•My 4th of July• (Aidan Gallagher)

🦋Capitulo final🦋

En el capítulo anterior:

-¡Solo mañana! Solo te pido que te quedes ese día y ya

-¿Mañana? ¿Qué día es?

-Mañana es 4 de julio.

~🌸~

-Debiste haberme dicho que no llegarías, te estuve esperando como tonto por 4 horas.

-Lo siento James, con lo que me dijo se me olvidó por completo que tenía que ir contigo.

-¿Irás?

-Claro que si, me pidió estar con el está noche, quiere pasar un último momento especial a mi lado

-Tienes que estar lista antes de las 12:05, o si no todo lo que hicimos será en vano.

-Lo sé, lo sé James- dije levantándome de la banca- No he olvidado el límite de tiempo, en cuánto el reloj marque la medianoche saldré rumbo al lugar que acordamos, queda cerca de la preparatoria donde Aidan dijo que sería el show así que podré llegar sin problema.

-Si no lo logras y te quedas estancada aquí te lo recordaré toda la vida.

-Si, lo que sea-dije con sarcasmo.

Estuve buena parte de la mañana con él, a pesar de que lo vería antes de irme queríamos pasar un buen rato. Estuvimos comprando un montón de frituras y refrescos de un pequeño local, el dueño se resistía a echarnos solo porque le dimos más de 100 dólares en compras.

Luego de unas horas de devorarnos todo me fui a la casa de la Sra. Collins, tenía que empacar y tener todo listo. Hacia un buen clima, las calles estaban llenas de alegría; los colores azul, rojo, blanco y amarillo resaltaban en todas partes y letreros con la leyenda "Happy Independence Day" se encontraban hasta en la sopa.

Al llegar a casa lo único que hice fue lanzarme hacia mi cama, estaba cansada, exhausta de toda esta locura que había vivido, ¿Tan pronto había llegado al final? Aunque me dolía el hecho de partir y volver a mi año tenía que admitir que los momentos que había vivido aquí jamás los olvidaría, se quedarían guardados en mi corazón y permanecerían en secreto hasta el último aliento de mi alma...

Todos esos pensamientos hicieron que el tiempo se fuera volando y cuando me di cuenta ya eran las 7:00 pm; me quedaba una hora para despedirme de la señora Collins.
Tomé las únicas dos cosas que me pertenecían: una medalla y un broche, las guardé en mi bolsillo y me dirigí a la puerta, ahí me detuve y le di un recorrido con la mirada, me despedida de el lugar más acogedor que había tenido.

Al bajar me encontré a la buena mujer sentada en la sala, al parecer me estaba esperando, extendió sus brazos y me dijo- Ven acá querida, déjame abrazarte por última vez.

Yo me acerqué y le correspondí, en todo este tiempo ella había sido una madre para mí, me acogió sin conocerme y me ofreció un hogar cuando más lo necesitaba.

-Muchas gracias por todo Sra. Collins, jamás podré pagarle lo que ha hecho por mi.

-Oh, no te preocupes, fuiste un gran aliento para mí, tu presencia me dio vida y alegría, nunca te olvidaré pequeña- dijo con dulzura.

Me separé, ella se volvió hacia una repisa y agarró una cajita- Toma, los horneé en la tarde por el día de la independencia, espero te gusten, son de vainilla.

Le agradecí de nuevo y me acompañó a la salida, miré por última vez aquel lugar antes de irme para jamás volver... si, ahí estaba todo: una casa, un jardín y una maravillosa mujer.