre.

Las generales y Zelena, asi como sus dos guardias personales sonrieron al oírlas. No eran las únicas que se guardaban su odio contra el rubio.

-Calma queridas, no hará falta que se ensucien las manos.- casi todas miraron a Regina curiosas.- Por lo visto cumpliste con lo que te pedí Mulan.