Emparejamiento

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“¿Khai, que me estás ocultando?”, la voz de Ezra no era más que un susurro cargado de miedo; le aterraba la respuesta, pero más miedo le daba el no saber.

Los brazos de Khai se apretaron alrededor de su dulce chico. Su corazón latía con fuerza invadido por sentimientos muy contradictorios, por un lado la furia que le provocaba pensar que alguien había lastimado a Ezra y por el otro el dolor de verlo llorar.

Sabiendo que la única manera de parar con su dolor era contarle el resto de la historia, pero… Khai tenía miedo de la reacción que fuera a tener el chico al saberlo.

No estaba seguro de que Ezra tuviera sentimientos lo suficientemente fuertes como para aceptar la verdad.

¡El mismo no estaba seguro de sus sentimientos!

Los segundos pasaron y mientras Khai se debatía que debería hacer Ezra permaneció en silencio, esperando. Aunque la espera le pareció eterna y tortuosa.

Khai enterró la cara en el cuello de Ezra e inhalo profundamente el dulce olor del chico, depósito un tierno beso en el área antes de alejarse un poco y hablar.

“Perdóname Ezra”, dijo Khai. Continuaba abrazado al chico, así que Ezra no podía ver su rostro y Khai por su parte no podía ver el temor dibujado en la cara del rubio. Continuó. “No te conté toda la historia porque no era el momento, no estabas preparado”, comentó Khai haciendo que las palabras de Nickol cobraran fuerza dentro de su cabeza: no eres más que una frágil muñequita.

Sé sintió estúpido.

Luchó contra el abrazo de Khai, pero éste se negaba a soltarlo.

Gritó.

“¡Suéltame! ¡No quiero que me abraces! ¡Quiero la verdad! ¡Dímelo en este instante!” exigió aun forcejeando contra el fuerte abrazo de Khai hasta que consiguió liberarse.

Estando ahora cara a cara Khai podía ver su lindo rostro, el cual estaba rojo por el enojo. Se dio cuenta de que su dulce chico también podría ser feroz y decidido y…

… Se veía adorable.

Khai quiso volver a abrazarlo, besarlo hasta quedar sin aliento, pero algo le decía que si hacía tal cosa él terminaría  tirado en el suelo.

Sonrío internamente.

“Lo que no te conté tiene que ver con quién era tu abuelo dentro de la manada, el papel que desempeñaba y el compromiso que tenía” hizo una pausa buscando en su cabeza las palabras adecuadas antes de continuar. “Verás tu abuela, no fue la única infiel, Varok, así se llamaba tu abuelo, estaba comprometido. Era una unión arreglada por los padres y ancianos de las manadas, así que Varok no estaba especialmente contento con dicho arreglo.”

“No entiendo. ¿Por qué me ocultaste ese detalle? ¿Qué tiene que ver eso conmigo? preguntó confundido.

Khai suspiro.

“Tu abuelo estaba comprometido con el mío era un compromiso para mantener unidas a las manadas, cuando él murió se suponía que esa responsabilidad pasaría a la siguiente generación, o sea a tu madre, pero…” Ezra interrumpió a Khai, evitando que pudiera continuar.

“Pero mi madre no tiene la marca de nacimiento” habló en un susurro más para sí mismo que para ser escuchado por Khai. “Y si mi madre no era apta, eso significa que la responsabilidad pasó… a mí porque yo sí tengo la marca”, dijo finalmente Ezra mirando con incredulidad a Khai. “¿Me van a obligar a casarme con una persona que no conozco? preguntó alarmado. Asustado del destino que un grupo de desconocidos haya planeado para él.

Caperucita & LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora