𝐨𝐧𝐥𝐲 𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬 [𝘀𝗻𝗸/𝗮𝗼𝘁] - 𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬

Salón Sasha: 01.✎ . . . ❝ [Ella y él]❞ .ೃ࿐

Dolor.

Era todo lo que sentía.

La vi pasar de la mano con él; ese rubio que le cumplía todos sus caprichos con tal de verla sonreír. Sentía mi corazón encogerse a cada paso que daban. Hacía dos días parecía que todo iba perfecto, yo me estaba preparando mentalmente para mi declaración. Estaba segura que Sasha me correspondería, todo daba para que eso sucediera, ¿Qué coño pasó entonces?

Mi paso se direccionó hacia el lado contrario del que ellos iban. Las lágrimas amenazaban con salir y el nudo en mi garganta cada vez dolía más. Esos recuerdos de ambas pasando tantos momentos juntas, abrazadas, acompañando a la otra en lo más bajo de sí. Me estaba matando. Me sentía traicionada, usada, sucia. Quería lastimarme a mí misma, pensando que de esa manera la "suciedad" se quitaría.

"Sasha... Maldita hija de puta. Me hiciste mierda."

"Pero te amo aún."

Sin darme cuenta, me encontraba corriendo hacia mi habitación. Maldecí el día en que decidí compartirla con ella, pesando que la amistad que teníamos le ganaría a mis sentimientos románticos por la castaña. En cualquier momento podría encontrarme ahí, llorando como María Magdalena.

—Maldita perra—susurré con las lágrimas cayendo desesperadamente por mis mejillas—, eres demasiado hermosa y ahora te amo. Pero yo soy egoísta.

Tomé mis maletas y de manera desordenada y con furia corriendo por mis venas, comencé a empacar mis pertenencias.

—Me largo de aquí.

Apenas terminé, tomé la manija y salí azotando la puerta detrás mío. Muchos otros estudiantes que estaban ahí me observaban como si de un bicho raro se trataba, pero nada me podía importar menos.

Llegué a la secretaría, consultando por una charla con la administradora de organización de las habitaciones. Charlie, el encargado sólo asintió con un poco de miedo por mi cara de pocos amigos, y yo sólo me senté en las sillas en la sala de espera.

—_____, linda. ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué estás así?—Wendy, la administradora habló parada en el marco de la puerta de su oficina—. Ven, pasa.

No contesté y sólo hice caso a lo que me dijo, dejando al cuidado de Charlie mis cosas. Tomé asiento frente a su escritorio, cruzando las piernas y mis brazos en mi pecho. Mi humor estaba por los suelos.

—Quiero un traslado de habitación. Con quien sea, me da igual—abrí la boca al ver la mirada de Wendy esperando una explicación de mi parte.

—Bien... —dudó, levantando una ceja—. Pero sabes que necesitas una justificación para eso—pasó la mirada a su monitor—. Mientras tú me cuentas, buscaré posibles lugares donde podrías instalarte.

Suspiré. Deshice el nudo de mis brazos y pasé las palmas de mis manos sobre mis pantalones al notarlas sudorosas.

—Una discusión un tanto fuerte—mentí. De ninguna manera le diría la verdad. Claro que le parecería una estupidez—. Ya no somos amigas, ni nos llevamos bien. Yo decidí irme.

Wendy me miró a los ojos. Sabía que estaba mintiendo, pero aún así asintió.

—Te la dejaré pasar esta vez. Diré que estar en el quinto piso te provoca vértigo. Pasarás al primer piso. Pieck Finger será tu nueva compañera.

—Gracias, Wendy. Te debo una.

—Concéntrate en estar mejor. Te acompañaré. Vamos.

Asentí y salimos de oficina. Tomé mis cosas y bajamos hasta el primer piso. Para entonces las lágrima se habían secado y mis mejillas estaban enrojecidas del continuo roce con la manga de mi cárdigan al limpiarlas.