MDDM [PAUSADA]

Capítulo 43

43. Si no puedo poner mis manos sobre ella.

A su debido tiempo, todos los periódicos del día siguiente publicaron lo que sucedió en la cena del viernes.

"Su Majestad. Hay un artículo de 12 páginas sobre la ropa de Su Majestad y su relación, esto se ha publicado en el primer diario de la ciudad capital".

"No solo eso. Todos los medios de comunicación tienen artículos sobre la cena. ¡Con ustedes dos como protagonistas!"

Las doncellas estaban tan felices que estaban al límite de sus emociones.

"¿Lo que este artículo es realmente cierto? ¿Ha besado públicamente el Emperador a la Emperatriz?"

"El Emperador debe haberse enamorado de la Emperatriz. ¡Eso es genial, Su Majestad!"

Pero a diferencia de aquellas chicas que lo amaban, yo no podía alegrarme.

Era una cuestión de rutina. No quería verme en buenos términos con Alexandro externamente.

Solo hago esto porque me siento responsable del futuro de los esclavos.

Lo dije con una cara tranquila.

"Te dije que no me trajeras artículos inútiles. ¿No dije que toda la historia fue exagerada? No es cierto que el Emperador me ama. Yo y Su Majestad solo estamos en buenos términos".

"Oh, lo siento, Su Majestad."

Las doncellas se retiraron y empezaron a murmurar entre ellas de nuevo.

"Su Majestad parece muy tímida".

"Por supuesto, siempre finge ser fuerte y genial, pero en realidad es más suave que cualquier otra persona".

"El...Emperador debe haberse enamorado de ella."

Ay Dios mío. ¡Me estoy volviendo loca!

Grité, sintiendo mis oídos calientes.

"¡Salgan todas de la habitación! Quiero estar sola".

"¡Sí Sí!"

Las criadas salieron corriendo de mi habitación, y solo entonces pude tomar un respiro.

***

POV ALEXANDRO.

Seguí pensando en ella durante la semana pasada cuando no vi a Robelia.

Cuanto menos quería pensar en ello, más quería pensar en ello, y cuanto más pensaba en ello, más me preocupaba que otros conocieran su valor y la apaciguaran primero.

Pensé que había un momento para todo, pero estaba ansioso por poner mis manos sobre ella ahora mismo, así que no podía soportarlo.

Deambulé a propósito por el palacio porque tendría que conocerla en persona para seducirla, pero no fue fácil verla.

Su vigilancia también empeoraba y ahora parecía apenas haber salido de la habitación.

Cada vez que iba al Palacio Imperial con algunas expectativas y regresaba sin ningún ingreso, una extraña decepción me hacía querer comerme las uñas.

Mientras tanto, fue hoy que la vi.

Con solo mirar su cara, me sentí vergonzosamente satisfecho.

Sobre todo, como una hermosa vista, hizo que mi corazón latiera con fuerza y se deleitara con solo mirarla.

Alexandro, que pensó que quería capturarla y nunca pensó en nada que quisiera ver, se sintió avergonzado.