Según Teslla el pulso no era errático sino que seguía una ruta demasiado amplia y muy veloz. Sin embargo, del otro lado del denominado manto aquel mundo podía estar dibujando una trayectoria a un tiempo mucho más lento. Había una diferencia temporal importante de al menos ocho minutos que podía traducirse en distancia y le permitió al científico triangular la ubicación de aquel mundo en determinado día. Ese cálculo le tomó varias semanas. A ratos sostenía que era exacto, pero a momentos dudaba de ello y daba un margen de error. De cualquier forma, Merus contaba con lo que se podría definir como un mapa que solo funcionaba de su lado, pues estaban en total desconocimiento de que tan vasto era el cosmos del otro lado del manto.Desde luego Merus estaba facultado para cruzar del otro lado, pero dudaba respecto a si era correcto hacerlo por las razones que lo estaban motivando. Se le hacia un tanto egoísta y también irresponsable puesto que podía impregnarse del virus y llevarlo a ese universo desatando una pandemia. Aunque también contaba con los medios para evitar tal cosa. Sin embargo, lo que de verdad le importaba era Melissa. Quería hablar con ella de nuevo. Quería saber como era. Quería cosas de ella. Necesitaba esa interacción con aquella muchacha y eso era nuevo para él. Mas no podía actuar de manera tan insensata. La muchacha desconocía realmente quien era él y de aparecerse frente a ella podía causarle una impresión muy fuerte. Tal vez ella se enfadaría porque le estuvo mintiendo. Quizá se asustaría y huiria de él.
Los sentimientos pueden ser tan amplios. Son como los colores. No existe un solo tono de rojo, ni un solo tono de azul o amarillo. Hay una amplia gama de todos ellos. Matices de luces y sombras que dan al color una variedad única y especial. Que clase de sentimiento nació en Merus hacia Melissa era una pregunta con una respuesta que estaba todavía demasiado ambigua. Los colores se entremezclaban, las luces y las tinieblas eran vaporosas detrás del velo de extraño materia que resultó ser aquella aplicación de mensajería.
¿Cómo saber cuándo hay una genuina conección entre dos seres que no se miran, ni se tocan? ¿Por la cantidad de información que se comparte, por el tiempo que permaneces hablando con esa otra persona, por como te hace sentir? Y si todo es una mentira ¿Pierde valor? Esa última pregunta era la que mantenía a Melissa en un estado meditabundo.
Ella creía que Merus mintió respecto a su nombre y que tal vez mintió respecto a todo lo demás ¿Pero terminaba eso con todas las agradables sensaciones que él le hizo sentir? Quizá sí porque ella tomo afecto a una persona que se llamaba Merus, que era policía y estaba lejos de su familia. Pero tal vez no porque a fin de cuentas él y todos los demás eran solo un personaje. La gente en redes sociales es un destilado de ser humano, pues expone lo que quiere exponer nada más. No hay muchas posibilidades de averiguar cuánto es cierto y cuánto no lo es. Todo lo que hay es una foto, unos datos y las historias que te quieran contar. Si tratan de impresionarte entonces te darán lo mejor si. Si quieren desahogarse soltaran las sombras que no pueden mostrar a la gente que los rodea ¿Se es más honesto detrás de la pantalla o se miente más? La respuesta es obvia: un 50-50. Al fin del otro lado hay solo un ser humano y nadie es tan bueno ni tan malo. Merus pudo mentir respecto a su nombre, su ocupación y demás, pero estuvo ahí. Quien quiera que fuese se volvió alguien importante para Melissa y la ayudo a sobrellevar esos días oscuros.
Respecto a ese sentimiento indefinido que broto de su pecho, la única responsable era ella. Merus nunca alimento ninguna idea. No podía odiarlo por eso. Después de varios días, Melissa concluyó que debía guardar eso como un bonito recuerdo y concentrarse en las personas de la vida real. Su familia, sus amigos, sus compañeros de trabajo. Tal vez la convivencia con ellos era difícil a veces, pero era genuina. Sus sentimientos por ellos no tenían esos matices estrambóticos de un caleidoscopio. La gente del chat eran un paréntesis nada más y solo cobrarían relevancia de cruzar del otro lado, lo que rara vez llegaba a pasar. Y no se refería precisamente a conocerse cara a cara, sino a algo concreto que pese a la distancia pudieran realizar. Volver materia la energía de una conección, era lo que definía todo.
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Chat
FanfictionUna chica entra a una sala de chat sin imaginar que se iba a encontrar con alguien que se supone ni siquiera debería existir.