-Hongjoong... -susurra Seonghwa envolviendo su mano alrededor de mi antebrazo. Mis ojos vuelven a chocar con los suyos mientras mi cerebro lucha por encontrar una buena excusa para no terminar de entrar en el baño y comenzar a gritar como un loco desquiciado exigiendo una buena explicación.
-Vámonos de aquí. -susurro apartando su mano de mi brazo. Él no dice que si pero tampoco se opone así que me dejo conducir por él lejos de los baños. Atravesamos los pasillos pero no soy cien por ciento consciente del lugar al que mi mejor amigo está conduciéndome.
-No puedes escucharlas, ni siquiera sabemos quiénes eran ese par de arpías que estaban haciendo ese tipo de comentarios, Hongjoong. -me dice y me doy cuenta que estamos en el patio trasero donde casi siempre está deshabitado.
- ¿Escuchaste lo que dijeron? -cuestiono entre dientes. -Hablaron de una apuesta, Mingi también habló de una apuesta con sus amigos, Seonghwa... -él niega de inmediato.
-Puede ser cualquier cosa, Hongjoong. No te lo tomes personal, mejor amigo... por dios, reacciona. -exige sin apartar sus ojos de los míos.
-¿Qué pasa si la maldita apuesta de la que estaban hablando soy yo? -chillo mirándole detenidamente. Tratando de encontrar una buena respuesta que parezca por lo menos lo suficientemente lógica para no ir hasta la maldita cancha de fútbol y frenar la descendencia de mi novio.
-¿Te volviste loco? No creo que Mingi sea el tipo de chico que anda por la vida aceptando apuestas de sus amigos para jugar con los sentimientos de una persona, por Dios, Hongjoong... -me espeta tratando de comprender que es lo que está pasando por mi cabeza en ese momento. -Escucha, en una semana nos vamos de este infierno y cuando eso pase entonces serás libre de todos y cada uno de los chismes de pasillo de los que a esta bola de descerebradas les gusta inventar, no caigas en sus juegos, Hongjoong... tú mismo has visto la manera en la que los observan cuando están juntos...están celosas y serían capaces de vender su alma al diablo con tal de que alguno de ellos les haga caso e incluso, separarte de Mingi para que vuelvan a tener el camino libre por decirlo de alguna manera... Tampoco quieren aceptar el hecho de que a Mingi le guste un chico y no una de ellas.
-¿De verdad crees que eso sea posible? -pregunto en voz baja.
-Claro que sí, Hongjoong. Estoy completamente seguro que Mingi te adora, de otra forma jamás te hubiese pedido que fueras su novio de la manera tan linda en la que lo que hizo... vamos, amigo. Olvida lo que esas chicas que ni siquiera sabemos quiénes diablos son dijeron, ellas no te conocen, no lo conocen a él...-explica lentamente.
-Iré a buscarlo. -anuncio poniéndome de pie.
-Hongjoong... ¿escuchaste todo lo que te dije, verdad? ¿No vas a hacer nada estúpido, cierto? -cuestiona observándome con una de sus cejas enarcadas.
-No, no haré nada estúpido...
𖠇𖠇𖠇𖠇𖠇𖠇𖠇𖠇
Me siento en la grada más alta observando detenidamente el entrenamiento. Mi piel se estremece y siento mi corazón acelerarse cada vez que los ojos de Mingi van en dirección a mí. Mis nervios aumentan cada vez que reviso la hora en mi teléfono y me doy cuenta que la hora del entrenamiento está por terminar.
Se supone que yo debería estar sentado en una de las butacas escuchando atentamente -o por lo menos fingiendo que lo hago- al señor Lim, sin embargo estoy sentado en la grada más alta con mi cerebro zumbando dentro de mi cabeza a tal manera que casi puedo escucharlo. El sonido del silbato del entrenador penetra mis tímpanos y me doy cuenta que todos los chicos se dispersan por todos lados, luego veo a Mingi avanzando en dirección a mí con una pequeña sonrisa y a unos metros más atrás a Joon observándonos detenidamente cruzado de brazos.
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DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE | MINJOONG
Novela JuvenilUna vida normal, para un chico normal. O casi normal, porque si hay algo en lo que sí se parece a uno de los libros ñoños de mi mejor amigo; es el estereotipo de hombre idiota que suele arrancar suspiros por donde pasa. Su nombre: Song Mingi #2 Minj...