Wildflower

Sunset

-Hola María, hola Georgie...

George y María seguían sin saber que acababa de ocurrir.

-Fred, ¿nos disculpas un segundo porfa? Tengo hablar con tu hermano.

Mientras ambos se alejaban del segundo pelirrojo, continuaban agarrados de la mano.

En cuanto María se da cuenta se separa y mira al suelo un poco nerviosa. Pero enseguida reacciona y comienzan las dudas.

-¿Qué ha sido eso?

-No lo sé. Tampoco sé si deberíamos decírselo a Dumbledore. No nos creería nadie.

-No voy a seguir entrenando estando ese perro suelto.

-No, a a. Me niego. Entrenaré contigo si hace falta, pero no vas a perder la oportunidad por un perro asqueroso.

-¿Enserio? ¿Harías eso por mí?

-Si bueno, ya sabes...

Antes de seguir hablando, María se pone de puntillas, se acerca a George y le da un beso en la mejilla.

-Gracias Georgie. Nos vemos mañana entonces.

Y mientras María caminaba por el campo, Fred sacaba a su gemelo del trance.

George miraba como María se iba lentamente, y sin dejar de mirarla consigue pronunciar unas palabras.

-Fred código naranja.

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Ya era lunes y María tenía clase de adivinación y pociones.

No había desayunado nada ni había hablado con nadie. Los nervios la comían por dentro.

Estaba sentada en el gran comedor con toda la comida delante y leyendo un libro de tácticas para Quidditch.

-¿Puedo tener amiga o solo hablas con el pretendiente pelirrojo?

María levanta la mirada y ve a su mejor amiga de brazos cruzados mirandola.

-Tiene nombre.

-Hay perdón, tu Georgie...

-No te rías, George me ha estado ayudando mucho para hoy. Y perdón, esque he estado muy centrada en esto y estoy muy nerviosa.

-Sabes que te va a salir genial, yo confío en ti. Por cierto, un chico lleva mirándote toda la comida.

-¿Quién?

-Ya te darás cuenta, aunque te costará porque te conozco, jajajaja

-Que graciosa. Me voy a cambiarme y seguir practicando. Nos vemos luego.

-¡Llévate un sándwich!- Alicia se lo lanza y María lo caza en el vuelo con una sola mano, y sale comiendo hacia los dormitorios.

Al llevar María ve la ventana abierta y una lechuza negra al lado de un paquete muy grande.

Se acerca a darle un poco de agua y comida junto a la suya. Una lechuza blanca de pecho marrón llamada Bruce.

Cuando va a abrir el paquete se da cuenta de que lleva una nota.

Espero que seas tan buena jugadora como yo. Quiero que ganes todos los partidos con esto mi pequeña.

María sin dudarlo supo que era su madre la que le había mandado esto, aunque nunca le había dicho mi pequeña....

En fin, esta se dispone a abrir el paquete. En cuanto lo desenvuelve, los ojos se le abren como platos.

-¡Una saeta de fuego! Nosotros no podemos permitirnos esto...