《Enredos》

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Era un gran alivio para el peli azul el saber que Laura no era la del embarazo, pero la rubia parecía desconcertada, ella sabía que esto provocaría habladurías, no tendría otro remedio que hacer a Lady Rastha la concubina oficial de Sovieshu, ya era bastante malo que el primer hijo del emperador no fuera concebido por la emperatriz.

Al ver que la emperatriz se encontraba indispuesta por la noticia Mckenna hablo. -Sé que no es el momento para seguir hablando del asunto de Heinrey, pero necesito que considere lo que le estoy pidiendo, el rey en verdad hará lo imposible para comprobar si hay un lazo de sangre con el concubino de su majestad-

-Lo pensare bien, tengo que resolver otros asuntos y creo que Heinrey debería tomar la decisión sigue siendo una persona, se lo diré de un modo objetivo, para no obligarlo.- La rubia vio como el contrario salía, no quería pensar más por unos minutos así que después de dar la orden de empezar con los preparativos para hacer a Rastha concubina de Sovieshu decidió pasar al jardín a tratar de despejarse

Su tranquilidad se perturbo cuando el rubio de ojos violetas llego a abrazarla con fuerza, no era algo que le molestara pero le dolía pensar que esos abrazos, las caricias, que él le brindaba, se fueran ya que era obvio que si era el príncipe de Occidente, se tendría que ir, para que ambas naciones regresaran a su estado de paz, pero ella no quería utilizarlo como un simple peón, él era tan importante para ella, le hacía ver las cosas más simples y bellas de la vida, por lo que no pudo evitar que sus lágrimas brotaran

Al ver que la emperatriz empezó a sollozar Heinrey tomo sus mejillas. -Su majestad no llore, Heinrey cree que el emperador no vale la pena, solo es un....un idiota-El chico estaba un poco dolido al ver que la contraria lloraba, le hacía pensar que tenía sentimientos por Sovieshu, si supiera que esas lagrimas eran debido a el

La rubia no pudo contener su egoísmo y lo abrazo aferrándose del contrario, mientras se escondía contra su pecho, esto le avergonzaba pero sus emociones la dominaban de nuevo como cuando era niña. -P....por favor Heinrey, no te vayas, no me dejes sola -

El chico sintió como su corazón se paralizaba con una gustosa sensación de calidez en el pecho, sabía que la emperatriz lo quería pero estaba tan feliz de que lo quisiera a su lado así que hizo que levantara la mirada para así darle una sonrisa grande y sincera -Su majestad Heinrey siempre estará con usted y para usted, porque Heinrey la ama más que nada en este mundo.-

Era una vista realmente encantadora, para suerte de Sovieshu no la vio ya que estaba tratando de resolver un asunto más grave, no podía creer que Rastha estuviera embarazada era lo último que le faltaba para complementar su mala suerte.

Aunque si lo pensaba de manera más detallada quizás Rastha había planeado todo esto en un principio, por eso se propuso a ayudarlo solo podía maldecir en su mente. Claro que quería un heredero pero no de esa manera, sabía que todas la felicitaciones después se convertían en rumores malos sobre él, todos comparándolo con el joven, bondadoso, y atractivo concubino de Navier. Sentía que estallaba así que se desquito con Rastha cuando nadie más estaba en la habitación.

-Este te era tu maldito plan todo el tiempo....cartas bien jugadas pero dime ¿Quién es el padre de ese bastardo? -El pelinegro solo alzo una ceja esperando la respuesta de Rastha

-Su majestad....ahora usted es el padre de mi hijo, no sabía que estaba en cinta pero todos pensaran que soy la amante de el gran emperador Sovieshu- Lo último lo menciono de modo sarcástico. -Hasta la emperatriz lo cree, me informaron que seré la deslumbrante concubina del emperador,, que dará a luz su "primer hijo"-

Sovieshu se quedó callado por unos minutos y después miro a la peliblanca. -Les diré a todos que solo eres una cualquiera con la que no tuve nada que ver, y que solo quiere darle una buena posición a su bastardo-

-Su majestad, no le conviene hacer nada contra mí y mi bebe, yo sé mucho que podría comprometerlo, y soy muy buena mintiendo así que más le vale tratarme bien-

Sovieshu sabía de la habilidad de Rastha y que ella podría decir lo de la posición de amor, además no podría decir lo de su esterilidad ya que mancharía memoria de su difunta madre, estaba atado de manos, más si Navier ya había dado la orden, solo le quedaba aparentar estar feliz lo que claramente no sentía, ni siquiera querría ver a ese niño, sin dudas le seria indiferente, además nunca podría ser emperador ya que sabía que la emperatriz no lo adoptaría

Mientras tanto el Duque Ergi se encontraba arrodillado frente a Laura la cual se encontraba desconcertada -Mi bella Laura, me enterado de tu situación- Este escucho lo que la dama de compañía le dijo a Navier y Mckenna, claro que no escucho que la verdadera embarazada era Rastha

La pelirroja miro a Ergi con poco confundida- (¿de qué situación habla?) Duque no entiendo porque esta arrodillado diciendo esto-

El castaño sentía que su corazón latía con rapidez, no podía más, debía ir al grano aunque sus nervios no se lo permitieran. -Sé que muchos piensan que su carácter es explosivo pero a mí eso me fascina de usted, hace que mis días se han más interesantes y que me quiera volver como un perro-

Laura pensaba que Ergi deliraba pero este sigo con lo que estaba diciendo. -Como un perro fiel a su dueño, no quiero a otra mujer, solo quiero que mi dueña sea usted, cásese conmigo - Dejo ver un lindo anillo.

La contraria estaba impactada no entendía porque Ergi hacia esto pero solo se quedó callada mirándolo- (Dios se ha vuelto loco)-aunque debia admitir que parecieron lindas las palabras, antes de que pudiera responder algo llego alguien a interrumpir

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La contraria estaba impactada no entendía porque Ergi hacia esto pero solo se quedó callada mirándolo- (Dios se ha vuelto loco)-aunque debia admitir que parecieron lindas las palabras, antes de que pudiera responder algo llego alguien a interrumpir

Mkenna quien no había hablado, se acercó y levanto a Ergi con su brazo, no sabía por qué le molestaba tanto -¡Qué demonios haces!, no puedes pedirle matrimonio a alguien así como así, tus encantos de playboy no servirán para ilusionarla y luego dejarla, ella quiere alguien que la ame de verdad-

El castaño rápidamente hizo que el contrario le quitara las manos de encima y arreglo su ropa.- Claro que se puede cuando le honor de la mujer que más quieres puede ser dañado, no me importa que tenga un hijo de otro, yo solo quiero que ella este bien-

Aunque sabía que la acción del duque era noble el marques Mckenna le dio un fuerte golpe, estaba bastante molesto. -Antes de creer en rumores, investiga, Laura no está embarazada, es Lady Rastha la que está en cinta-

El duque estaba avergonzado con Laura, era cierto, ella era una chica decente, no estaría embazada sin saber quién es el padre así que se acercó a ella y beso su mano con delicadeza -Lamento no investigar bien, pero ya que sabe mis sentimientos espero su actitud no cambie hacia mí, quisiera ganarme por su amor desde el punto donde estoy-

En la mente de Mckenna solo había insultos muy graves hacia Ergi y sin pensar pero con decisión dijo -Seremos rivales entonces, yo también luchare por el amor de Lady Laura-

Laura no sabía que decir así que solo se despido algo apenada con la cara roja ¿Cómo es que todo esto pasó de un día para otro?

KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora