—¿Estabas buscándome?—cuestiona el chico en casi un susurro sin apartar sus ojos de los míos.—Sí—respondo apartando la mirada.—Es que…vengo de parte del periódico escolar, el señor Lim me pidió que les hiciera algo parecido a una entrevista a los futbolistas y…creo que sería una buena idea hacerle unas cuantas preguntas al chico del grandioso gol.—explico recuperando la compostura.—¿Podrías?
—Sí, claro—me ofrece una sonrisa genuina pero me obligo a no hacerla—¿podría vestirme primero?—pregunta cruzándose de brazos.
Tengo el impulso de decirle que aferre bien su toalla pero me limito a asentir y luego a salir del vestidor.
Apoyo mi espalda en la pared fría del lugar y unos minutos después los chicos comienzan a desfilar en grupos tal y como hacen en los pasillos de la universidad, agradezco a Dios y a toda su corte de ángeles celestiales el hecho de que parecen haberse olvidado de mí. Aunque supongo que lo que en verdad pasó fue que cada uno de ellos recordó las amenazas de su entrenador. Suelto un bufido de molestia y jugueteo con el gafete del estúpido periódico escolar.
Vuelvo a odiar al señor Lim por hacerme esto y prometo pedirle a Dios que cuando se muera lo envíe directo al infierno por hacer sufrir a sus estudiantes en vida.—¿Eres nuevo en el periódico escolar? ¿En la universidad?—doy un respingo apenas la voz masculina llega hasta mis oídos.—Nunca te había visto por aquí—pongo los ojos en blanco y lo observo detenidamente.
—Hemos compartido el salón de clases desde que entramos en la universidad. —los ojos del chico se abren con sorpresa como sí no pudiese creerse tal revelación y aparta la mirada de mí.
—¿En serio?—niego ofendido.
—Comencemos con la entrevista ¿de acuerdo?—suspiro—si te soy sincero nunca he hecho esto…ni siquiera pertenezco al maldito periódico escolar, estoy aquí como parte de un jodido castigo, no sé ni siquiera qué demonios debo preguntar o que hacer….—el muchacho ríe un poco mientras se aferra al tirante de su mochila.
—¿Qué tal por lo principal? Enfoquémonos en el gol….—asiento.
—¿Qué se siente ser el responsable de haber llevado a tu equipo a ganar uno de los partidos más importantes de la temporada?—parpadea varias veces y luego sonríe de nueva cuenta.
—Lo que voy a decir es algo muy cliché, pero lo diré de todas maneras…no lo hice yo, lo hicimos todos juntos. Sin los pases de mis compañeros no lo hubiera hecho solo…así que el triunfo es de todos…anotar un gol es la mejor cosa que te puede pasar cuando eres un futbolista, se siente una felicidad inmensa al saber que contribuiste para llevar la victoria a casa…en verdad que no sé como explicarlo para que lo entiendas bien, pero te prometo que la persona que anote un gol y no sienta nada debe ser la persona más insensible en el mundo, su corazón debe ser de hielo….—asiento lentamente.—¿Tienes alguna otra pregunta?—inquiere cruzando sus brazos encima de su amplio pecho.
—Eh…no.
—Vaya, de verdad que eres un pésimo reportero….—lo fulmino con mi mirada y niego un poco. —ni siquiera tuviste el sentido común de anotar lo que dije o grabarlo.—suelto un largo suspiro cuando me percato que tiene razón—buena suerte, chico periódico.
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—¡Es un maldito ególatra! —me quejo un par de horas más tarde cuando estoy en mi habitación con Seonghwa.
—¡Es guapísimo! —responde él como si fuese una de esas chicas tontas que babean por la manada de futbolistas.
—¡Es un idiota! ¿Chico periódico?—replico.
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DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE | MINJOONG
Ficção AdolescenteUna vida normal, para un chico normal. O casi normal, porque si hay algo en lo que sí se parece a uno de los libros ñoños de mi mejor amigo; es el estereotipo de hombre idiota que suele arrancar suspiros por donde pasa. Su nombre: Song Mingi #2 Minj...