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Sonidos obscenos resonaban en toda la habitación. Sus prendas de ropas estaban desperdigadas por el suelo del cuarto. Había una temperatura cálida y no precisamente por ser verano.
Os preguntaréis...¿Cómo habían llegado a ese punto? Pues...
La maldición estaba sentada sobre la cama, mientras que su novia apoyaba su mejilla en la pierna de él. Ambos estaban mirando el televisor. Se estaba haciendo tarde, así que apagaron la pantalla. La chica se intentó levantar pero sin querer colocó su mano sobre la intimidad del chico. Obviamente al principio no se dio cuenta, pero al ver la cara de puro de su novio y analizar la escena en la que se encontraban, retiró rápidamente su mano del lugar y le pidió disculpas a su pareja.
―P-podrías...¿Seguir? Se siente bien ― susurró lo último Choso.
―¿Eh?
El chico agarró la mano de su novia y la colocó suavemente sobre su entrepierna, asegurándose de que ella no se sintiese incomoda. (T/N), aún en el suelo, movió su mano en círculos en el miembro de su novio sobre la ropa. Jadeos disimulados se escaparon de los labios de Choso. El ambiente se iba calentando, haciendo que la chica intentase quitarse la parte superior de su atuendo. El chico se percató y la ayudó con su cometido, dejándola así en sostén. Las miradas de ambos se encontraron para juntar sus labios en un apasionado beso, que al rato se convirtió en una guerra de lenguas.
La chica, que se encontraba ya sobre las piernas del chico, lo intentaba despojar de sus prendas en medio de el ardiente baile de emociones. Consiguió quitar la camisa del chico y se separaron ligeramente para tomar aire aún unidos por un fino hilo de saliva.
Sus pechos subían y bajaban frenéticamente mientras seguían mirándose a los ojos con lujuria.
―¿Estás segura de que quieres continuar? ― juntó su frente con la de su novia. Siempre se aseguraba de que ella estuviese cómoda, incluso si para ello debía de retener sus propios impulsos y deseos.
―Totalmente segura ― acortó la distancia entre sus labios volviendo con el acalorado beso.
Choso cargó a su novia y la puso debajo suyo. Se aguantaba con una mano colocada al lado de la cabeza de la chica y con la otra se intentaba quitar los pantalones y la ropa interior. Finalmente consiguió dejar al aire su miembro, que ya se encontraba más que duro. Retiró los pantalones de (T/N) junto con las bragas de esta. En seguida logró desprender esas dos prendas de ropa que en esos momentos estorbaban tanto y empezó a masajear el clítoris de la chica.
―Choso~ ― gemía la chica repetidas veces.
A Choso le encantaba la sensación, pero pensó que sería incluso mejor con un pequeño detalle más.
―¿P-podrías llamarme "onii-chan"? ― preguntó tímidamente. Tenía miedo de hacerla sentir incomoda por esa petición o que pensase que él era un raro.
La chica asintió suavemente con la cabeza. Choso continuó masajeando la zona íntima de la chica e introdujo uno de sus dedos en su cavidad, simulando penetraciones.
(T/N) creyó no poder mucho más de esa manera, sin sentirlo dentro de ella.
―¿Puedes meterlo ya? ― habló desesperadamente.
Choso retiró sus dedos para colocar la punta en la entrada de la muchacha para ir profundizando lentamente hasta sentir que había llegado al fondo, entonces comenzó un lento vaivén que fue cogiendo más intensidad con el rato
Ella enterró sus uñas en la espalda de Choso y escondió su cabeza en el cuello del mismo. La cabecera de la cama chocaba contra la pared, provocando sonidos constantes, que, sumados a los gemidos y jadeos de ambos, ambientaban el lugar.
La chica comenzó a sentir que se aproximaba ese final tan anhelado. Incluso Choso sintió esa misma sensación al notar como las paredes de ella apretaban su pene.
Aplicó más fuerza en las últimas embestidas para culminar con el deseado orgasmo, pero antes de correrse sacó su miembro del interior de ella, corriéndose sobre sus muslos y abdomen.
Al principio casi cayó encima de su novia, pero consiguió apoyarse sobre sus brazos para no caer sobre ella y después de estar un rato en esa posición y recuperar el aliento, la cargó y la llevó a la ducha.
Ambos se asearon y finalmente volvieron a la cama, cayendo rendidos rápidamente. Choso la abrazó por la cintura y escondió su cabeza en el cuello de ella para quedarse dormido.
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No sé si sentirme orgulloso de esto o tirarme agua bendita por encima por lo que acabo de escribir.
EDIT: después de más de medio año he decidido editar esto y madre mía... ¿Cuando pensé que era buena idea hacer que la rayis llamase "oni-chan" a Choso? En fin...
