Día 2

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*Suspendida*

Los días que siguieron, para mí en esa época fueron igual de infernales, compañeros de clases burlándose de mí, me llegaron a robar cosas solo por molestarme, no obstante, en mi casa tampoco tenía paz discusiones insultos, gritos, sentía que a mis hermanos no le importase lo que yo sentía, solo estaba yo sola dentro de mi pequeño mundo buscando una forma de ser feliz.

Recuerdo que cierto día mi madre y yo tuvimos una conversación

2012:

—He estado pensando mucho en algo...— dijo pensativa mirado al frente.

—Dime... —dije un poco preocupada mi madre no suele actuar asi.

—He estado pensando en divorciarme de tu padre —dijo en un tono inseguro yo le sonreí sincera, mi madre era la única persona en el mundo que realmente amaba ciegamente tanto que hacia lo que estaba en mis manos para verla feliz.

—Es tu vida, y su eso te hace feliz jamás me meteré —le respondí dedicándole una sonrisa.

—Me alegra que te tomes esta situación tan bien —pasó su mano por mi espalda de forma reconfortante.

Mi padre y yo teníamos una relación tambaleante a veces estábamos bien y otras mal, todo era causa de que el quería que lo apoyara en las cosas que hacia pero creo que no es muy buena idea que un adulto busque apoyo de una niña de 12 años, yo no estaba interesada en me meterme en sus problemas solo quería vivir mi vida en paz. Mi madre y yo nos despedimos, yo entre a la scuola, suspiré y me encaminé a mi salón.

Cuando entré era todo un desastre, un grupo tenia una guerra de taquitos y otro lanzaba aviones de papel, unas chicas estaban montadas en el escritorio del cantando, yo me senté en una esquina y comencé a garabatear en mi cuaderno de matemáticas, que era la materia que veía en este momento, odiaba matemática y no porque no la entendiera sino porque la profesora lo daba de forma muy tediosa, una de las chicas me llama para que le diga algo tenia una sonrisa llena de maldad

«Ángel: no vayas seguro es una trampa»

«Eva: algo huele a niña desadaptada maquinando una forma de fastidiarnos»

—¡He! Evangeline ven te quiero decir algo —dijo entre risas, la verdad no tengo ganas, pero igual fui porque realmente no quería que siguiera insistiendo.

—¿Qué quieres? —pregunté con fastidio, una chica que estaba atrás de mi pasó una regla entre mis nalgas.

—Pagar por punto —dijo riéndose, la chica que lo hizo lo iba a hacer una segunda vez pero yo tomé la regla y se la partí, todo mundo hizo silencio y yo me dí vuelta, entonces caí en cuenta que la profesora solo vio cuando partí la regla.

—Lepori, vaya a la coordinación, está suspendida en mi hora —respiré profundo, tome mis cosas y me fui, llevarle la contraria sería inútil, conocía muy bien a esas arpías se harían las victimas y los testigos las apoyarían, me fui del salón sin chistar, caminé hasta mi casa, no quería estar más ahí, no había nadie en casa por lo que me facilito el dar explicaciones.

Pasé gran parte del dia jugando videojuegos y haciendo la tarea del dia siguiente.

«Ángel: creo que debiste defenderte»

«Eva: Por lo menos no perdiste la compostura y eso es algo muy bueno»

Puse la mano en mis oídos como si pudiese callar las voces de mi conciencia.

Eva, era una faceta de mi que siempre se empeña en ser una dama, educada que todo le sale bien y perfecto. Ángel, era una faceta de mi que siempre me hace pensar demasiado las cosas y me hace dudar de mis decisiones, hay mas facetas de mi en mi cabeza, pero ellas irán saliendo poco a poco.

Mi Pálido Reflejo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora