En el interior de aquella nave un sujeto pequeño y de curioso aspecto, no dejaba de presionar botones en el panel de control. Ni siquiera advirtió cómo o cuándo el patrullero galáctico entró en el lugar. Dió un grito tremendo cuando volteo y se lo encontró parado ahí con una actitud un tanto agresiva que se desvaneció cuando pareció reconocerlo. El sujeto también identificó a su compañero por lo que abandono su estado de alarma para de manera serena preguntar:
-¿Tú debes ser Merus, me equivoco?
-Así es- afirmó el patrullero- ¿Y tú eres?
-Teslla- contestó el individuo- Soy uno de los científicos de la división de ciencias. No creo que me conozcas, pero gracias a mí es que tienes cosas como ese uniforme- le señaló con cierto orgullo.
-No, lo siento. Nunca te había visto- manifestó Merus dando un vistazo al lugar.
El sujeto frente a él no parecía estar mintiendo, pero lucía un tanto nervioso.
-¿Me vas a reportar?- preguntó Teslla.
-Bueno...no deberías estar aquí- señaló Merus.
-Tú tampoco- exclamó Teslla con un tono ladino- Dime una cosa muchacho ¿Has estado en contacto con el pulso?
-¿El pulso?- repitió Merus.
-Sí...es una frecuencia fantasma que en ocasiones es captada por las máquinas de comunicación- le explicó Teslla señalando un monitor a su costado- Durante años he estado documentando este fenómeno y ahora, después de meses de duro trabajo por fin podré rastrear ese pulso que rompe la pared que separa este mundo del otro.
Teslla le dio la espalda a Merus para volcar su atención a la consola. Desde allí comenzó a controlar la antena en el exterior y los monitores comenzaron a graficar una serie de ondas.
-Todos me llamaron loco cuando les hable de mi teoría, pero cuando les pruebe que tengo razón...quiero ver si se atreven a llamarme loco otra vez- dijo aquel sujeto, pero no a Merus. Se había olvidado por completo de él o eso creyó el patrullero hasta que aquel extraño individuo volteo a verlo- Si piensas detenerme... Hazlo de una vez, porque una vez haga funcionar esta máquina...
La declaración de Teslla se vio interrumpida por la súbita explosión de la antena.
Aquello cambió por completo el ánimo del sujeto, que con las manos en la cabeza se lamentaba horriblemente por la destrucción de su antena. Tanto que Merus se sintió obligado a intentar calmarlo. Por poco son alcanzados por la estática que brotó de la consola y causó una pequeña explicación. Teslla estaba devastado y eso último terminó por hacerlo caer de rodillas al piso. El patrullero miró con atención a su alrededor. Era obvio que ese sujeto sabía más de lo que sucedía en esa zona del universo que él y en vista de las circunstancias decidió compartir lo que sabía del asunto. Aunque se reservo el detalle de Lírica.
-¿Es cierto lo que dices,
muchacho?-le preguntó aquel sujeto con bastante incredulidad.-Sí, pero la comunicación es muy pobre y los mensajes llegan fragmentados.
-De todas maneras es increíble que lograrás establecer un contacto tan fluido- comentó Teslla con cierto entusiasmo- En especial usando solo la tecnología disponible en la Patrulla Galáctica ¿Estás seguro de que no usaste nada más?
Esas últimas palabras tomaron por sorpresa a Merus y lo hicieron considerar un par de cosas que no iba a compartir con Teslla.
-Así es. Quizá hubo algún factor cuántico o bien...
-Sí, si, si eso es posible- lo interrumpió el científico- Escucha muchacho. Quiero proponerte algo...
Lírica desperto temprano, gracias a una llamada telefónica, en que le informaron que su madre fue hospitalizada a raíz de un contagio con el virus. La muchacha pidió poder hablar con ella, pero le dijeron que no era posible y sin más sólo le colgaron. Lírica se quedó inmóvil junto a su cama y tardó varios minutos en sentarse para romper a llorar. Su madre estaba en el hospital y ni siquiera podía ir a visitarla. Se sintió profundamente desolada. No dejó su cuarto en varias horas y en los días que vinieron apenas si fue capaz de hablar con un par de personas.
Lírica no era la única que pasaba por malos momentos. Nadie tenía suficiente tiempo para hablar con ella y permitirle desahogarse. Con suerte encontró frases cliché dichas para no quedar como insensibles. Pero así era siempre. Es fácil tener una conversación con una persona cuando no tienes que hablar de cosas tristes. Nadie quiere hablar de cosas así y menos si esas historias desagradables pertenecen a otra persona. Tener una charla respecto a cosas verdaderamente importantes, es difícil de lograr por medio de un chat. Incluso con gente conocida. Pocos son capaces de ir, genuinamente, un poco más allá del propósito de distraerse. Tristemente, Lirica no encontró a nadie así entre quienes conocía. Decidió dejar de insistir en contar lo triste y preocupada que estaba, para distraerse en conversaciones mundanas cuando disponía de tiempo libre.
A ratos veía su teléfono esperando ver ese punto verde, bajo el vacío ícono de la foto de perfil. Pero Merus no daba señales de vida. Le envío un mensaje, mas no respondió. Comenzó a buscar otras personas y tras escuetas e insípidas palabras, no parecía haber nadie dispuesto a un intercambio recíproco de humanidad. Que estéril era todo en esas páginas, en que la gente no era otra cosa que un producto en un catálogo.
Una tarde se quedo frente a su escritorio, buscando algo que hacer para escapar del hastío y la angustia, cuando se hizo una pregunta ¿Cómo sería Merus? Era jóven así que su piel debía ser lozana. Lo imaginó sin bello fácil, por la voz tan clara que tenía. Comenzó a dibujar un óvalo para trazar un rostro sobre el papel. Imaginó que sus ojos eran grandes, porque Merus le parecía una persona llena de curiosidad. Le dibujo el cabello algo largo y una boca pequeña. No le parecía alguien muy locuaz. Cuando estaba por terminar se sintió bastante tonta por estar haciendo algo como eso. Imaginar a alguien que posiblemente sólo hablaba con ella porque se sentía solo. Repasando lo que sabía de él, considero la idea de que no volvería a entrar al chat porque, como policía, estaba muy ocupado o bien le había pasado algo. Esperaba que estuviera bien. Merus parecía una buena persona.
Ciertamente Merus estuvo muy ocupado durante esos días. Casi una semana después de su encuentro con Teslla, logró volver a reunirse con él en aquella zona. Habían estado hablando un poco respecto al asunto y basándose en lo que Merus le dijo, Teslla diseño un canalizador de ondas electromecánicas. Claro que tomó la precaución de reducir la radiación del aparato para evitar un colapso espontáneo o que afectará la nave, como la última vez.
-Si la frecuencia es correcta,
deberíamos poder hacer conexión de forma mucho más rápida-le explico Teslla-¿Por qué no lo intentas?Merus tomó el comunicador y abrió el canal, pero no pudo hablar. La presencia de aquel individuo le incómodaba y no estaba muy seguro de porque.
-¿Qué sucede?-le preguntó Teslla.
-¿Podría dejarme solo?
No iba a decirlo, porque no era muy consciente de ello, pero durante esos días en más de una oportunidad se preguntó por la suerte de aquella muchacha, llegando a extrañar esas charlas que rompían la monotonía de sus labores.
Hola Lírica ¿Cómo estas?
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Chat
FanfictionUna chica entra a una sala de chat sin imaginar que se iba a encontrar con alguien que se supone ni siquiera debería existir.