𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟏

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¿Que diablos hago cuando un genio de la lampara esta desmayado en forma de un humano?. Exacto, golpearlo.

—¡Despierta! — exclamé golpeando su mejilla.

Este seguía sin reaccionar, por alguna u otra razón me vino a la mente las historias que mi madre me contaba de pequeña de la princesa y el príncipe, con un beso todos despiertan.

Patrañas.

No haré eso.

— ¡Despierta! — volví q gritar golpeando una y otra vez las mejillas de Finn, que ahora parecían irritadas.

Me comencé a alterar, Finn estaba ¿Muerto?. Vamos, no puedo pensar así... Sigue respirando, me deje caer completamente en el piso frio y lo mire por algunos segundos antes de sentir las ganas de llorar.

No, no puedo llorar.

— Finn — puse mano en su pecho.

Un humo azul apareció al rededor de él. Me hice un poco para atrás antes de ver como Finn desvanecía frente a mis ojos.

Mi respiración se acelero al instante. Mire como el humo azul se metía adentro de mi mochila, que hace unos segundos me había quitado. Cuando todo ese humo desapareció abrí con rapidez mi mochila y saque la lampara mágica y la frote.

Segundos de espera, malditos segundos eternos de espera.

Pero pude ver a Finn salir de ella, como nuevo... O eso parecía, solo me sonrió de lado mientras rascaba su nuca.

...

— Entonces puedes transformarte de genio a humano, por un tiempo especifico. Pero eso a la vez te daña físicamente ¿Entendí bien?.

Pregunte mientras subía las escaleras para ir a mi habitación, Finn asintió. Entramos a mi habitación la cual estaba hecha un desastre, deje mi mochila en el suelo mientras que cerraba la puerta.

Finn empezó a usar de su magia para ordenar la habitación, otras de las razones por las cuales amaba a Finn...

— Si, digamos que es una debilidad — se encogió e hombros mientras flotaba de un lado a otro acomodando algunas cosas.

— Finn tiene una debilidad — reí.

— No es la única... — me miro para después bajar la mirada — Y bueno, es otra cosa que no sabes de mi.

— ¿Tienes más secretos que debería saber? — me acerque a él.

Este solo se encogió de hombros mientras mostro un pequeño puchero inconscientemente. Sonreí de lado, estábamos solos en la casa ya que mi madre había salido a la casa de mis abuelos junto a mi padre. Y Jaeden seguía saliendo con esa chica que no me daba una buena pinta.

Me acerque más a Finn, cada vez más. Hasta el punto de tenerlo contra la pared. Este parecía un poco intimidado ante mi actuar.

—¿Tienes miedo? — le pregunte entre una pequeña risita.

— N-No.

Estaba pegado contra la pared, me acerque más a él haciendo que nuestras respiraciones se complementarán.

— __________... No es buena idea...

— Entonces quitate — rete — Empujame, atraviezame. Eres igual que un fantasma. Hazlo — se quedo callado sin mover algún músculo — No puedes ¿Sabes por que?. Por que quieres esto tanto como yo lo quiero.

Apretó los labios. Cerro los ojos y negó, me tomo por los hombros y con una gran brusquedad me pego contra la pared, ahora soy yo la que estaba acorralada.

— ¡No me hagas hacerlo! — grito —¡Toda esto del amor es tan complicado para mi! Entiendelo, jamás sentí algo igual en mi vida. Y no pretendo dejarme llevar para luego irme y dejarte rota. No haré eso.

Iba a decir algo pero era como si las palabras se fueran de mi boca al intente. Apreté la mandíbula y lo mire retadora.

—¿No te rendidas tan fácil cierto?.

Negué. Este sonrió de lado, para segundos después acercar su rostro al mío y dejarlo a centímetros.

— Deseo tanto esto como tu lo deseas, __________.

— Deseo...

Me tapo los labios — Este es tu ultimo deseo. No dejare que lo desperdicies.

Se regreso a su lampara rápidamente dejándome con las palabras en la boca. Finn me intrigaba demasiado.

—¡Sal de ahí! — grite frotando la lampara.

Pero por más que lo intentaba simplemente no salía, avente la lampara a la pared.

—¡Auch!.

...

Aun era de noche, pero me desperté al sentir como me abrazaban por la espalda, me percate que era Finn, quien parecía estar dormido. "Parecia".

— Finn, se que no duermes. 

Este abrió un ojo e hizo una mueca. Se alejo y floto por encima de la cama. Lo mire por algunos segundos antes de poder decir algo.

— ¿Por que?.

—Mhh...

— ¿Por que hace unas horas no querías que me acercara a ti? Y ahora eres tu el que esta aquí... No lo entiendo.

Se acerco con rapidez, bien aquí vamos de nuevo.

— Ni siquiera yo me entiendo, cariño.

Sus labios se pusieron en mi mejilla y bajaron –entre besos– hasta mi cuello donde comenzó a besar con lentitud. Apreté la mandíbula, no quería despertar a nadie en la casa.

El Genio De La Lámpara || Finn Wolfhard ||©🔚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora