Petición

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Estaba molesto, realmente irritado, trabajaba mucho cada día y lo único que pedía de aquel irresponsable presidente era un poco de apoyo, pero claro, el menor estaba seguro de que con él a su lado las cosas irían bien, ¿acaso no pensaba que un día podría llegar a cansarse? ¿Y si renunciaba? ¿Ryuuichirou podría con todo el trabajo? Debería darle una lección, aunque después de todo, no toda la culpa la llevaba el menor, sino él también, por haberlo solapado en muchas ocasiones, pero esto ya era demasiado, estaba cansado, estresado, le dolían muchas partes del cuerpo, pero aún así cumplía con su trabajo.

Se dirigía hacia su oficina con paso decidido, estaba seguro de dar una severa reprimenda a su pareja, estaba harto más que cansado de todo. Pidió a las secretarías que nadie les  molestara y que no les pasaran llamadas, ni a él ni a Ryuuichirou, estaba seguro de lo que haría, estaba seguro...

Sin embargo...

No estaba preparado...

Se quedó helado cuando cruzó la puerta de aquella gran oficina...
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Fuera de las instalaciones de la gran Marukawa se encontraba un hombre mayor, bajaba de su vehículo personal y observó todo el lugar con gran detenimiento, aquel lugar estaba plagado de recuerdos, amaba estar ahí, pero también, fue el lugar que lo mantenía alejado de su familia, y tanto fue así que decidió dejarlo, por supuesto, hubo momentos en que gracias a aquel lugar su familia se unía y sabía con quién podía llegar a contar en tiempos difíciles, ahora se mantenía al margen de aquel lugar, que le había llenado de experiencias y sabiduría, estaba de visita, sólo eso, llevaba un par de bolsas consigo, un poco cargadas, inhaló profundo y se dispuso a entrar al lugar, la gente lo reconocía y lo saludaban cordialmente, los empleados se hacían a un lado para dejarle pasar, y él de manera lenta hizo todo el recorrido hasta las oficinas principales, las secretarías tenían la indicación de no dejar pasar a nadie, ¿pero a él? ¡Nadie podría impedirle el paso! ¿Quién se atrevería? Nadie...

Así que después de saludar a las chicas se dirigió a aquella puerta y sin pensarlo mucho giró el pomo y abrió.
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Estaba en shock, el gran presidente Isaka Ryuuichirou tomaba una siesta en el sillón después de dejarlo con todo el problema de la junta, se acercó a él dispuesto a despertarlo, pero... Cuando estuvo a un paso de distancia algo lo detuvo, miró el rostro del menor, su cabello yacía sobre su cara, por un segundo ansío verle dormir, pero no podía dejarlo, ya le había pasado muchas cosas antes y está vez no lo dejaría así como así, retiró aquel mechón de cabello de su cara... Y se sorprendió, tiras de cabello se adherian a su rostro, estaba húmedo, observó con más atención aquel rostro, sus ojos parecían hinchados, rojos, y aquella humedad no era sudor, eran lágrimas, el cojín sobre el que descansaba su cabeza estaba demasiado mojado, ¿había llorado tanto? ¿Porqué? No lo entendía.
Su furia inicial se esfumó sin más, estaba dejándolo pasar de nuevo, algo había ocurrido con el azabache y no sabía qué, sin embargo no podía dejarlo así, con cuidado cambio aquel cojín por otro, ahora no quería despertarlo, así que cuidó cada uno de sus movimientos. Lo había logrado, reemplazar aquel cojín por otro sin despertar a Isaka, pero se quedó ahí de pie, intentando comprender el motivo, ¿acaso era por él? ¿Era esto a lo que se refería el padre de Ryuuichirou?

El padre del menor una vez le visitó en su departamento, y hablaron, no fue demasiado, pero solo eso fue suficiente...

Flashback

Aquella tarde el menor no se encontraba ahí, había tenido que salir a arreglar algunos asuntos y él se encontraba solo, el departamento ahora estaba limpio, y no quedaba mucho por hacer, se disponía a preparar la cena cuando el timbre sonó, dejó lo que estaba haciendo y se acercó a abrir, se llevó una pequeña sorpresa al ver al padre de Ryuuichirou ahí.

---Danna-sama...

---Kaoru... ¿Puedo pasar?

---adelante señor...--- Asahina se había hecho a un lado, y aquel hombre ingresó al lugar--- No sabía que vendría... Ryuuichirou-sama no se encuentra aquí en este momento... Pero, le llamaré...

Antes de alcanzar su teléfono un “no es necesario” se alcanzó a escuchar, Asahina levantó la vista para mirarle y una interrogante se formó en su mente.

---hoy he venido expresamente a hablar contigo.

---...--- aquellas palabras lo dejaron sin habla, no sabía que esperar, ofreció un asiento al hombre frente a él, pero éste no se movió de su sitio, no sabía que esperar pero sin duda alguna no era bueno, no era bueno y lo peor, estaba frente a una persona a la que admiraba y respetaba.

---nosotros... Nos conocemos hace tanto tiempo...---comenzó, el castaño asintió poniendo atención a cada palabra que le era brindada, sin embargo, notaba un dejo de tristeza y dolor en las palabras del hombre.--- has estado mucho tiempo al lado de mi hijo... Has cuidado de él tan bien que... Estoy agradecido por ello.

---usted... No tiene que agradecerme nada, al contrario, soy yo quien...--- No terminó de hablar, aquel hombre no se lo permitió,

---a lo largo de mi vida he... Tenido muchos sueños e ilusiones sabes, así como sé que las tienes tú, o mi hijo...
Un día quería prepararme y ser mejor en la vida, otro día quería comenzar una empresa, un día más quise casarme y al siguiente formar una familia, más adelante lo único que me importaba era mi hijo... Mi único hijo... Sabes yo... Tenía miedo de no ser un buen ejemplo para él, temía que tomara decisiones equivocadas y me horrorizaba el solo pensar que tomara el camino equivocado... Pero mis miedos no tenían fundamento... Mi hijo es alegre y responsable a pesar de todo, no parece tomar las cosas con seriedad pero esa fachada es solo eso, una fachada, él tiene talento, podría convertir la basura en arte en un instante y sin dificultad alguna... Una situación complicada, que para todos es imposible de resolver, él la mira de frente y le da la vuelta, toma la oportunidad y transforma el problema en una bella obra de arte, y entonces sonríe complacido, tú lo sabes muy bien, no es que no le importen las cosas, sólo que... No son un gran reto para él.
Pone especial atención en sus empleados y se preocupa por ellos aunque no lo dice, siempre procura que todo esté bien.
Me enorgullece... Mi hijo me enorgullece....

Asahina entendía muy bien las palabras de aquel hombre, después de todo él también conocía bien a Ryuuichirou, sin embargo, debía haber algo más.

---sin embargo... Mi hijo no es el mismo desde hace un tiempo, algo ha pasado con él y me preocupa...
Por eso, he venido a hablar contigo... Si ha pasado algo entre ustedes, por favor arreglalo...---pidió, mirando directamente al castaño, el cual no salía de su sorpresa, ¿acaso él sabía  de su relación? ¿Desde cuándo? Un sudor frío le recorrió al mirar los ojos de aquel hombre.--- no me mires así... ¿Creíste que no lo sabía? Has estado al lado de mi hijo por no sé cuántos años, es obvio que lo sé, no me molesta, sé que hizo a mi hijo feliz... Pero ahora, por alguna razón está sufriendo, así que, te lo pido como padre, no hagas sufrir más a mi hijo--- lloró, y Asahina se sintió terrible, no sabía qué decir, después de todo, él miraba a Ryuuichirou normal... Creía que estaba bien...--- me duele ver como mi hijo sufre cada día, y me duele más ver como se fuerza a sonreír y finge que todo está bien, por que su mirada no miente, se siente tan mal... Y yo no sé qué hacer por él, yo no puedo ayudarlo... Es mi hijo y no puedo ayudarlo, así que... Te lo ruego... No lo lastimes...
Si dejaste de amarlo solo dilo, pero no lo hagas llorar más... Te lo suplico...

Gracias A Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora