suck it ❖ l.h

1.8

Bradley dobló por un callejón sin salida en el que había varias escaleras de salidas de emergencias y algunos contenedores de basura. Soltó la mano de Cindy y se dobló, sosteniéndose con sus manos de sus rodillas, haciendo notar el poco estado físico que éste tenía. A comparación de él, Cindy estaba impecable. Aunque todavía tenía sus dudas.

-¿Qué mierda pasó allá? -dijo retomando el rumbo de sus pensamientos y elevando la voz. Volvió a secar el, casi seco, rastro de lágrimas que quedó grabado en su mejilla. Lo hizo atropelladamente, como si alguien la estuviera apurando, y frunció su ceño al ver que Brad no respondía. Éste, sin embargo, seguía inhalando y exhalando aire por su boca, realmente exhausto-. ¿En qué mierdas...? ¿Cómo carajos pasó? Digo... yo estaba con Luke y él...

-Él ya no está -se reincorporó en su vertical y se acercó peligrosamente a ella, atrapándola por la cintura en pocos segundos-. Luke es... una situación pasada que no queremos recordar, ¿verdad? -Cindy empezó a luchar por soltarse pero él tenía el doble de su fuerza a pesar de no hacer ejercicio.

-¡Él no es pasado! ¡Tú eres pasado, imbécil! -escupió en su cara la castaña para empezar a razguñar la dura unión de las manos de Bradley justo arriba de sus nalgas.

-¡Maldita sea, mujer! ¡Te estaba lastimando! -la tomó por los hombros y la sacudió. Con un empujón al final de la acción, las rodillas de Cindy flaquearon y en un mal movimiento cayó al suelo de espaldas. Su cabeza dió un leve rebote en el asfalto, lo que le hizo doler hasta lo más profundo de sus entrañas.

-Hijo de puta -susurró entre dientes-. ¡Estúpido hijo de puta! -retomó su posición rápidamente y se avalanzó a él con su puño derecho e impactó en uno de los hombros del chico. Apenas chocaron su mano pareció dolerle como mil infiernos y se deseó el mal al recordar cómo aquella tarde le pegaba con furia al muro de su casa.

-Ven aquí, bebé. Sé que eres enfadadiza -su mano viajó hasta donde ella estrelló sus nudillos-, pero no sabías que respondías tan duro -y en otra acción veloz la volvió a sujetar por la cintura. ¿Cómo es que sus piernas le podían fallar cuando estaba en unos de los momentos más aberrantes de su vida?

 -¡Lárgate maldita sea! -vociferó ella y él con su hábil diestra la tomó por la nuca forzándola a besar sus labios.

Comenzó a moverse rápido sobre ella, acorralándola entre uno de los muros y sus brazos. No iba a dejarla ir, iba a tratar de follarla aunque tenga que violarla en el intento.

Bradley era extremo.

Cindy era astuta.

Mordió el labio del victimario lo suficientemente fuerte como para cortarlo y brotar sangre de su boca. Brad gritó del dolor, estaba más enojado que nunca. ¿Qué había hecho para que ella no le correspondiera? Mierda, los adolescentes normales no se niegan a el sexo. Nunca. Al menos él no lo hacía.

Viendo cómo el muchacho escupía saliva roja y la soltaba, parecieron eternos los segundos en los que sus extremidades no respondían a la orden que el cerebro les daba.

Huir.

Comenzó a correr calle arriba, buscando a Luke por el camino en el que Brad la había llevado. No había rastros del rubio. La noche suavemente caía sobre Brisbane y ella parecía volverse loca. 

-¡Luke! -anunció en la vacía calle. Giró a todos sus lados pero su única respuesta fue un coche pasar fugazmente por la vía-. ¡Luke! -repitió.

Nada.

Nada de nada.

-Mierda -susurró. Sus ojos llorosos reaparecieron como la luna lo hacía en ese mismo instante. 

Miró el satélite terrestre con confusión. 

¿Por qué lloraba?

¿Por Luke?

¿Por Brad?

¿Por pasar aquel día como la misma mierda?

O talvéz simplemente por los motivos que había llorado desde un principio de la jornada.

- 

-¡Cindy!, ¡¿Dónde estás, mierda?! -Luke golpeó el volante del auto que su padre le compró hace un año.

Luke, a pesar de tener licencia, nunca usó el auto. Amaba caminar. 

Cindy realmente era especial como para romperle todos los esquemas.

Rodeó las manzanas, una por una, por las que pudo ver a Brad escapar como una miedosa rata. Y eso era, una miedosa rata. 

No pudo encontrar a la chica por ningún lugar, y ya estaba resignado. Vió cómo la oscuridad empezaba a carcomer el celeste cielo y pensó que todo ya estaba perdido.

No volvería a ver a Cindy. Brad había ganado.

Restregó sus ojos y miró por la ventana. ¿Por qué el destino lo odiaba? Recurrentes episodios de mala suerte le ocurrían desde hace unos años. Con éste último se terminó de convencer de que la vida estaba siendo una perra con él.

Recurrió a su intento final. La única chance que él había ignorado desde un principio, sin saber por qué.

«Necesito el número de Cindy extremadamente rápido» tipeó y envió a Cory. Rogó porque éste respondiera rápido.

«Se puede saber el por qué?» contestó segundos después. Por favor, no tenía tiempo para explicaciones.

«Mierda, ustedes querían que saliera con ella, prácticamente me obligaron! Dame el puto número ahora.» escribió Luke enojado.

«+612-280-2428» 

 «No fue obligación, tú lo quisiste» llegaron ambos mensajes en cuestión de milisegundos.

«Como sea.»

«irónico» devolvió el mensaje Cory y allí el rubio dió la conversación por terminada.

Luke suspiró y empezó a escribir un nuevo mensaje.

«Cin, es mi última oportunidad. Entiendo si quieres estar con Brad. Fui un idiota al enojarme contigo cuando necesitabas a alguien más que nunca. Te busqué como loco todo el día.»

Y lo envió al +612-280-2428, sin respuesta.

«Respóndeme» 

Volvió a escribirle al número. Nada.

«Por favor. Te necesito.» 

Aguardando por una contestación, Luke agendó el contacto como «agressive cin♡». 

Sus ojos se volvieron a dirigir a la ventana, realmente abatido. Suspiró entrecortado, sin esperar respuesta. 

Fue derrotado.

«Luke?» 

Su corazón pareció parar al sentir su telefóno vibrar en su mano.

«No me abandones de nuevo.»

«Te necesito también»

n/a: perdón, perdón, perdón. ya no sé cómo decirlo. el comienzo de clases me tiene muy mal. espero les haya gustado, porque a mí no. no es mi 100%, pero no quiero decepcionarlas.

gracias por los 12.1K de leídos, por los 1.2K de votos. es una locura. simplemente gracias. 

dos capítulos más y el epílogo.