Capítulo 1

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Sentada en un prado observaba el paisaje recostada en un ahora árbol de cerezos, que hace tiempo era casi como un arbusto, el mismo prado donde conoci a mi mejor amigo y secretamente el niño que me gustaba.

Estaba sola, cosa que ya se me había hecho costumbre hace años ¿la razón? El no volvió, al principio me parecía normal, pocas veces coincidía con el, pero su ausencia se hacía cada vez más larga aunque no perdía esperanza, así pase estos ocho años viniendo incansablemente hasta perderla al no volverlo a ver, a quien engaño, tenía una pisca de ella esperando que en algun momento llegara.

-sabía dónde encontrarte-

-madre-miro hacia su dirección un tanto sorpendida-¿como sabias que estaba aquí?-

-una madre tiene que saber hacia donde va su hija, especialmente si esta desaparece todos los días durante ocho años- sentándose a mi lado mientras soba mi cabeza.

-tienes razón, papá pensaria lo mismo- digo llevando la vista en frente topandose en mi visión una flor que inmediatamente me hizo recordar su flamante melena.

-sabes que te esta cuidando desde arriba hija- respondió para dar paso a un agradable silencio.

Durante estos años mi vida había hecho muchos giros, mi padre había muerto en batalla, misión en la cual mi madre llegó a duras penas a mi hogar.
Desde ese día mi madre; luego de recuperarse de sus heridas y su muerte; comenzó a entrenarme para ser cazadora, decisión que había tomado de primera antes que ella me lo dijera, tenía razones fuertes para hacerlo, por mi padre jurando vengarlo, y especialmente por mi mejor amigo, Kyojuro quien al igual que yo decía que se convertiría en cazador.

Mi madre pesar de ser cazadora nunca abandono su lado amoroso y protector, cualidad de toda madre, solo cuando se trataba de asesinar demonios, cuando papá murió su escencia había desaparecido por un tiempo, llegando a caer en depresión y era entendible, el amor entre mis progenitores había nacido a primera vista desde pequeños, que le hayan arrebatado su gran amor era desgarrador para cualquiera, pero un día despertó con una gran voluntad diciendo que tenía el fruto del amor entre ambos como motivo para no dejarse caer, así comenzó a entrenarme como cazadora, deseo que también era de mi padre inculcandome diariamente, haciéndome sentir que debía ser igual de fuerte como ella.

Estaba claro que ella sabía sobre mi amistad y secreto amor hacia Kyojuro, quien para ella todavía era un misterio el chico que le había robado el corazón a; en su momento; su pequeña hija hace años.

Todos los días su pequeña llegaba a casa con una gran sonrisa contando lo que había hecho con su amigo, donde notaba el sentimiento a flor de piel en ella cada vez que lo nombraba causándole ternura a la mayor, la cual recuerda que había experimentado y pasado la misma situación con su amado.

-lo volverás a ver, estoy segura- habla rompiendo el silencio.

-lo haré, me esforzaré en la selección final para convertirme en cazadora y poder encontrarlo- digo observando a mi madre quien me mira con una tierna sonrisa.

-y se que serás una gran cazadora, pero para serlo tienes que comer para ser fuerte, y no lo serás con el estómago vacío, así que vamos a comer-

Dicho eso ambas fuimos a nuestra cabaña en el gran bosque a almorzar, ya que luego entrenaría.
Ya ansiaba que llegara el día de la selección final, me había esforzado durante cuatro años, gracias a los consejos y entrenamientos que me daba mi padre junto con las enseñanzas de mi madre.

Pero más importante, lo haría por el, por Kyojuro.

Los días fueron pasando y con ello mis nervios y ansias crecian al igual que la preocupación de mi madre aunque no me impedía irme.

"La Flama De Nuestro Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora