8. Ray

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      Todas las rocas hacen su función y logro sacar a todo el mundo de sus celdas. He intentado contarlos, pero son demasiados y en movimiento, siempre acabo perdiendo la cuenta. No importa cuántos seamos siempre que sigamos avanzando. Los hay de diversas edades, desde 13 años hasta 82 que es la edad del anciano, pero abundan los niños.

      Subimos las escaleras lentamente, hay demasiados heridos, incluso hay gente mutilada. Eso me enfurece."¿Quién es tan cruel para cortar un brazo o una pierna a alguien y mucho más a un niño?" me pregunto, pero sé la respuesta "Mi tío, mi tío lo es"

     Yo voy en cabeza vigilando para no ser vistos, de momento hemos tenido suerte pero algo en mi interior me dice que pronto tendremos problemas. Es posible que sea el fuego, que quiere ser liberado o yo que quiero liberarlo. Muy pocas veces libero el fuego voluntariamente y esta vez me he sentido bien,, demasiado bien que incluso quiero repetir. Aparto ese pensamiento de mi cabeza ya que no quiero accidentes. 

     -¿Y cómo es que tu no estabas encerrado como nosotros, teniendo el don que tienes?-Me pregunta el anciano

      Es el único que, tras verme en llamas, sigue acercándose a hablar conmigo y no sé por qué

      -Nadie lo sabe, no me han visto usarlo-Contesto- Hasta ahora

     Ya hemos llegado arriba y nos toca salir a los pasillos de palacio. Pasar desapercibidos va a ser imposible ya que somos demasiados y no estamos ni aseados ni bien vestidos, pero me he propuesto sacarlos de aquí y haré lo que sea necesario para hacerlo. Ahora que los veo a todos bajo las luces del pasillo me fijo bien en su aspecto. Las ropas están todas rajadas y sucias. Están deshidratados y muy delgados, a muchos se le notan los huesos. Aparto la mirada, no puedo soportar ver eso y me enfado con mi tío por tenerles en ese estado.

     Sorprendentemente seguimos adelante sin percances. Pasamos por pasillos desiertos y otros en los que no están tan desiertos, pero la gente con la que nos cruzamos no nos mira dos veces. Lo agradezco. No saben cuánto. Ahora estoy enfadado y cualquier detalle puede hacerme arder, literalmente. 

     Todo se complica cuando salimos al exterior. Ahí nos encontramos de cara con los guardias de todas las regiones. Nos miran atónitos. Guardias vestidos de rojo(Esfire) Verde (Terras) y azul (Calagua) todos esperando órdenes de sus superiores. Ellos también están aquí observándolo todo. La reina Ruby nos mira escandalizada, el rey Kaito nos mira frunciendo las cejas y mi tío nos mira serio, casi ni cambia la expresión cuando posa sus ojos en los míos y me reconoce.

      -Ray-Dice

      -Ash ¿Qué ocurre?-Pregunta Ruby acercándose despacio

      -¿Hay algún problema?-Pregunta Kaito llevando su mano a la espada que lleva colgada en el cinturón

      Todos se han dado cuenta de que la gente que tengo a mi espalda son prisioneros, o al menos lo eran antes de que yo los liberara.

      Mi tío hace un gesto con la mano y sus guardias se ponen firmes

     -Vigiladlos-Dice señalándonos- Debo mantener una charla amistosa con mi sobrino

     Me guía aparte y yo reúno todas mis fuerzas para no estallar ahí mismo.Nos siguen dos de sus guardias

    -¿Qué se supone que haces?-Pregunta en un tono en el que nadie pueda oirnos

    -Arreglando tus errores-Contesto entre dientes

  -Son prisioneros, Ray

 -¿De qué se les acusa?-Pregunto-De no hacer lo que tu exiges, de no unirse a tu guardia personal. Yo tampoco lo haría, ecadename si quieres 

》El Don De Netter 《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora