𝐶ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜𝑟 [𝐶𝑎𝑠𝑚𝑢𝑛𝑑]

Capitulo final

Estaba decidido, dentro de una semana se iría junto a sus hermanos hasta que la guerra terminara, viajarían a la casa de campo de su tío albert, él los había invitado y era el contenido de la carta que Peter le dio, Edmund aún no se lo comentaba a Caspian, tenía miedo de su reacción, lógicamente no quería dejar a su novio, pero por primera vez en su vida quería velar por el y no por otros, sabía que su salud mental no estaba bien, pero tampoco podía culpar a Caspian, el había sido un rayo de sol en una fea tormenta y estaba infinitamente agradecido con él. 

Desde que su madre se enteró  de su relación con él, le había prohibido verlo, ya de eso han pasado 4 dias, Lucy había tratado de persuadirla, incluso Peter hablo con ella, pero simplemente no quería ceder, y de alguna forma Edmund la entendía, pero no era culpa suya haberse enamorado de Caspian, de ese lindo chico encantador. 

Eran pasado las 4 de la tarde y sintió la puerta de su habitación sonar, siendo preciso llevaba 2 dias sin bajar y se rehusaba a comer algo, no tenía ánimos de ver a nadie, salvo a Caspian. 

— Ed, soy Susan, ¿puedes abrir por favor?—

Suspirando se levantó de la cama y le abrió la puerta a su hermana, esta llevaba un pequeño panecillo en sus manos y una caja de leche individual. 

— ¿Puedo entrar?— Preguntó ella, preocupada.

Edmund se hizo a un lado y le dejó el camino libre a su hermana mayor, una vez los dos estaban dentro del cuarto, volvió a cerrar la puerta con seguro. 

— Ten, tienes que comer algo—

— No tengo hambre—

— No te estoy preguntado Edmund, te estoy ordenando que te lo comas—

Resignado, Edmund tomo los alimentos y se sentó en su escritorio a comer, mientras Susan miraba por la venta.

— Mamá salió — Anunció ella.

— No me interesa—  Respondió arisco, sin ver a su hermana a la cara.

— Tu...podrias ir a verlo—

— ¿Como? siempre deja la llave escondida para que no podamos salir— 

— Yo se donde la esconde—

Edmund miró  a su hermana con atención, de algún modo podía inferir a lo que se refería.

— Mira, me duele verte mal, en pocos días tendremos que irnos y me apena que no puedas pasarlos junto a él—

— ¿A que quieres llegar?— Preguntó Ed, aunque sabia lo que quería decir, necesitaba escucharlo.

— Prepara tu bolso y deja tus cosas listas para irnos al campo, te ayudare a salir para que puedas estar con él esta semana—

— ¿Y mamá?—

— Ya me las arreglare junto con los demás—

Edmund no pudo evitar abrazar a su hermana con lágrimas en los ojos,  Susan le devolvió el gesto y luego de algunos segundos se separaron, Edmund comenzó a ordenar todo y se preparó una mochila para ir a casa de Caspian. 

— ¿Éstas listo?— Preguntó Susan.

— Si...ya estoy—

— Bien, vamos—

Ambos hermanos bajaron y Susan sacó la llave de la entrada de un pequeño frasco que estaba en la cocina en un mueble, Edmund se golpeó mentalmente porque nunca se le hubiese ocurrido buscar en ese lugar.

— Debes cuidarte, promete llamar aunque sea una vez esta semana, nos vemos en la estación de trenes— Dijo Susan antes de abrazar a su hermano y darle un maternal beso en la frente.