Episodio #5

8 2 0
                                    

Me encontraba en la puerta de embarque apuntó de subir al avión, mi hermana agitaba su mano en símbolo de despedida a lo lejos de la misma.

Luego de adentrarme en el avión, sentarme en mi asiento correspondiente y que este despegara, mi mente empezó a traicionarme con recuerdos.

** Flashback **

Me encontraba mirando mi outfit en el espejo de mi cuarto cuando alguien tocó mi ventana. Oh oh, se me hizo tarde, ups.
Caminé hacia esta y la abrí apuradamente golpeando un poco a la persona que se encontraba detrás de esta.

— ¡AUCH, podrías haberme arrancado un brazo! — dijo.

— Oh por Dios, ¿por qué todos son tan dramáticos?  — reí levemente saliendo por la ventana.

— Ja ja, muy graciosa. ¡Hey! — reaccionó ante el pequeño sope que le pegué en la frente.

— ¿A dónde vamos?

— A la pitufialdea.

— Claro.

Al llegar al centro comercial, bajamos del coche de Joey para adentrarnos en dicho lugar.

— Oh por Dios, quieta Sofía. — iba a renegar por el "Sofía" pero me quedé callada en mi lugar al ver que me miraba asustado, por ende, compartiéndome su sensación.

— ¡¿Qué?!  ¡¿UN GRANO?!  — respondí preocupada.

— No, ALGO PEOR.

— ¿QUEEEEE ESSS?

— Es que te ves ¡¡MUY - HERMOSA!!  — Gritó.

— JOEY

— ¿Qué?  No dije nada malo, solo quería contarles a todos que mi novia es y se ve prrrreeeeciosa.

— Corrección, solo querías gritarles a todos que tu novia se vistió hermosa hoy.

— Corrección a la corrección, no te ves hermosa hoy, te ves hermosa siempre. Pero hey ¿que hay allá?  — señaló los adentros del centro comercial.
Miré descolocada y él aprovechó eso para tomar mi teléfono y salir corriendo riendo.

— ¡Atrápame si puedes!  — corrió más rápido y continuo riendo fuertemente.

Oh no, esto no se quedaría así.

** Fin del Flashback **

Miré por la ventanilla del avión y sonreí, realmente eran más los momentos buenos y divertidos entre nosotros que los malos.

La relación de Joey y mía, no fue como otras relaciones cursis y aburridas. Él se encargaba de hacerme reír, de no permitir que me sintiera mal nunca, de cuidarme y darme amor sin ser empalagosos siempre, yo por otro lado amaba molestarlo, me encantaba estar con él por que siempre eran ratos de risas y sonrisas. Pero, bien dicen que todo lo bueno no dura para siempre, y aunque siempre creí que Joey sí, no fue así.

** Flashback **

— Ashy yo.. No puedo.

— ¡¿No puedes o no quieres?!  — sollocé. — Y NO, Me vuelvas a llamar Ashy en TU VIDA.

— No puedo, pero ya te dije, volveré, te lo prometo, no me voy a alejar de ti, y aunque tu eso quieras, no puedo irme tan fácil, volveré Ashley, tenlo por seguro.

** fin del flashback **

Y saber que ya eso no sería cierto. Que no rompió una promesa, sino dos. Me dijo que jamás se iría, que jamás jugaría conmigo, y luego, me dice que volverá y ahora jamás lo hará.

Las bocinas del avión anuncian desde la cabina que estamos apunto de aterrizar, en realidad, el vuelo pasó muy rápido para mí.

Al bajar del avión, miré a la distancia que Isabella sí había venido a recogerme como se lo pedí, y agradezco por ello, estaba muy débil como para irme en un taxi con un desconocido.

— ¡Blancanievess! Te extrañé tanto. — corrió hacia mí.

— Y yo a ti. — respondí menos expresiva.

Luego de subirnos al auto y llegar en cuestión de 15 minutos al departamento, pedimos algo para cenar. Para mí sorpresa, Jason no estaba allí.

— ¿Y Jason? — pregunté desinteresada.

— Bueno él... Se fue el día en que fuiste a los Ángeles. — respondió algo nerviosa.

 — No sé por qué no me sorprende. — me crucé de brazos.

El timbre del departamento sonó avisándonos sobre el domicilio que pedimos. 

— Entrega para ¿Ashley White? — asentí y él amable repartidor me dedicó una sonrisa mientras me pasaba las bolsas.

Cuándo el repartidor se fue e Isabella y yo nos quedamos solas, comenzamos a comer como si no comiéramos en años, bueno, hablo de mí, Isabella mantiene sus dietas exóticas y anormales.

— No entiendo como puedes conformarte con comer sano todo el tiempo. —dije mirando como ella se comía un trozo de algo que parecía un pescado con hierbas extrañas. 

— Y yo no entiendo como quieres mantenerte diva y perfecta comiendo todas esas calorías. Ósea, no digo que no lo seas ya, eres divina y para como comes, tienes un cuerpo bastante favorable.  

— No gracias, estoy agradecida por comer todo lo que quiero y verme así, no quiero recurrir a tus comidas anormales. —ella puso una mueca de total indignación.

— ¿Acabas de llamar a mis deliciosos alimentos, anormales?

— Sí, eso hice. —reí un poco.

Ella volteó sus ojos con desaprobación.

— Eres un caso perdido.

— Y estoy orgullosa. — Chasquee mi lengua.

Luego de ese pequeño debate ni tan debate con base a la comida rara de Isabella, ambas terminamos de comer, tomé mi teléfono y decidí acostarme en el sofá a revisar algunas notificaciones de mis redes sociales. Isa por su parte, se encerró en su habitación por aproximadamente una hora y media. Cuándo estaba apunto de quedarme dormida, mi mejor amiga salió de su cueva completamente arreglada. Llevaba un vestido negro con un escote corazón muy favorable para sus atributos, unos zapatos de un tacón de aproximadamente unos 8 o 10 centímetros de alto, sus ojos presumían un perfecto delineado y unas hermosas y largas pestañas, mientras que su cabello estaba suelto con unas ondas perfectas que casi parecían naturales.

— Wow, te ves... ¿Sabes? Si fuera lesbiana, me hubiera enamorado de ti.

— Que suerte que no lo eres entonces. — bromeamos ambas.

— ¿Y a qué se debe tremendo Glow Up de hora y media? 

— Digamos que, conocí a un chico, y... me invitó a salir y pues, quiero impresionarlo.

— Si no se queda boquiabierto es por que de verdad debemos ahorrarle para unas gafas.

— ¿Segura que me veo bien? —noté desconfianza de sí misma, eso me daba a entender que ese chico de verdad le importa.

— Te ves fabulosa, si él no lo ve, es un idiota. — le dediqué una cálida sonrisa.

— Comenzaba a extrañar a la Ash con sentimientos. — ambas reímos levemente.

— Te va a ir genial, y sabes que si no es así, puedes llamarme, convertimos tu cita en una borrachera de chicas. — ella asintió riendo.

— Es hora de irme, cuídate.

— Tú también. ¡Recuerda usar protección, no quiero ranitas por aquí comiéndose mi helado!

Ella salió riendo y cerrando la puerta tras de sí.

Bueno, y  yo tenía una cita con un bote gigante de helado y mi estimado netflix.





♡ Amor acorralado ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora