New Hope ↔ Min Yoongi [MO#3]✔️ ✔️

04

SunHee pov's

Siempre he pensado que la vida es hermosa, que tiene grandes enseñanzas, secretos, valores, pero detrás o más bien, lo que complementa lo que veo hermoso, tiene una cara oscura, que te llena de dolor, y desesperación.

Estoy consciente de que todo tiene que tener un balance, pero ¿por qué parece que mi vida va de picada con las buenas cosas de la vida?

Trataba de mantenerme sonriente, de no dejar que nada me afectara, pero llegando a casa, todo se volvía tenebre y desalentador. Quiero gritar, quiero llorar, quiero rendirme, pero tengo que vivir, por esa persona, tengo que hacerlo, las promesas que tuve en mi pasado, ahora se vuelven contradictorias.

Orillandome el vacío habito de sonreír, y tratar de ver todo como una prueba de superación. Pero ¿por qué verlo así? Si no tengo ninguna nueva esperanza.

Me estoy ahogando en un mar vacío, mis lágrimas fueron las que me están arrastrando, mi condena, mi larga agonía.

Caminaba con un rumbo en específico, la escuela de mis hermanos, mis pequeños.

Tomó una gran respiración, tratando de no quebrarme. Mis puños se cerraban con fuerza, odiaba esto, odiaba Daegu, odiaba a mis padres, odiaba hermanos gemelos, pero me odiaba más a mi.

—¡Joder Hoseok, es lo único que tengo de ella, como pudiste perder a Molly en una jodida escuela, y tú déjame, no eres mi padre, lo dejaste de der el día que nos dejaste...

No me interesaba mucho fijarme en aquello gritos, solo iba a la ceremonia de respeto a mis hermanos y demás estudiantes y la maestra Min.

Seguía cabizbaja, tratando de llegar al auditorio principal de su escuela, pero alguien chocó conmigo, e inmedianteme, sentí un ardor en mi estómago y pecho.

¿Acaso no se van a acabar las desgracias? Ahora me queman con agua hirviendo, ¿qué sigue?

—¡Caliente, esto está caliente! —exclamo al ver que lo que tengo encima es un café hirviendo.

Mis orbes se encuentran con otros, pero más oscuros y algo preocupados. Min Yoongi, una persona que a mi parecer, necesita ayuda, al igual que yo. Y otro adulto, es un maestro.

Lo único que hago, es separar la camisa de mi cuerpo y reprimir un gritito.

—¡Joder perdón! —replica el tratando de limpiarme, pero me alejó, no iba a dejar que me toque, no lo conozco.

—Encontré a Molly estaba haciendo pipí en... —Una tercera voz nos hace voltear.

Un tipo muy guapo está allí, con Molly en brazos.

—Niño famoso, dame tu sudadera, me estoy quemando —musito con dolor y este asiente.

—Aquí esta la enfermería de la escuela, puede tomar algo —dice el profesor señalando una puerta a un lado y yo no me tardo más.