Dr.18

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-Perdí a mi familia...— fueron las palabras que solté al estar en la puerta de la casa de Rachel, sentía un gran vacío dentro de mi, siempre he sentido un vacío, pero esta vez es distinto, el miedo que sentía al imaginar que mi hija creciera sin un padre, sin su papi, mi princesa es todo para mi, es una niña que se ha robado mi corazón, tal vez no sea una persona que le gusten los niños pero con mi pequeña me he entendido bastante bien, es mi misma copia, en los ojos, cabello, su preciosa carita... solo el pensarlo mi corazón se encoge y duele bastante.
Había caído en los brazos de Rachel sin darme cuenta, lloraba al imaginarme atrocidades, al imaginarme una vida sin mi hija y sin mi esposa. Si, es mi culpa, y tampoco me gusta ser lo que soy y no sé cómo pararlo, simplemente soy un curioso que sigue sus instintos y sus necesidades, sus deseos y aveces por segarse tanto uno pierde el rumbo.
-Ven, vamos, entra, te vas a enfermar si te sigues mojando— entramos a su casa y me ve preocupada, me da un beso en la mejilla— ¿Qué pasó?— me ve asustada— espera, iré por ropa y por una toalla— la esperé recargado en la puerta y cuando regresó me ayudó a secarme y me dio ropa, me quité la que traía y me puse una camiseta y me quedé en bóxers— Till...— me agarra la cara y me ve a los ojos, me veía preocupada y no me gustaba estar en estas situaciones pero estaba bastante destrozado, enseguida se fijó en mis ojos rojos e hinchados, quiere decir que estuve bastante tiempo llorando— ¿cuánto tiempo estuviste afuera?
-No lo sé...— me senté en el sillón— creo que la vida me dio mi merecido, me quitó lo que más amaba, no es justo digo, las cosas que he hecho no son malas, no hay justificación con lo que hoy pasó, bueno, estuve mal en guardarle a mi esposa lo que tenemos pero... tampoco es para tanto...
-Oh ya, mira Till, para las personas que no están acostumbradas a tener todo lo que desean ese tipo de cuestiones si es de mucha importancia, no todos tienen las mismas ideas, no todos están de acuerdo con los gustos de otros por eso es muy importante la comunicación.
-¿Cómo es que no te importa?, ¿cómo es que conociendo lo que soy no me quieres dejar también?, soy un monstruo...— no pude evitar quebrarme.
-Bueno, no puedo quejarme de nada, por la manera que nos conocimos y lo qué pasó, yo sabía que tenías esposa y a pesar de ello me seguías amando, el amor es diferente depende de las personas o las circunstancias pero nunca es igual, siempre es diferente y amo lo que tengo contigo y no, no eres un monstruo, jamás lo serías, Till, veme, no eres un monstruo.

Me dió un beso delicado y suave, sus lindos y finos labios me encantaban, me hacían sentir pleno y sin preocupaciones, me hacían querer más, quería devorarlos, eran mi absoluta droga, todos los labios y los besos lo son, el besar es un arte que con el paso de la vida se perfecciona, si no lo practicas se puede olvidar pero lo mío es besar, pero así como me encanta besar, me encanta follar.
Y esas dos son mi tremenda adicción.

xXx

Desperté algo cansado, ayer estuvimos bastante activos, aveces el sexo es como el alcohol, lo consumes para olvidar tus problemas o un apellido y nombre, aveces funciona, solo aveces, y bien, me estiré en camino a la cocina que olía bastante bien.

-¡Till, no espera!
-¿Qué pasa?
-Te estaba haciendo el desayuno, era una sorpresa...
-Oh, preciosa...— me acerqué a ella y la abracé por atrás y le di un beso en la mejilla— gracias, enserio.
-Buenos días, Doc.
-Buenos días... mi paciente preciosa, ¿cómo va esa cicatriz?
-bastante bien— sonríe.
-Poco a poco puede hacerse menos visible eso estaría perfecto.
-Si, gracias en verdad— me sonríe y nos damos un beso.

Como sea, desayunamos juntos, luego bajé mis cosas de la camioneta y me tuve que ir al trabajo de nuevo, el trabajo nunca espera y ya tenía mensajes de mi secretaria, los pacientes ya estaban llegando así que manos a la obra.

xXx

Estaba atendiendo a uno de mis últimos pacientes, estaba algo cansado, me dolía la espalda así que me tomé unas píldoras, pero me daban algo de sueño, en fin, al menos ya casi terminaba el trabajo, en eso mi secretaria entró de la nada a mi oficina algo nerviosa.

-Amelia..
-Doctor, perdóneme por interrumpir, es algo urgente, por favor, ¿tiene un momento?
-Eh, si claro— regresé al paciente— ¿me permite un minuto?
-Claro, doctor.
-Gracias, no tardaré— me paré de mi asiento del escritorio y salí junto con mi secretaria y cerré la puerta— ¿Qué pasa?
-Recibió un correo algo extraño, habla sobre una denuncia, sobre algunos sucesos no confirmados, abrirán un caso con un juez y y no entiendo muy bien, en realidad.
-Espera, ¿denuncia?, ¿denuncia contra quién?
-Contra usted.

No podía creer lo que Amelia me decía, le dije que todo estaba bien que se debieron confundir y que al rato lo checaría, así que terminé con mis consultas y lo pude checar, lo leí con calma y básicamente lo que decía la gran nota es que se me pondrían cargos por practicar actos misóginos y sexuales con mis pacientes, con todo tipo de pacientes que he tenido a lo largo de mi carrera, es imposible, no hay pruebas, ¿quién carajos me estaba acusando de todo esto?, además se me acusaba de violencia, abusos, violación y amenaza, eran tantas cosas y con nombres tan profesionales que exactamente no sabía muy bien de que tanto me acusaban, en verdad que no sabía de donde había salido todo esto y menos quién habría hecho todo esto contra mi.

CAPÍTULOS FINALES.

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2021 ⏰

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