Capítulo 3

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Edmund se despertó porque había comenzado a tener frío, trato de protegerse del viento cubriéndose con la manta que tenía encima...¿manta?  abrió los ojos y lo primero que se topó fue con un cielo oscuro, alterado se sentó y escuchó un quejido venir de al lado, miro y se encontró con Caspian sobándose la cabeza.

—¿Que?...—

—Que bien ya te despertarse— Dijo Caspian sonriendo y sentándose junto a Edmund. —Te dormiste y me fue imposible despertarte, incluso llegué a pensar que estabas en coma o algo así— 

—¿Qué hora es?— Pregunto, ignorando totalmente la broma de mal gusto. 

—Cerca de las 9, dormiste alrededor de 3 horas— Edmund lo miro sorprendido. 

—¿Y esto?— Preguntó Ed sujetando la "manta".

—Es mi chaleco, parecías tener frío—

Edmund suspiró, se sentía culpable de algún modo, le devolvió el chaleco a Caspian y le dedico una sonrisa. 

—¿Acabas de sonreírme?—

—...¿si?—

—Tu sonrisa es linda, deberías hacerlo mas seguido— Dijo Caspian poniendo nervioso a Ed. 

—Deja de hablar tonterías y vámonos— Ambos chicos se pusieron de pie y se montaron en la bicicleta bajo un incomodo silencio. 

Caspian decidido que primero irían a casa de Edmund ya que era demasiado tarde y seguramente lo castigaría si llegaba solo, así que prefirió acompañarlo y ayudarle a evitar eso. 30 minutos después ya estaba en la puerta de la casa Pevensie, Edmund estaba nervioso, era la primera vez que llegaba tarde a casa sin avisarle a nadie. Caspian le dio un leve empujón en su hombro y ambos  caminaron hacia la entrada dejando la bicicleta a un lado. 

—Ya llegué — Anunció Ed abriendo la puerta dejando que Caspian ingresara con él. 

—¡Edmund Pevensie! ¡Que horas son estas de llegar!— Dijo con la voz alzada la señora Pevensie. 

Ignorando totalmente la presencia de Caspian, la señora Pevensie se ubicó frente a su hijo mirándolo furiosa. Caspian para tratar de aligerar el ambiente decidió hablar y hacer notar que estaba ahí. 

—Buenas tardes Señora, lamento que Edmund haya llegado tan tarde, prácticamente le rogué que me acompañase al cinema a ver una película.— La madre de Ed recién notando la presencia del muchacho se sintió muy avergonzada y comenzó a reír nerviosa. 

—Oh Dios, no sabía que Edmund tenía amigos—

—¡Mamá!—

Caspian comenzó a reír y Edmund se puso rojo de la vergüenza, si en algo era buena su madre era avergonzarlo delante de cualquier persona.

—Pasen chicos, deben tener frío—

—No se moleste, yo también debería volver a casa. – Edmund lo miró un poco preocupado, ya era demasiado tarde y el último tren ya debe haberse ido.

—Pero es muy tarde, como te iras a casa— Preguntó preocupada la madre de Ed. —Deberías quedarte a dormir, la habitación de Edmund es espaciosa, yo hablaré con tus padres— Propuso ella.

—No hace falta, vivo a un par de cuadras de aquí, iré caminando— Rechazó amablemente, la idea podía sonar tentadora pero apenas y conocía a Edmund, no estaban tan familiarizados como para compartir un mismo espacio por tantas horas.

—Lo acompañaré a la puerta mamá— Habló Ed empujando a Caspian hacia la entrada, y en el camino tomando su bufanda roja del perchero.

—Si me quieres echar trata de no ser tan evidente— Dijo Caspian una vez ambos se encontraban fuera.

—No te estoy echando, tú decidiste no quedarte, yo no te voy a rogar hacerlo—

—Bueno, no quería hacerte sentir incómodo invadiendo tu habitación— Edmund lo miró a los ojos y Caspian le sostuvo la mirada.

—Eres un chico muy extraño—

—¿Gracias?—

—Puedes llevarte la bicicleta—

—¿Seguro? ¿Y como te iras a clases mañana?—

—Estoy suspendido, mañana no iré a clases—

—Oh, es cierto—

—...cuando vuelva a estudiar, ven a buscarme y nos iremos juntos...—

—...Bien— Dijo Caspian sonriendo, de algún modo se sentía bien, muy bien.

Sacó la bicicleta hacia la calle y se subió en ella, estaba por comenzar a pedalear y sintió como Edmund enrollaba la bufanda en su cuello, lo miró confundido.

—...gracias por cubrirme cuando me dormí y por ayudarme ahora—

—Venga, dame una sonrisa. — Soltando un suspiro, Edmund pateó la rueda de la bicicleta y se alejo llegando a la puerta.

—¡Nos vemos Ed!—

Edmund ni siquiera se giró y simplemente entró. Su madre lo esperaba en la sala con una taza de té, sabía que su hijo era sensible al frío y no quería que se enfermara.

—Ed cariño, ven a calentar el cuerpo—

—Voy mamá — Una vez se sentó junto a su madre frente a la chimenea encendida, comenzó a beber la taza de té.

—¿Desde hace cuanto son amigos con ese joven?—

Edmund casi se ahoga con la taza de té. 

—Mamá, no somos amigos—

—Pero fueron al cine juntos, aparte le prestaste tu bicicleta, ni siquiera dejas que Peter la use—

—...es distinto, no quiero seguir hablando del tema—

—Bien...solo quería decirte que se ve una buena persona, tal vez te haga bien relacionarte con el—

—Supongo...—

—Bien jovencito, ya es tarde, será mejor que te vayas a dormir—

Edmund obedeció a su madre y se preparó para dormir, aunque no tenía sueño, después de todo había tomado una "pequeña" siesta junto a Caspian.

Caspian, seguía pensando que era un chico extraño, sintió la rara necesidad de dibujar y prendió su lámpara, tomó su libreta junto al  lápiz y comenzó a rayar el papel. Había dibujado a dos personas acostadas en el pasto, siendo específicos 2 chicos, con uno apoyando su cabeza en el hombro del otro.

Tal vez conocer a Caspian no había sido tan malo después de todo.



Hola ¿Qué tal todo? espero que bien <3 ヽ(✿゚▽゚)ノ

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𝐶ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜𝑟 [𝐶𝑎𝑠𝑚𝑢𝑛𝑑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora