Capítulo 1

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Las velas encendidas y puestas alrededor de la bañera, le daban un toque más erótico al momento que ambos vivían en la ducha. El cuarto está a oscuras, siendo las llamas del fuego lo único que logra alumbrar con debilidad los pechos desnudos de Keigo y Kelsey.

Una mano viajó por los pequeños capullos de la fémina, tocándolos y mojandolos con el agua caliente de la tina.

—¿Puedes contarme aquella historia? —Kelsey, ahogando un gemido, le preguntó a Keigo cómo una niña queriendo oír su cuento de hadas favorito.

El fevor de los ojos avellanas de Keigo, y el placer de tenerla encima de su entrepierna, hizo sacar un quejido del hombre antes de responderle.

—¿Realmente te encanta escuchar mi voz? —respondió con una voz rasposa sin dejar de sonreírle mientras sostenía su mirada.

Ella rió a lo bajo resultado del agradable momento que está pasando a su lado, y de paso sonrió mostrando sus dientes perfectos.

—Soy su más fiel perro, mi señor.

Keigo sacó una mano del agua para llevarla al mentón fino de la ojiazul y acariciar con delicadeza el labio inferior de la pequeña Kelsey; ella miró sus iris avellanas dejándose tocar de una manera sumisa.

—¿Me amas?

La pregunta de Keigo dejó a Kelsey hundida en un total silencio. Entonces su mente, de una manera abrupta, le dio fuerzas para quitar la mano de Keigo que colocó en sus labios labios y después, lo besó.

***
El aleteo de una mariposa iba a la par de la respiración agitada de Kelsey. Tenía las mejillas enrojecidas y los ojos bien concentrados en no cometer error alguno que le podría costar su pintura en proceso.

—Y por último, por último... —con tanta presión, su pequeña mano dió el último trazo que completaba el retrato de aquella mariposa encerrada en un frasco. —El toque final.

—¡_________ Kelsey! —pero el grito fuerte de su amiga fue el principal causante que la hizo equivocar de pulso y la línea blanca se regó por todo el lienzo.

—¡Ochaco! —reprochó con un mohín de disgusto y enojo. Tiró los pinceles al suelo a su suerte.

Fue la cara roja de furia de Kelsey que hizo encoger de hombros a Ochaco. —Lo siento... —pero sus palabras bajas eran totalmente diferente a su rostro feliz.

—¿Qué pasa? Horas de trabajo desperdiciado, Ochaco —Kelsey mencionó con un desagrado fácil de tomar a juego.

—Valdrá la pena por la noticia que te daré.

Con una ceja alzada, la pelinegra se levantó de la silla del caballete para sentarse sobre el sofá de la sala y escuchar hablar a su amiga. —¿Qué es lo que tienes que decir?

Ochaco, infló sus mejillas emocionada con las mejillas carmesí y los ojos llenos de luz.—Izuku me propuso matrimonio y... ¡Acepté!

Kelsey se quedó petrificada con sus palabras. Ochaco parada frente a ella, siguió con aquella sonrisa enuerne y cargada de felicidad.

—¿Qué...?

—El hijo ilegítimo de su majestad el rey, me ha propuesto matrimonio y yo acepté... —esta vez habló en un tono más formal.

Por un momento la mandíbula de Kelsey se tensó, delatando lo tanto que odia aquella unión. Pero por otro lado, su corazón brincó de felicidad por el sueño cumplido de Ochaco; casarse con la persona que ama.

—Significa que... ¿te irás? —preguntó con la esperanza en la garganta de oírle exclamar que es una broma.

—Sí.

Lover of Mine┊ Amada mía [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora