No sabia como decirle a Tom lo que paso, cuando vi la pared con la frase escrita con sangre, me quede sin aliento, empecé a buscar por toda la habitación a Katia, me asomé por debajo de la cama, pero no estaba. Me sentía observado, los cuerpos de los Abuelos de Katia, de verdad me incomodaban. Decidí salirme de la habitación. Y al salir de la habitación, encontré el collar que Katia traía puesto esa noche, estaba cubierto de sangre, pero aun así lo tomé y decidí que se lo daría a Tom. Me salí de la casa, y cerré la puerta, yo sabia que seria la ultima vez que pisaría esa casa. —De verdad lo siento Katia, ya te extraño— dije. Después de que cerrara la puerta, dirigí mi vista a la banca en frente de la casa. Había una cajetilla de cigarros, medio abierta, y una botella de cristal, con una nota adentro. Yo ya sabia que era, así que la agarre y no la abrí, y los cigarros los deje en la banca, no sabia de quien eran. Mis pasos eran chicos y muy lentos, estaba muy triste, no logre salvar a Katia. Para mi, estas situaciones se empezaban a hacer algo "normal" en mi vida, por jugar ese estúpido juego. Al llegar al acantilado donde mi hermano y yo caímos. Había una patrulla, y mi hermano estaba en una camilla de hospital. Corrí, pero no los alcance, así que decidí ir con la patrulla, —Disculpe oficial, el chico de la camilla, era mi hermano, me haría el favor de llevarme con el, necesito hablarle— le dije a el oficial. El afirmo con la cabeza y me subió a su patrulla. Empezó a conducir por atrás de la ambulancia.
Para cuando llegamos a el hospital, todavía era de noche. —Muchas gracias por traerme— le dije a el oficial, el agarró su sombrero y sonrió. Al bajarme de la patrulla, sentí escalofríos, pero no le tome importancia, así que fui a la ambulancia y vi a mi hermano. Estaba gritando de el dolor, y no podía verlo, así que me tape los ojos, y después de eso, uno de los doctores, dirigió su mirada hacia mi, —¿Es un familiar tuyo?— me preguntó el doctor, —Es mi hermano, ¿va a estar bien?— le pregunté a el doctor. No le dio tiempo de contestarme, lo único que logro hacer fue correr con la camilla hacia la entrada de el hospital. A lo lejos se escuchaban discusiones entre todos los médicos de el hospital, —es muy grave doctor, tendremos que amputar la pierna— dijo una de las enfermeras. Yo no pensé dos veces y me metí por la puerta corrediza. Al entrar, escuche la risa de un niño pequeño, me tape los oídos, ya que se escuchaba muy fuerte, pero intente soportar los ruidos. Así que empecé a correr, y llegué a observar que subieron a el piso 300. Así que me subí a el otro elevador, e igualmente subí a ese piso. Al llegar a el piso deseado, las puertas de el elevador se tardaron 6 segundos en abrirse, me empecé a alterar por que yo quería llegar a ver a mi hermano, así que le di un buen golpe, y se abrieron instantáneamente. Empecé a buscar la camilla en la que estaba mi hermano, pero me iba a costar mucho tiempo encontrarla, en cada piso había 99 habitaciones. Empecé por las habitaciones 301-310, y no encontré nada. Llegue a las habitaciones 311-320 y solo vi a un niño pequeño con un suéter rojo y unos pantalones de color beige, sentado en el piso, jugando con un auto de juguete. No le tome importancia, así que seguí buscando, pero esta vez, fui directo a las habitaciones 331-340. En ese pasillo llegue a escuchar un grito de mi hermano, así que me dirigí hacia la habitación de donde provenía el grito, era la habitación numero 333, di dos pasos hacia atrás, trague saliva, y me dieron escalofríos, y después las luces parpadearon espontáneamente. Me asuste, así que abrí la puerta, y vi a mi hermano sufriendo con una bata de hospital color blanco. Entré y cerré la puerta. Lamparas LED alumbraban el cuerpo de Tom, cubierto de su propia sangre, la rama de el árbol que atravesó a Tom en el accidente, atravesó su pierna completa. Yo por otro lado, ya me había acostumbrado a ver mucha sangre, así q me acerque sin permiso de ningún medico, y le agarre la mano a Tom,—Aquí estoy, y aquí siempre estaré— le dije a Tom. El seguía gritando, —¡Katiaa! ¿¡Donde rayos esta?!— preguntó Tom gritando. Yo al instante empecé a llorar, no sabia como decirle, —Hablamos de eso luego, ¿si?— le dije con voz temblorosa. El no lograba contestarme, sentía mucho dolor. Así que me salí de la habitación y me senté en una de los asientos a un lado de ahí. Empecé a morder mis uñas, estaba muy nervioso, estaba teniendo un ataque de ansiedad. Después respire hondo y me calme.
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The red book
HorrorHe vivido una gran experiencia, y aun que algo espeluznante, es una cosa muy seria. Mis amigos merecían mas de lo que recibieron, pero aún así desaparecieron. Mi vida esta pasando justamente como mi Abuelo me dijo, y esto se los digo como un aviso: ...