- Bien, solo sígueme el ritmo, esto no será fácil pero lo vale.
- No será fácil?- Pregunto el joven ojiverde.- Por favor, bailar es fácil, cualquiera podría hacerlo...
- No!, Te equivocas, bailar no es fácil, es mucho más que difícil, conlleba mucho...
Así es, un día nuevo, con una fresca mañana y muchas cosas por hacer. Hoy por fin conoceré el maravilloso voy que mamá pago, la membresía es de un año y puedo asistir cuando me plazca.
Eran las 7:00am, me levanté de la cama, y me duche, me puse algo acordé a la ocasión.
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Estaba completamente dispuesta a jugar algo de tenis o badminton.
Baje y ví a mi madre mirando su teléfono.
- Mère, ayer no pudimos hablar, escuchaste mi correo de voz?
- Si T/N, estoy arreglando un asunto dame un segundo.
- No estás feliz?
- Si, pero te dije que esperarás, ve y habla con tu padre ahora voy.
- Está bien.
Busque a mi padre y lo encontré en la cocina comiendo un pan tostado con mermelada.
- Papá no se supone que vamos a desayunar en el club?- Le pregunté con humor.
- Si, pero estaba muriéndome de hambre, tu madre no me dejaba comer nada, dijo que esperara, pero sabes lo impaciente que soy.- Me contestó con el mismo tono.- Oye, pero hay algo de lo que no hemos hablado, tu madre me dijo que ayer audicionaste para una competencia y quedaste dentro, felicidades.
- Gracias papá.
- Podemos irnos ya!- Grito mi madre desde el corredor.
- Vamos antes de que tu madre se enojé.
Fuimos en el auto de papá y durante todo el camino mamá no paraba de advertirme- Si haces algo se cuidadosa. No hables con cualquiera. No seas grosera pero tampoco seas tan blanda. Pararte siempre derecha y no rías fuerte.
- Si mamá, ya entendí tengo que lucir como una muñeca.
- Como te ven te tratan mi querida niña.- Me respondió.
- Ya lo sé mamá.
Y al fin llegamos al club, los empleados se llevaron el auto y entramos como familia al club, las demás personas nos miraban, algunas bien, otra mal y otras tenían un mirar sorprendido.
Nos detuvimos en la recepción para registrar nuestra entrada.
- Buenos días señorita, somos la familia Sheen Legrand.- Mi mamá se quitó sus gafas negras para hablar con la joven.
