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Si había algo en lo que casi todo el hospital estaba de acuerdo era en qué el equipo de cirugía plástica era el más agraciado físicamente. Los tres médicos titulares que se encontraban en el eran tan atractivos como pudiera imaginarse, desde una piel que parecía porcelana hasta el más cálido de los bronceados, y desde una mirada tan fría plateada como el mercurio a el azul más claro que se pudiera imaginar. Aunque en ese casi, no se incluía al equipo de neurología, a quienes les encantaba competir con todo.
Y, bueno, mucho menos aceptarían su derrota si la mayoría de los neurocirujanos del hospital estaban relacionados de alguna manera con los cirujanos plásticos.
Derek Shepard, el jefe del departamento, era el mejor amigo de Mark Sloan, jefe de plástica. Lexie Grey estaba casada con el mismo. Y ______, bueno, aún no de sabía con exactitud que es lo que sucedía entre ella y el más joven de los médicos en el departamento de plástica.
-¡Ay pero por supuesto que es fácil! -exclamo Derek soltando una carcajada -Solo tomas la piel y la estiras un poco -Lexie, que estaba sentada a su lado, sorbió de su vaso de manera ruidosa, tratando de no reír.
Si bien ambos departamentos tenían dificultad, para neurología el mayor trabajo era su campo, estudiar la estructura, función y desarrollo del sistema nervioso parecía ser un trabajo que para ellos era más enigmático que la cirugía plástica.
-Si tuviese la experiencia de Sloan, hasta yo lo haría con los ojos cerrados como si fuera una piñata -siguio Amelia, está vez Lexie no pudo evitar soltar una carcajada al imaginar a su esposo colocar un implante de esa manera.
-Me gustaría verlo -hablo una voz detrás de la castaña, que solo abrió sus grandes ojos azules en grande antes de toser disipando su risa. Los demás se recompusieron en sus lugares.
-Sloan, Avery... Orlando -saludo Derek con una sonrisa -¿Qué los trae por aquí?
-¿En la cafetería? -cuestiono Jackson Avery, mirándolos incrédulo -Dudo que los implantes -menciono con ironía.
El único que se mantenía con un semblante pacifico era el menor de ellos, quién rodeo la mesa antes de tomar una papá frita del plato de la pelinegra y sentarse a su lado.
-Orlando, ¿que haces? -murmuro Mark como un regaño, ______ apretó los labios para no reír -Somos un equipo, arriba.
El ojiverde hizo una mueca.
-Agh... Tengo hambre chicos, ¿por qué no comemos y después competimos? -se quejó, aún así los mayores lo miraron mal antes de tomar asiento.
Derek sonrió victorioso, aunque al instante recibió una mala mirada por parte de su mejor amigo.
-Tu no puedes comer eso -regaño Mark quitando la charola que su esposa tenía enfrente, la cuál estaba llena de comida chatarra, de dónde la había sacado era una buena pregunta.
