Los días seguían pasando sin prisas, Yokozawa parecía tener todo listo para la llegada de su bebé, estaba nervioso y de vez en cuando sentía miedo, su vientre estaba más abultado, la hora se acercaba y se hacía esa pregunta con mayor frecuencia "¿podré hacerlo bien?"
Tenía miedo de no ser bueno, miedo de fallar y sintiéndose así no se atrevió a expresar sus pensamientos a Kirishima, era de alguna manera insensato de su parte no hablar de ello con su pareja pero sabía lo que le diría, le expresaría apoyo y tal vez se burlaría de él por pensar de aquella manera y no, no quería que eso pasara.Hiyo fue a visitar a una amiga ese día y volvería bastante tarde, estaba solo y aburrido así que pensó que tal vez sería bueno sorprender al castaño en el trabajo y de paso ver como iban las cosas en el departamento de ventas, pero sobre todo, quería ver a su pareja... Aunque tal vez no se lo diría.
Caminó hasta la editorial de manera lenta y con bastante calma, no había razón alguna para apresurarse, además no podía aunque así lo deseara, su andar era lento debido al embarazo y se cansaba con bastante facilidad, incluso salir de su casa le supuso un martirio, pues sus pies estaban más hinchados y le costaba mucho trabajo calzarse los zapatos, Kirishima lo ayudaba siempre que salían pero hacerlo por sí solo fue complicado.
Pasó al menos una hora antes de que pudiera salir y esperaba no haber hecho todo ese recorrido en vano. Cuando al fin alcanzó a vislumbrar la entrada de aquella empresa ya era un poco tarde, sin perder mucho más tiempo se dirigió a Japun, sin embargo no había rastro alguno de su pareja, echando un vistazo a la programación de ese día se percató de que Kirishima no llevaba mucho tiempo de haber ingresado a una junta y que le tomaría tiempo volver, por lo que decidió bajar al piso de ventas y ver a Henmi, lo que le llevó más tiempo de lo pensado, cuando se fijó en la hora de su reloj era bastante tarde ya, Kirishima hacia tiempo que debió de salir de aquella junta y tal vez estaba por irse y si no se daba prisa perdería la oportunidad de volver a casa juntos, lo mejor sería llamarlo o enviarle un mensaje... Pero se dió cuenta de haber dejado el móvil en casa, pues no lo llevaba consigo, se apresuró al piso de Japun y aunque alcanzó a ver aún las cosas de Kirishima a él no lo veía por ninguna parte.---Hitomi--- llamó--- ¿sabes dónde está Kirishima?
---Kirishima-san...--- el aludido parecía sorprendido por la pregunta pero más que nada por quién le preguntaba, de repente pareció asustarse y sólo alcanzó a negar con la cabeza rápidamente.
---¿? --- Yokozawa estaba confundido, Kirishima siempre daba a conocer su paradero cada vez que dejaba su puesto de trabajo, sabía que aquella mujer que lo pretendía aún no dejaba las instalaciones y eso comenzó a preocuparlo, no desconfiaba de su pareja pero sí de lo que era capaz aquella mujer, y más lo molestaba el hecho de que nadie parecía saber dónde estaba, si alguien lo supiera era de esperarse que se lo dijeran de una vez pero eso no pasó. Poco a poco fue llenando de aire sus pulmones al tiempo que parecía enfadarse más y más, hasta que ya no pudo continuar--- ¡ZEEENN!
El grito se escuchó por todo el departamento y un silencio mortal le siguió a continuación, se oyó el ruido de algo cayendo y momentos después Kirishima llegó corriendo hasta donde se encontraba Yokozawa, parecía asustado, y preocupado por el tono de aquel grito.
--- ¡Yokozawa! ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Necesitas que vayamos al médico? Dime que necesitas--- había logrado acercarse hasta el menor, sus ojos reflejaban una preocupación enorme pero sin dejar de mirar con amor a su enfadada pareja,
---tú...
---¡hey! Este no es lugar para hacer ningún tipo de escándalo, es un lugar de trabajo, ¿si lo sabes no?--- “¡tch! ¡Que mujer tan entrometida!” nadie se atrevía a hablar.
---ven, hablemos en otro sitio--- Kirishima tomó suavemente la mano de Yokozawa sin embargo éste se safó de su agarre y a cambio el castaño recibió una bofetada, una que resonó y los sorprendió a todos obligándolos a contener el aliento por miedo a agravar la situación, que no pintaba nada bien.
No podía decir que le había dolido, pues a pesar de haber sonado increíblemente fuerte, la verdad era que apenas y había sentido el golpe, sólo que estaba sorprendido, algo había ocurrido y él no era consciente de qué, miró a Yokozawa pero no estaba molesto, él había hecho algo, lo había hecho pero al no saber qué no podía saber cómo remediarlo, cerca de él uno de sus empleados respingo lo más bajo que pudo, intentando pasar desapercibido, no lo consiguió, Kirishima se giró a verlo mejor y notó una cara de espanto en el rostro de Katou... Probablemente entendía el porqué del enojo de Yokozawa... Tal vez tenía algo en la cara y...
--- eres... Un idiota... --- Yokozawa habló, un poco dolido y sin atreverse a mirarlo, no quería verlo, no así.
Aquella chica se mantenía algo alejada pero parecía disfrutar del espectáculo mientras el resto de las personas parecían angustiadas--- ...No vuelvas a hacer eso...---yo...--- Quería responder que no lo haría pero, ¿qué demonios era lo que no tenía que hacer? Si tan solo Katou le diera una pista... Antes de intentar decir nada, captó la mirada de Yokozawa, estaba furioso y no lo miraba a él, sino a alguien más... Miraba en dirección a aquella chica.
---¡no te atrevas... A hacer esto otra vez!--- gritó, sorprendiendo a todos una vez más--- si él se queda dormido es porque ha trabajado mucho y está cansado, ¡eso no es razón para aprovecharse de alguien!--- le reclamó señalando a Kirishima pero no le dijo más, se volvió a mirar al castaño--- ¡y tú! ¡No seas idiota y no te quedes dormido en cualquier lado! ¡Que las arpias no descansan! ¡Y quítate esa baba de la cara que se ve horrible!--- ante ese comentario Kirishima llevó una mano a su rostro, era verdad que se había quedado dormido en la sala de descanso de aquel piso, y despertó asustado con el grito de Yokozawa, se había apresurado tanto en ir a su encuentro que no se dió cuenta de que había babeado al dormir, pero debía haber algo más, o el oso no se habría enfadado tanto.--- y limpiate... Ese labial barato del rostro.
Lo último lo dijo con las intenciones de no hacerlo, Yokozawa había dejado de mirarlo, incluso parecía algo triste, Kirishima sudó frío, palideciendo de inmediato, sólo entonces comprendió el motivo de su furia, y también la reacción de su subordinado, al mirar su mano notó la pintura que quitó de su rostro, sin pensarlo dos veces salió del lugar dirigiéndose al cuarto de baño sorprendiéndose de ver su cara en el espejo, con aquel labial rojo, muy cerca de sus labios, rozándolos, maldiciendo su estupidez se frotó el rostro con rudeza y por un largo tiempo.
Solo una cosa lo hacía feliz, saber que Yokozawa confiaba en él, saber que descubrío la trampa de aquella chica y había decidido creer en su muda defensa, verlo furioso de celos era de los mejor.Yokozawa estaba cansado, tenía sed, nadie se interpuso en su camino cuando fue a comprar una bebida, tampoco cuando volvió, pero el decidió detenerse cerca de aquella mujer, la observó sólo un momento logrando ella captar su mirada, estaba fastidiada.
---te diré sólo una cosa más, en este mundo, existen muchos hombres, pero él, él es mi hombre. Búscate uno para ti y aléjate del mío.--- no dijo más, se alejo de ella yendo directamente al escritorio de Kirishima dispuesto a esperarlo.
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Gracias A Ti.
Hayran KurguHiyori espera con ansias tener un hermanit@, lo repite una y otra vez a sus padres, los cuales están preocupados, puesto que ambos son hombres, ¿será esto posible?