la chimenea

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La muerte de mi amiga estuvo demasiado desconcertante. Al ver el cuerpo sin vida de Amelia, me llené de coraje, así que lo primero que hice fue, buscar el libro. Lo encontré debajo de una almohada a un lado de la chimenea de Amelia, y después de eso, lo guarde en mi mochila. No sabíamos que hacer, si decirle a nuestros padres, o no. Los padres de Katia estaban muertos, ellos ya no eran una opción para nosotros. Decidimos salirnos de la habitación de Katia, ya nos empezaba a dar un poco de asco. Podía ver todo el interior de Amelia, fue horrible. Fuimos al piso de abajo, y caminamos hacia la cocina. La puerta estaba abierta con un gran golpe en la parte de hasta abajo, como si algo la hubiera penetrado. Al entrar a la cocina, sentí un golpe en la mano izquierda, no le tome mucha importancia. Yo estaba cerca de el cajón de los vasos, así que decidí servirme agua, estaba muy deshidratado. Le serví a los demás por si también querían. Tom deicidio no tomar un vaso; ese chico es muy extraño. Katia, Airona, y Zac, decidieron si agarrar un vaso, tenían mucha sed.

Al terminar de tomar nuestro vaso con agua, decidimos subir de nuevo a la habitación, subí las escaleras de dos escalones por dos escalones, al igual que Zac. El ultimo en subir fue Tom, como siempre. La puerta estaba cerrada, pero nadie recordaba haberla cerrado. Airona se llenó de valentía, y la abrió. La luz estaba apagada, así que Airona metió la mano a la habitación, y apretó el botón de "encendido." Al prender la luz, empuje la puerta para que se abriera completa...la habitación estaba completamente limpia, el desastre de Molly, y el cuerpo de Amelia, desaparecieron. Estaba muy confundido en esos momentos, toda la sangre en la pared desapareció, todo estaba completamente limpio. Fui a revisar a la habitación de los padres de Katia y...tampoco estaban. Me empecé a alterar, así que saqué el libro rojo, y lo abrí en la pagina que salió cuando Amelia hizo su pregunta...ya no estaba, se veía como si alguien la hubiera arrancado.—Zac, ¿Dónde esta la "nota" que encontraste?— le pregunté a Zac. Yo tenia una idea en mi cabeza, estaba seguro de que esa nota, no era nada mas ni nada menos que la pagina de el libro. La empecé a buscar entre las cosas de Katia, —Perdón Katia, por buscar en tus cosas, no hay otra manera.— le dije a Katia, —No te preocupes, hare hasta lo imposible por mi amiga— afirmó Katia. Después de unos minutos, la vi, abajo de la chimenea, acomodada perfectamente entre la madera. Airona decidió ir a acercarse. Al agárrala, vio que tenia 4 gotas de sangre en el papel, una en cada esquina. Cuando de un segundo a otro las gotas se vuelven llamas de fuego. Airona soltó la hoja y cayó en medio de la habitación. Susurros empezaron a sonar por toda la habitación. Katia se tapó los oídos, pero eso no impidió q no las escucharan. El fuego empezó a moverse hacia el centro de la hoja, y después de unos segundos, si formo una "x". No podía entender nada de lo que los susurros decían, pero al ver la cara de Airona, me dio mucho miedo, estaba viendo hacia arriba, sin hacer nada. Decidí hacer lo mismo y vi un gran pentagrama invertido, hecho con sangre. Katia, Zac y Tom al verla, se quedaron paralizados. Después de unos segundos, los susurros se convirtieron en risas...risas maniáticas. Nos pusimos en un circulo, y nos tomamos de las manos, parecía como si estuviéramos haciendo un tipo de ritual, pero en realidad estábamos tratando de no entrar en pánico. Después de unos segundos, las risas maniáticas desaparecieron y el fuego se apagó. Las luces se habían apagado, así que no veíamos nada, solo se llegaba a ver el brillo de la sangre de el techo. Nos alejamos unos centímetros de el circulo, cuando de repente, la hoja de el libro empieza a quemarse, de nuevo, pero esta ves completamente por toda la hoja. Se veía como el fuego empezaba a caminar hacia nosotros. Cuando de repente, el símbolo de el techo empieza a incendiarse, nuevamente. Entré en pánico así que agarre a Airona de el brazo y la abrace, no podía decirle que todo iba a estar bien, por que en ese momento nos consideraba muertos. Estaba pálida, no podía moverse. Empezó a llorar sin hacer ningún ruido. Después me volteó a ver y entró en pánico. Fue a la cama de Katia, y se acostó, tapándose con todas las cobijas. Katia y Zac decidieron irse con Airona.

The red bookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora