~•Me gustas tú•~

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Komaeda se encontraba en su habitación junto a sus problemáticos amigos, ¿que estaban haciendo, te preguntarás?, pues, si le has puesto cuidado a las fechas, sabrás que este día es San Valentín. Y tambíen Hajime va a tener una cita con Komaeda, lo que estaban haciendo los tres problemáticos era decidir que ropa se pondría nuestro amante de la esperanza favorito.

- ¿Que tal si te pones un traje de maid en la cita? - Dio una ridicula idea Ouma.

- Kokichi-kun, ¿quien rayos en su sano juicio saldría a la calle con un traje de maid? A menos que sea un cosplayer, claro - Descarto de una vez la idea Komaeda.

- Déjenme demostrarles el por qué yo soy la persona más inteligente de está habitación - Dijo Togami, quíen anteriormente se encontraba buscando ropa en el armario del albino - Miren esto - El rubio tiro un conjunto de prendas a la cama.

El conjunto que Togami había escogido para el albino era, una camisa manga larga blanca, que iba debajo de una camiseta azul, unos pantalones beige y unos zapatos café sin cordones.

- ¡Increible, kuya-kuya-chan, que buen sentido de la moda para alguien que siempre lleva puesto un traje negro!.

Togami solo ignoro a Ouma, y le extendió algo en la mano a Komaeda, ¿Que era esto? Pues en la mano de Togami había un pequeño broche que tenía la forma de un trébol de cuatro hojas, el albino lo aceptó felizmente.

- ¡Muchas gracias, Byakuya-kun! Te tomas muy enserio esto - El rubio solo desvió su mirada con un leve sonrojo en sus mejillas.

- Deja los agradecimientos para después, plebeyo. Escogí ese broche porque sabía que tú talento era el de la buena suerte, supuse que el broche te gustaría. En caso de que no te gustara, planeaba amarrarte a un sótano y alimentarte a base de comida para perros.

- ¿Kuya-kuya-chan no trae nada para mi? ¡Waah, que cruel eres kuya-kuya-chan! - Ouma soltaba puras lagrimas falsas.

- ¡Solo deja de llorar, maldigo el día en que decidí comprar esto! - Dijo Togami, ahora extendiéndole a Ouma una panta de uva - Ahora callate.

A Ouma se le iluminaron los ojos y empezó a derramar unas cuantas lágrimas, como si le estuvieran proponiendo matrimonio.

- ¡Que adorable, kuya-kuya-chan me conoce muy bien! ¿Quieres ser mi mamá? - Felizmente Ouma abrazo una pierna de su ahora "mamá".

- Deja de decir tonterías, y tú vete a bañar - Callo Togami a Ouma, y luego mandó a Komaeda a bañarse.

- ¡Si, mamá!~ - Dijeron Komaeda y Ouma al mismo tiempo, molestando a Togami.

- Imbéciles - Refunfuño Togami.

Cuándo Komaeda termino de arreglarse y vestirse, salió del baño con una gran sonrisa.

- Y bien, ¿como me veo? - Dijo el albino dando una media vuelta.

- ¡Komaeda-chan, no hagas eso que enamoras! - Se burló Ouma de la vueltecita que el peliblanco había hecho.

- ¡Oh!, casi se me olvida - Komaeda sacó del bolsillo que portaba el pantalón beige, el broche que le había regalado Togami - Lo guardare con mi vida, te agradezco mucho, Togami-kun - Agradeció por el detalle al rubio, y finalmente se puso el broche a un costado de su revoltoso pelo.

- De nada, ahora ve y conquista a ese plebeyo, por cierto, si te llega a rechazar puedo-

- ¡Togami-kun! No es para que asesines o algo así a Hinata-kun, si el no corresponde mis sentimientos lo voy a comprender. Y espero que ustedes también lo comprendan - El albino les dio una mirada fulminante a sus dos amigos.

¡Feliz San Valentín! (Hinakoma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora