Halloween

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31 de octubre.

Ya habían pasado dos meses de curso y María se juntaba sobretodo con Hermione y Alicia.

Se pasaba mucho tiempo con Hermione en la biblioteca, leyendo o haciendo los trabajos, y con Alicia se iba después al patio a trabajar los hechizos.

Ese día les tocaba clase de pociones con Snape. Por lo visto a ese profesor no le caía bien ni un Gryffindor, pero ella sin embargo era su preferida, por suerte. Era muy buena en la mayoría se las asignaturas, pero en especial era excelente en pociones, debido a que desde pequeña ayudaba a su madre.

Después tenían clase de encantamientos con el profesor Flitwick. Era un mago magnífico y muy buen profesor.

Hoy tocaba aprender el hechizo de levitación.

-Bien niños, repetid conmigo. Sin varitas por favor, Wingardium Leviosa.

Después de decirlo dos veces, todos empezaron a practicar el hechizo intentando levantar una pluma. Sencillo.

Por lo visto para Ron no lo era, y Hermione le ha mostrado como tenía que hacerse, lo mejor de eso esque ha conseguido puntos para su casa.

-Wingarduim Leviosa- María también prueba a hacer el hechizo y le sale perfecto.

-Muy bien señorita James, 10 puntos para Hufflepuff también.

La pequeña termina la clase y se queda contenta y satisfecha con su trabajo.

Las tres salen las últimas del aula justo detrás de Harry y Ron con un par de amigos.

Se dirigían al gran comedor, y caminando por el patio intentan alcanzar a los chicos, pero escuchan a Ron decir algo.

-Es leviOsa, no leviosAA, que pedante, normal que no tenga amigos.

Alicia y María se quedan sorprendidas, pero Hermione se adelanta y le pega con el hombro al pelirrojo.

Las chicas intentan alcanzarla y pasando por el grupo María no puede evitar soltar un comentario antes de irse.

-Muy hábil Ronald- una mirada fulminante por parte de las dos atraviesan al pelirrojo dejándolo paralizado.

Corrían detrás de Hermione, que por lo visto se dirigía al baño de las chicas.

-Hermione espera, ven con nosotras.

-No, dejadme en paz. Tiene razón, soy una pesada sabelotodo.

-¿Y?- la voz de María llama la atención de la castaña- nosotras te queremos, y no creemos que seas pesada, nos encanta que ayudes a la gente, que seas la mejor estudiante del siglo, o que nos corrijas en cualquier momento. Nos haces ser mejor persona Hermione, a todos. Eres brillante y eso no te lo va a quitar nadie. Y qué si ese pelirrojo no lo ve, nos tienes a nosotras, siempre estaremos juntas.

Hermione sale del baño con los ojos rojos y secándose las lágrimas.

-Gracias, yo también os quiero un montón.

-Venga vamos, que aún podremos llegar al banquete de Halloween- Alicia intenta animarla con comida, lo cual funciona con María, aunque no tanto con Hermione.

-Sí Herms, lávate la cara y vamos.

Dispuestas a salir del baño, se topan con un cuerpo gris muy grande y feo. Las tres niñas gritaron. ERA UN TROL. Se metieron el nos retretes y el trol empezó a dar golpes con un mazo que tenía en la mano.

-¡Alicia! ¡Hermione! Ayuda, se me ha atascado el pie.

María se había quedado atrapada debajo de un pesado tablón de madera. Pero Hermione estaba bajo los lavabos esquivando al trol.

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