Ya habíamos llegado a la Sunrise House y Hizashi había cantado un par de canciones.
Mientras estaba con el resto del grupo me llegó un mensaje.
Yua / Aizawa
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Me quedé helado ante esto y parece que el resto se dio cuenta.
Shou, ¿Estás bien? - Hizashi me miró.
Estás pálido ¿Qué sucedió? - el resto también se preocupó.
E-Es mi madre. - estaba demasiado nervioso por lo que vaya a suceder. - Me vio besándome con Hizashi a-antes de venir aquí. - mi respiración se hizo un poco irregular.
Todos me miraron sorprendidos, especialmente mi novio.
Me dijo que hablaríamos en casa cuando regresara, pero necesito ir ahora mismo. - traté de calmarme.
¿Quieres que te lleve? - Emi me dio la idea, pero negué.
Puedo pedir un taxi. - todos asintieron y me despedí. Hizashi me siguió hasta la puerta del lugar.
Ahora que hago, ahora que hago. - murmuré mientras pedía un taxi. Sentí como me tomaban de los hombros.
Shou, look at me and listen. - lo miré. - Necesito que te tranquilices. Es tu mamá, la persona más dulce del mundo. No te va a pasar nada malo. - sentí mis ojos cristalizarse por el miedo y asentí.
Solo me da terror que mi padre se entere. Me obligaría a no verte nunca más y no quiero eso. - murmuré.
Nada malo te va a pasar. - acarició mi rostro haciendo que evite llorar en ese momento. Justo llegó el taxi. - Nos llamas cualquier cosa. - asentí y después de las caricias, besó mis labios por última vez antes de subirme al auto. Le di la dirección al señor y partimos hacia mi casa.
Al llegar me quedé parado en la puerta unos segundos, tomé a aire y entré con las llaves que me habían dado antes de salir.
Podía ver a mi madre sentada en el sofá.
Hijo, pensaba que ibas a quedarte un rato más con tus amigos. - apagó la televisión y me miró.
Bueno, después de lo que me dijiste sentí que debía venir de inmediato. - me acerqué lentamente y me senté a su lado.
No me digné a mirarla, solo estaba esperando a que ella hablara primero.
Entonces... ¿Eres gay? - ni bien dijo esa frase me rompí en llanto, no podía ocultarme más. A cambio recibí uno de sus abrazos. - Shouta está bien, no estoy molesta. - sollocé.
L-Lo siento... lo s-siento.. - solo podía disculparme mientras lágrimas caían por mis mejillas.
No te disculpes querido. No has hecho nada malo. - tomando mi rostro hizo que la mirara. - ¿Le has pegado a alguien? - negué. - ¿Has robado? - negué de nuevo. - Entonces no tienes porqué disculparte.
