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Red
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Acabo de ponerse su uniforme correspondiente de esa noche, o mejor dicho, su diminuta lencería para parecer más apetecible ante el ojo del todo tipo de hombres, poniéndose los grandes tacones, haciéndose un maquillaje coreano con el fin de tener rasgos coreano, porque su rostro no es nada atractivo según los estándares de Corea. Debía ser la mujer perfecta, complacer a un hombre, hacer lo que sea por un hombre, rogarle a un honre. Ella solo era un puta, su única función era complacer al hombre. Para eso es lo único que sirve.

Y lo odia. Odia que durante la tarde, noche y parte de las madrugadas solo sirva para dar placer sexual. Que para eso es lo único que sirve según los que están ahí, incluso su mismo jefe. No solo ella, sino sus compañeras de trabajos que están ahí, todas pasan por precariedades. Venden su cuerpo por una miseria de dinero que no les sirve ni para una ropa decente. Porque es un círculo, si quiere renunciar debe pagar toda la lencería, condones y lubricantes que ha usando en todo su tiempo ahí. Y mierda, lleva años trabajando ahí, nunca podría salir de ahí.

— ¿Estas lista?

Le hablo Roseanne su lado. Eran las encargadas de hacer el baile de stripper esa noche, y estaba agradecida. Necesita dinero, y es asqueroso que mientras baile en medio de un tuvo los hombres la toquen y ella solo deba fingir una sonrisa. Pero lo único bueno de eso es cuando los hombres dejan unos cuantos billetes enrollados en sus medias, es lo único bueno.

Mientras bailaba deslumbrante mente encima de ese escenario, con la voz de hombres chillando y tocando su cuerpo como si fuera un pedazo que carne, mantenía una sonrisa encantadora pero jodidamente forzada, obligada a sonreírle a los hombres que la miraban, que le decían cosas "¡muévete más, puta!", y ella solo debía sonreír, como si le gustara que le dijeran puta, aunque a eso se dedica.

Los reflectores la alumbraban a ella y a Rosé, las cuales al parecer serían las mejores pagadas de la noche, aunque así es siempre; Roseanne, Lalice y Sana, o al menos así eran sus apodos dentro del bar, con fin de que los hombres no conozcan sus verdaderos nombres. Y algunas veces usaban pelucas. Al acabar el baile, Roseanne se acercó a Lisa aún en el escenario dándole un fuerte beso en los labios que fue correspondido por Lalice, que hacía movimientos y se restregaba contra Roseanne, haciendo que los hombres gritaran eufóricos y tiraran más dinero. ¿Por qué a los hombres les gustan los sexo lésbicos?

Pero conociendo a Rosé, sabe que ese beso fue solo para ganar dinero, aunque algunas veces los repetían detrás de los escenarios. ¿Por qué? Ni la misma Lisa lo sabe, pero es consciente de que no le gustan las mujeres, algunas veces ni los hombres. Tal vez sea asexual. Así que antes de bajar por el camerino ya con las luces apagadas, recogió todo el dinero que había tirado con ayuda de Roseanne, encaminándose a los vestidores.

— Si Jennie se da cuenta de que me besaste, te saca de la casa esta noche. —Se burló Lalice mirando a Roseanne.

Roseanne, su querida es amiga es lesbiana, en ese prostíbulo ha desarrollado asco por los hombres, aunque salió del closet a los 13 años, cuando ni siquiera trabaja en ese prostíbulo. Donde luego conoció a su amada novia y futura esposa; Jennie Kim.

— Shh... no le digas, ella aún no sabe que trabajo aquí, piensa que soy enfermera y hago turnos de noche.

Roseanne bajo la mirada, y Lisa solo le dio un abrazo, escuchando como eran llamadas a las habitaciones. Lisa hizo una mueca frustrada, comenzando a subir a las habitaciones. Así eran todas las noches, baila, o al menos las mayoría de veces. Se acuesta con 10 hombres al igual que todas las mujeres ahí y listo. Aunque las obligan a quedarse a limpiar el local después de todo, y lo hacían sin quejarse, o los proxenetas de ahí no dudarían en cortarles el pezón, ya lo habían echo, la primera fue a una chica llamada Jung EunBin, después si los desobedecen eso hacen, cortarte un pezón como castigo. A Lisa casi le pasa, por lo que tiene una marca en su pezón izquierdo, pero gracias a Dios no lo hicieron, pero ya estaba advertida.

Perfect World - LizKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora