~•Nanami la cupido•~

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Hoy era el día.
Estaba preparado.
Tenia lo necesarío para hacerlo.
Y si, era la primera vez que iba a una fiesta con mucha gente de mi misma edad, sé que es tonto, pero estoy demasiado nervioso. Incluso Hajime irá a la fiesta. ¿Qué pasa si mi suerte arruina todo? ¿Y si no le agrado a las personas que van a ir?.

Trate de sacar todos esos pensamientos negativos de mi cabeza. Hoy, al menos hoy debía permitirme ser egoísta y pasarla bien. ¡Que se joda mi suerte! Disfrutare la fiesta en la piscina cueste lo que cueste.

Ya tenía el traje de baño listo, también el protector solar y una toalla. Sólo quedaba esperar a que fuerán las 2:00 de la tarde, esa fue la hora que me dío Kokichi-kun.

La ansiedad carcomía todo mi ser, muy a pesar de mis intentos de alejar esé pensamiento de que todo va a salir mal, la mente me daba malas pasadas, por lo cuál tenia un amargo sabor de boca. Que desagradable.

Espere y espere a que fuera la hora de huir de esté encierro entre cuatro paredes. Sentia como si las paredes se estuvieran encogiendo y en cualquier momento me pudiesen aplastar.

Tome mi celular con algo de dificultad y mire la hora, la 1:30 de la tarde. Faltaba medía hora aún. Trate de distraerme un poco con el telefóno, pero no lo logre.

Pense en la posibilidad de tomar una siesta, la descarte de inmediato, teniendo en cuenta mi suerte de seguro me quedare dormido, y cuándo despierte serán las 3:00 pm o incluso más tardé.

Tal vez si daba una vuelta por ahí mientras era la hora de la fiesta podria encontrar un pequeñó alivio.

Me levante de la cama, para ir al recibidor y colocarme los zapatos. Lleve mi celular conmigo, por si acaso se me pasaba la hora.

El día estaba increiblemente caluroso. Saihara habia escogido el día perfecto para ír a piscina.

Revise la hora una vez más. Era la 1:50 pm ya, que rapido pasa el tiempo.

La caminata fue bastante corta, devolvi mis pasos hacía mi hogar de nuevo. Cuándo llegue simplemente abri la puerta, y tomé las cosas que había alistado para la fiesta.

Preferí tomar un taxi en vez del bus. Se me hacía cansino tener que estar rodeado de gente, e incluso ir parado mientras me empujaban, encima hoy estabá haciendo un calor insoportable, y en un bus con un montón de personas arrinconadas sudando, era infernal.

Ví un taxi a la distancia, hice una seña con mi mano, cuándo el conductor del taxi me vío, se dirigio a mi dirección, y paró en frente mío.

- Buenos días joven, ¿A donde va a ir? - Mientras me preguntabá eso yo me subía al taxi.

- Me puede llevar a la calle ** en la casa ***** **** - Le respondí cuándo ya me acomodé en el asiento.

- Marchando - Terminó de hablar para empezar a conducir a la dirección que le habia dado.

El camino fue silencioso, no era incomodo, era mas bien un silencio agradable. No me gustaba hablar mucho con personas desconocidas y por lo general siempre que me subo a un taxi los conductores empiezan a hablarme de sus vidas, y yo no sé que responder.

Pasarón unos cuántos minutos para llegar a mi destino. Mis nervios salierón a flote de nuevo, pero lo ignoré. Pagé la cantidad de dinero que el taxista me dijó y me bajé del auto.

Suspiré, el taxista se fue y me dejó en frenté de la casa de Saihara. Me percaté de la hora, eran las 2:00 pm, justó a tiempo.

La casa era bastante grande, las paredes eran de color blanco y se podía escuchar desde afuerá que estabán celebrando algó.

¡Feliz San Valentín! (Hinakoma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora