*Muy Mal*
Recuerdo muy bien el siguiente día, no fue tan bueno como me había convencido que seria, desperté con los gritos de mis padres discutiendo sobre el divorcio y que mi padre no se quería divorciar lo cual es muy estúpido porque no tiene sentido que quiera seguir estando con una persona que insultas y que te insulta continuamente. Una vez terminó mi clase de historia me fui a casa de mi abuela, ella era una mujer muy alta, robusta, llena de vida, energía y alegría, tenía 68 años, yo amaba sus manos regordetas me parecían preciosas, al llegar a su casa la cual quedaba en Roma, toqué su puerta, pero para asegurar el llame alzando la voz, le había mandado un mensaje a mi madre para que supiera que estoy vivía, estoy bien y que estoy en casa de mi abuela.
Normalmente el vigilante llama a los padres cuando el estudiante en cuestión se va fuera de la scuola, ayer yo le había dicho que le avisara a mi madre que estaría en casa y que me suspendieron, en la mañana de hoy recibí un fuerte sermón sobre no meterme en problemas, yo respiré profundo, mi madre ignoraba muchas de las cosas malas que me pasaban en la scuola pero no importa algún día seré libre de escuchar sermones, seré tan libre como las hojas que son movidas por el viento y luego caen suavemente en el suelo.
Mi abuelita salió con una gran sonrisa y apenas se acercó a mí me abrazó, de verdad extrañaba sus abrazos, sentía que estaba segura y protegida de cada persona malvada que me quisiera hacer daño.
Ambas pasamos a su casa me senté en el comedor y me ofreció pastel y una gaseosa de Coca-Cola ya ese simple gesto me hacía muy feliz, ella me contaba sobre sus anécdotas en Venezuela y cuando vivía allá, lo divertida que son las personas y lo lindo que era.
—Yo vivía en la constitución es una avenida muy famosa en Maracay, porque es una de las vías principales, recuerdo que al lado vivía un árabe que le mandaba cartas a mi mamá, tenía una mueblería en la calle Vargas de Maracay... Maracay... como extraño esos tiempos —dijo riendo con un toque de nostalgia en su mirada.
—Cuéntame de cuando ibas a la playa —dije emocionada amaba sus historias en la playa.
—Cuando tenía como 15 o 16 años iba a Choroní una playa muy hermosa, el mar es tan claro y azul, y yo nojoda me iba a bailar en un restaurante que tocaba música de Billos un grupo muy famoso en Venezuela —de repente mi abuelita me mira fijamente.
—A ti no te ha ido muy bien con tu mamá ni con la escuela cuéntame ¿te pasa algo? —me miraba entre cerrando los ojos de una forma tan graciosa que no podía tomar en serio.
—No me ha ido bien en el colegio, mi mamá no está para mis cosas, supongo que está estresada con todo —ella me sonrió y me abrazó.
—Me tienes a mí, me puedes contar lo que sea —dijo acariciando mi mejilla.
—Solo es que me, estoy cansada de que en la escuela se metan conmigo, y quisiera que mi madre entienda que quisiera que ella estuviese conmigo y que pueda escucharme cuando estoy triste —le expliqué lo mejor que pude.
—Te conozco y se que el motivo de tu suspensión no fue provocado por ti si no por alguien mas tu no eres loca para partir una regla porque si o ¿sí? —me dijo de una forma tan peculiar y carismática que la hacían una persona tan única.
—No abuelita, las chicas se estaban mintiendo conmigo, solo quisiera estudiar en otra escuela y tal vez hacer algo como algún deporte o pintar solo no quiero estar en casa —la miré a los ojos y le expliqué de la forma más sincera que pude.
—Tenle paciencia a tu mami, ella tiene a su lado una persona toxica y que realmente nunca me gustó para ella —me dedicó una sonrisa y esta vez me sirvió otro pedazo de pastel.
—Gracias, ¿podrías hablar con mi mami para que me cambien de colegio? — mi abuelita se rio de mi petición.
—Puedes estar aquí cuando no quieras estar en tu casa y haré lo que pueda para convencer a tu mami— dijo guiñándome el ojo.
(...)
Pasé toda la tarde en casa de mi abuelita, vimos tele, hicimos quesillo y luego me fui a mi casa en un envase le llevaba a mi madre, cuando llegue a casa estaba mi papá solamente mi madre no se encontraba y por su cara podría jurar que estuvieron discutiendo como es costumbre. Me metí en mi cuarto me cambien y me bañé, realmente me sentía mucho mejor que antes, tal vez si era necesario un abrazo y hablar con mi abuelita.
Justo cuando me iba a sentar a jugar videojuegos entra mi padre vociferando cosas que no entendía muy bien.
—¿Quieres que me valla? Tu no me estas ayudando, tu no me defiendes de ella —mi mirada se desencajó ante lo dicho por mi padre realmente no es mi problema si ellos se separan o no pienso intervenir.
—Papá pienso que es lo mejor yo ya no quiero oírlos discutir —dije con mi voz casada y apagada.
—Pero yo estoy enamorado de tu mamá y no la quiero dejar ella está destruyendo esta familia —yo lo observé suspiré y pensé por unos segundos que responder ante su locura.
—No me quiero meter en ese problema papa yo solo ten 12 años —dije tratando de hacerlo entender, pero una parte de mi que nunca se equivocaba me decía que sería inútil razonar con él.
«Ángel: dile que te deje en paz y que se calle la boca, estas cansada de sus locuras»
«Eva: calma, trata de mantener la calma, el no entiende bien la situación porque es una persona sentimentalmente egoísta»
—Tu no me quieres... ¿No puedes ayudarme? La verdad es que no quieres hacerlo porque estas del lado de tu madre, por lo que veo esto que está pasando también es tu culpa, esta dejando que nuestra familia se destruya —dijo muy triste, psicológicamente no estaba bien para dar una respuesta y creo que no la tendría en un tiempo.
—Papa déjame sola —dije sin mas con mi mirada congelada, no miraba un punto fijo solo estaba perdida en mis pensamientos.
Una vez sola en mi habitación no llore, pero solo me acosté no tenia sueño, solo no quería hacer nada ni pensar en nada.
(...)
2:15 a.m.
«¿Nacer? ¿tenía que hacer?»
«Solo estorbo y los hago»
«Si no eres amado por tu familia para que nacer, ni buenos amigos tengo»
«Ángel: recuerda que tenemos a nuestra abuelita»
Encendí mi teléfono para ver si me podía dormir viendo algo en Facebook o talvez en YouTube, sabía que si distraía mi mente iba a poder conciliar el sueño.
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Mi Pálido Reflejo (Editando)
RomanceMi nombre es Evangeline Lepori, nací en Italia, tengo un secreto que guardo muy dentro de mí, tranquilos no he matado a nadie, no soy proxeneta, ni tráfico drogas, tampoco soy lesbiana, tal vez sea más estúpido de lo que ustedes podrían pensar, he t...