❝𝗩𝗘𝗜𝗡𝗧𝗘❞

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𝗢𝗠𝗡𝗜𝗦𝗖𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘:

Afuera todo aparentaba ser pintoresco, un lindo sol iluminaba toda la ciudad y gente en cada rincón disfrutaba de él, aunque a través de las gruesas cortinas no se divisaba nada de lo antes expuesto. En aquel cuarto oscuro de aspecto frío en donde solo se oían los incontables sollozos por parte del morocho, reinaba la incertidumbre ¿Cómo? y ¿Por qué? las preguntas que no paraban de chocar en su cerebro.

Y es que así se sentía, fuertes presiones latentes en su cabeza, todo marchaba a la perfección ¿Por qué el universo se puso en su contra?.

Increíbles eran las ganas de gritar y expulsar sus contradictorios sentimientos, una parte de él sabía que era estúpido y debía superar, pero ¿Para qué? ahora, solo, y escondido entre las capas de su cama su cuerpo no tenía ganas de soltar tan fácilmente.

Iba a seguir en aquella dinámica que había adoptado de lamentarse por todo, hasta que el sonido chirriante del timbre lo distrajo, se levanto pesadamente pero con esperanzas, quizá él aparecía como fantasma o algo así frente a su rostro.

Una vez en la puerta nisiquiera se preocupo por arreglar su estado o secarse alguna de las lágrimas que fugazmente escapaban de sus ojos, simplemente la abrió y maldijo con todas sus fuerzas tratando de cerrarla de vuelta pero un pie entrometido no se lo permitió.


—Salí de acá.—

—No me vas a decir un "hola cuñada" por lo menos?— dijo Emily empujando más de la puerta para poder entrar.

—Cuñada?—

—Claro, porque vos y Joaquin se tratan de hermanos, a no ser de que como siempre hayas estado intentando meterte con él, era cosa de dejarlos solos un rato y vos ya querías afanarme el novio, esa es la razón por la que nos separamos.— se movió con agilidad hasta la sala —Vos por qué llorás? sabés, en realidad no me importa, dónde está Joaquin?—

—Quién te crees que sos? flaca salí de mi casa! aparte ustedes terminaron porque sos una tóxica de mierda.—

—Agh! me tenés cansada con ese discursito, y no me cambies de tema, ayer fui a su casa y no había nadie, por lo que debe estar acá, Joaquin dale vení!—


Ivo estaba empezando a desesperarse, no sabía muy bien como reaccionar ante la petiza de puntas rubias que no paraba de moverse por el lugar intentando encontrar, a lo que ella llamaba, "su única razón de existir".

—Pará loca! Joaquin no está acá.—

—Entonces dónde?—

—Joa-Joaquin.— tragó seco tratando de organizar sus ideas —Él se mató.—

—QUÉ?! No, no, no vos me tenés que estar jodiendo.— atónita volteo su vista hacia Khea.

—Sabés que Emily, él no se mató así como así, VOS LO MATASTE, VOS Y TODA LA MIERDA QUE LE HICISTE!— empezó a llorar de nuevo, su mente aún no procesaba lo que estaba diciendo pero iba a seguir —TE ACORDÁS DE LAS NOTAS EN EL ESPEJO?, ESO TE PARECE AMOR? DAÑARLO FÍSICA Y EMOCIONALMENTE, TE PARECE AMOR?—

—Lo hiciste pedazos desde dentro y no pudo más con la carga, y sabés que es lo peor? que ahora vos, la hija de puta que lo llevo al fondo, está parada frente a mi, en mi sala como si nada, TOMATELA DE ACÁ NO TE QUIERO VER MÁS EN MI VIDA!— Ivo la tomó del brazo no muy fuerte pero lo suficiente para llevarla hasta la salida.


Ya fuera Emily no despabilaba, el estado de shock no le permitió formar una palabra más u oposición a que Ivo la sacara de ahí, Joaquín se mató por su culpa, la única persona que "amaba" estaba muerta, su cabeza no dejaba de dar vueltas, ella había acabado con todo, el dolor se instaló en su pecho y se alejo a paso rápido de allí, perdida sin destino alguno.

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cry

𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗟𝗘 𝗗𝗜𝗚𝗢 - 𝗞𝗮𝘆𝗻𝗲𝗮  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora