<< No te vayas por esos pensamientos o vas a empezar mal >> Me regaña mi vocecita y decido tomarle la palabra. Sacudo un poco la cabeza para despejarme.
- Si no estuviera tan acostumbrado al efecto que causó a las mujeres, estaría sumamente preocupado por tu palidez y falta de palabras. Aún así comienza a ser incómodo, Evelyn.
Y tal como lo recordaba, igual de engreído.
- Hola .... - Mi voz sale débil así que carraspeó un poco -. ¿Cómo estás?
- Bien ¿Y tú? Debo decir que luces muy bien. Déjame ayudarte con esto.
El toma mi maleta y con un mano me indica que lo siga hasta la puerta de salida.
Tomo este momento para serenarme y volver a tomar el control de mi cuerpo. Me repito una y otra vez que debo ser fuerte. Ian me lleva hasta que parece su auto, un BMW negro, claro como no. Mete mi maleta y luego abre la puerta del capiloto, lo veo dar vuelta hasta que entra por la puerta del conductor, el enciende el auto y sube la calefacción, estamos en octubre y las frías brisas de otoño me calan hasta los huesos. Suspiró y ya estoy preparada para seguir con cualquier conversación.
- Entonces ..... - el dice primero antes de emprender el camino a casa. - ¿Llegaste al orgasmo después de que colgué el teléfono?
Okey, tal vez no con cualquier conversación. Mis mejillas se tornan rojas y yo lo fulminó con la mirada.
- Ian por favor, no empieces - digo en advertencia.
- Yo empecé, lo que no hice fue terminar - dice burlón.
Gruño indignada y enojada.
- Sabes perfectamente a lo que me refiero. Ian, solo quiero pasar esta semana en paz ¿Vale?
Sus ojos azules se oscurecen por un momento y su rostro se endurece.
- Sabes querida, pensé que en todo este tiempo en el que hemos estado alejados te había servido para entender que es lo que realmente quieres, veo que me equivoqué. Pero no te preocupes, eso hace de todo esto más interesante.
- Ian, no existe un "esto". Sigo manteniendo lo que siempre he pensado, nosotros no debemos hacer nada. Somos primos.
- El que no debamos quita el que podamos Evelyn.
Estoy frustrada ¿Cómo le voy a hacer entender a este hombre?
- Yo acabo de tener un largo viaje. Sinceramente no quiero tener está conversación ahora, estoy muy estresada.
- Yo sé que te ayudaría con ese estrés.
Ruedo los ojos pero decido ignorar su comentario, si me mantengo callada quizás el también lo haga.
- Solo respóndeme algo Evelyn ¿Me deseas?
Abrí los ojos de par en par. Por supuesto que lo deseo, pero decírselo es como darle carta blanca para que haga lo que quiera.
- Ian yo ..... Tengo novio ¿Si? No puedo desearte - Miento.
- Que curioso porque no hacen solo dos días que era yo el que te estaba provocando un orgasmo y no tu novio.
- Tu no me provocaste nada. - Estalló y vuelvo a mentir. - Solo me atrapaste en un momento caliente.
- Podía escuchar tus gemidos al otro lado de la línea.
- Bueno pero igual tu solo colgaste el maldito teléfono y Christian fue quien se encargo esa noche de hacerme llegar - Le gritó en su cara.
- Así que no te frustraste por no llegar. Y puedo apostar que cuando lo hiciste, no estabas pensando en el ¿Cierto?
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Los juegos de mi primo | © |
ChickLitPROLOGO ¡Por dios! Sabía que estaba mal, que era peligroso y que si los demás se enteraban estaría en graves problemas. Estaba segura de que esto si iría derechito al infierno. Si mi abuela nos viera creo que volvería a morir del corazón. Pero ¿Cómo...