𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗟𝗘 𝗗𝗜𝗚𝗢 - 𝗞𝗮𝘆𝗻𝗲𝗮 ✓

❝𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗢𝗖𝗛𝗢❞

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𝗜𝗩𝗢:

Después de despedirme cerré la puerta y fui hasta Joaquin que se encontraba en el pasillo.

—Eu rubio estás bien? cómo la pasaste?—

—Bien, si estoy bien.— dijo como tratando de convencerse a si mismo —Y la pase piola me gusto verlos un rato, bueno lindo estoy un poco cansado así que ahora me voy a bañar.—

—Tranqui andá.— dije para después plantar un beso en sus labios.

Me miro con una sonrisa tierna pero falsa y se fue al baño, lo conozco muy bien y no le creo nada de lo que me dijo. Sí, puede ser que ver tanta gente de golpe lo haya dejado un poco cansado pero se que no es solo eso, habían momentos en los que se desconectaba totalmente de la conversación, se forzaba a reír e incluso noté que solo comió una porción de pizza, en el momento no dije nada ya que todos llevarían su atención a Joaquin y se preocuparían a niveles que solo lo sofocarían. Los que estábamos acá sabíamos por el tiempo oscuro que tuvo que pasar mi niño por culpa de su ex, y que sepan que ahora está en algo parecido a eso provocaría un bardo con el cual no tengo ganas de lidiar.

No quiero interrumpir su privacidad pero aún no he escuchado el agua de la ducha corriendo, así que voy a cerciorarme de que todo este bien.

Subí las escaleras y antes de tocar la puerta del baño escuche un sollozo y murmullos que no lograba entender, yo sabía que algo pasaba.

No dude un segundo y abrí la puerta encontrándome con un Joaquin de ojos llorosos que velozmente bajó el buzo que tiene puesto cubriendo nuevamente su abdomen, esa acción me alarmó ¿y si se hizo daño?

—Joa bebé qué te pasa?— me acerque tomando su mentón con mi mano.

—Na-nada tranquilo.—

—No me mintás, dejáme ver tu torso.—

Antes que dijera alguna palabra levante sus ropas con catuela dejando descubierta la parte superior de su cuerpo, miré más a detalle en caso de estar ignorando algún corte o rasguño pero nada, acaricie levemente la zona sonriendo por mis pensamientos.

No tiene sentido lo perfecto que es este hombre.

Volví a dejar la ropa en su lugar.

—Me decís que te pasa y por qué estabas con tu buzo así?—

—Es que y-yo, mi cuerpo.— bajó la cabeza derramando más lágrimas —No, no me gusta Ivo, no es lindo como el tuyo o el de todos.— habló casi inaudible.

Me rompe el alma verlo así, nadie merece pasar por esto.

—Joa mirame, tu cuerpo es hermoso de principio a fin, absolutamente todo, te soy sincero esto lo pienso yo y toda persona que te conozca.—

—De verdad pensás que soy lindo?—

—No solo lo pienso, lo digo y es una realidad, mirá— lo tomé por los hombros y lo posicioné delante mío frente al espejo —Se que estás pasando por un mal momento y que tenés muchas inseguridades pero detrás de todo eso hay un pibe increíble, muy fuerte que a pesar de todo sigue acá dando la pelea, hay un pibe que es hermoso tanto físicamente como en personalidad, hay un pibe que me enamora cada día más y que me alegra la vida con cada cosa que hace.— le dejé un beso en la mejilla mientras él se dedicaba a limpiar sus lágrimas.

—Confiás en mi y me dejás hacer algo?— volví a hablar.

Vi a través del reflejo como asentía, entonces sin más tomé nuevamente su buzo y remera y las saqué por completo. Él se miraba con un poco de miedo en el espejo y apartaba su mirada, no era capaz de mantenerla por unos segundos en su propio cuerpo.