Capítulo 5

3.2K 358 433
                                    

Edmund se encontraba junto a Caspian en la tan aclamada feria de invierno, había olvidado que se realizaba todos los años por esas fechas. El lugar estaba completamente iluminado con pequeñas luces decorativas, parecidas a las de navidad, había pequeñas tiendas de artesanías y muchos puesto de comidas y en el centro del lugar ya se encontraba habilitada una pequeña pista de patinaje. 

—Esto esta increíble—Dijo fascinado Edmund.

—¿Qué te gustaría hacer primero?—

—Vayamos a ver las tiendas de artesanía, quiero conseguirle algo a mi madre— Caspian asintió. 

Estuvieron caminando y recorriendo la feria durante una hora aproximadamente, Edmund había comprado un hermoso joyero hecho de madera y piedras de colores incrustadas. Pasaron por un puesto de comida y ambos iban comiendo unos churros rellenos de chocolate mientras mirabas las atracciones. 

—¿Quieres subirte a alguna?—

—Si me acompañas me subo a la que sea— Dijo Caspian, mirando con horror las enormes máquinas giratorias.

—¿Te dan miedo las alturas?—

—Tal vez un poco—

Edmund lo tomó del brazo y lo arrastró a una atracción pequeña que giraba, compraron el pase de entrada y se subieron al juego, Caspian estaba pálido.

—Oye relájate, esta atracción es de niños, los padres nos miran y ríen—

—No creo que pueda, quiero bajarme o vomitare—

Efectivamente, Caspian vomitó. Edmund estaba sosteniéndole el pelo mientras Caspian expulsaba todo el churro de su estómago. 

—¿Te sientes mejor?—

—Perdón por esto— Dijo Caspian mientras se enjuagaba la boca con una botella de agua que Ed le compro. — No era esta mi idea de cita romántica —

—¿Vas a seguir con esto de las citas?— 

—Sip, hasta que tu me invites a una— 

—Será una triste noticia para ti, porque no pasará—

Después de aquel incidente, siguieron caminando por el lugar hasta que llegaron a la pista de patinaje, pidieron prestado unos patines y se incorporaron junto al resto de gentío que allí se hallaba. 

—Creo que es un buen momento para decirte que no se patinar— Dijo Edmund tratando de mantener el equilibrio en el hielo. 

—Bueno, yo tampoco sé patinar— Respondió Caspian.

—¿Y por qué quisiste venir aquí?—

—No lo se, quería verme genial— 

Ambos chicos comenzaron a reír de lo patéticos que se veían tratando de avanzar en el hielo, Edmund tomó la mano de Caspian y con ayuda de la baranda avanzaban hasta completar el tiempo que podían estar ahí. 

Se encontraban sentado en una banca lejos de la multitud disfrutando de un café en unos pequeños vasitos de plástico, habían ignorado la hora totalmente y la oscuridad cubría la ciudad. 

—Hace demasiado frío, deberíamos ir a casa— Dijo Caspian poniéndose de pie.

—Si, tienes razón— Respondió Ed, imitando la acción de Caspian. —¿Sabes que hora es?— 

—Oh mierda, son pasada las 11 de la noche— Anuncio mirando su reloj de muñeca.

—Mi madre va a matarme, y seguramente a ti también por hacerme llegar tarde a casa otra vez—

𝐶ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜𝑟 [𝐶𝑎𝑠𝑚𝑢𝑛𝑑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora