drømmeunivers | oneshots edser & hanker

mi papá sí me quiere; edserkir

este oneshot es muy muy cortito, pero quería escribir algo de este estilo y no tenía mucho tiempo jaslkfjcsjks

espero que os guste <3

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A Kiraz le han pedido en el cole que lleve a clase a una persona que admire y ella solo puede pensar en Serkan Bolat. En ese hombre que es un robot con todo el mundo, menos con ella. Ese hombre que le habla de las estrellas y la está enseñando a dibujar edificios tan bonitos como los que él hace.

A Kiraz ahora le cae bien. La ayuda a recoger frutos por el bosque, juega con ella al tiro con arco, la compra helados y, lo más importante, hace sonreír a su mamá.

Kiraz a veces desea que Serkan sea su papá, pero no quiere decirlo en voz alta porque no quiere que su mamá se ponga triste,  como siempre que pregunta por él. Así que Kiraz le pide a Serkan que lea El Principito y que la haga trenzas en el pelo y que la coja en brazos cuando tiene sueño siempre intentando que no se note que le está empezando a querer.

Cuando ese día llega a casa y le ve allí, corre sin poder evitarlo, llamándole, y Serkan la sonríe y la da vueltas en el aire y la besa la mejilla.

Con un poco de vergüenza se agarra fuertemente a su cuello y le da un golpe suave en la nariz que Serkan la devuelve, haciéndola reír.

Kiraz sabe que si se lo pide, si le pide que vaya con ella a clase, no va a decirla que no, pero también sabe que es un hombre muy ocupado (como le dijo el primer día que se conocieron) y no quiere molestarle. Él, aún así, que ya la conoce un poco, sabe que oculta algo y la presiona a decírselo mientras ayuda a Eda a poner la mesa.

—La profe quiere que llevemos a alguien que admiremos mucho a clase y yo quiero que vengas conmigo —Murmura, muy bajito —Pero seguro que tienes muchas cosas que hacer y...

Serkan no la deja acabar cuando la da un abrazo lleno de sentimiento, susurrándole al oído emocionado que obviamente irá con ella.

Kiraz no se da cuenta, demasiado ocupada en refugiarse en su pecho, pero su mamá y Serkan se miran y se dicen con los ojos que tienen que contarla la verdad, que merece saberla.

Al día siguiente, ambos la acompañan al cole y Eda les da un beso en la mejilla, deseándoles suerte.

Cuando llegan a su clase, Kiraz aprieta la mano de Serkan, balanceándose nerviosa, y él se agacha, obligándola a mirarle a los ojos y sonriéndola para tranquilizarla.

Se aleja hacia una esquina, viéndola sentarse en su silla y se cruza de brazos, ocultando su propio nerviosismo. Su hija le admira, su hija le está llevando a clase, su hija quiere hablar de él delante de sus compañeros. Su hija, que no sabe que es su hija en realidad.

—Kiraz ha traído a un hombre que no es su papá porque no tiene papá —Escucha Serkan, tensándose al instante al ver a dos niños acercándose a ella.

—¿Dónde está tu papá, Kiraz? ¿No te quiere? Por eso has tenido que traer a otro hombre, ¿verdad?  ¿y tu mamá? ¿tampoco te quiere? Podría haber venido ella.

Kiraz, intentando no llorar, aprieta los dientes.

—Mi papá está tocando las estrellas y sí me quiere. Y mi mamá también.

—¿Por eso no están aquí?

Serkan acariciándose la barba para no soltar un mal comentario en voz alta se acerca a paso lento y se acuclilla junto a ellos.

—Chicos —Les llama —Es muy feo todo esto que estáis diciendo. ¿Por qué estáis intentando hacer sentir mal a Kiraz?

—Solo queremos saber por qué sus padres no la quieren —Se explica uno de ellos, sonrojándose.

Serkan mira a Kiraz y coge sus manos.

—La mamá de Kiraz la ama. Es un hada que crea magia para ella todos los días. No está bien que mintáis sobre esas cosas, porque su mamá está ahí fuera, esperándola muy contenta, y si se entera de esto se va a enfadar.

Los niños asienten, mordiéndose la lengua para no preguntar nada más, y se van con la cabeza baja. Serkan acaricia la mejilla de Kiraz y la da un golpecito suave en la nariz, como hace ella.

—¿Sabes un secreto, corazón? Papá ha bajado de las estrellas y ya está aquí para quedarse siempre contigo. Y papá te quiere, Kiraz.

Ella le mira, deseando estar entendiéndolo bien.

—Te quiero, mi niña. Mucho. Más que a nadie. Y estoy muy orgulloso de ti. Y me hace mucha ilusión que me hayas pedido venir. Te quiero, Kiraz. No te creas sus mentiras.

Así que Kiraz se echa a sus brazos y llora en su pecho, sin querer soltarse. Ya no tiene que sentirse mal por desear que Serkan sea su papá. Serkan es su papá. Y Kiraz le admira ahora más que nunca.