Por cómo sucedieron las cosas me quitaron mi licencia médica por un tiempo, todo por esa perra.
Era tarde, estaba oscuro y el frío me consumía, caminé a un local que visitó frecuentemente.
—Hola amigo, cual necesitas.
—Tú ya sabes como me gustan, te dejo el dinero y envíame a una al cuarto.
Espere un par de minutos y entro una preciosa joven, estaba temblando, supongo que tenía frío por esa mini falda que traía, además estaba en bracier.
La besé y tuve sexo con ella, estaba tan excitado, disfruté metérselo y golpearle esas nalgas que tenía aunque la muchacha no dejaba de llorar.
—¿Cuántos años tienes? —susurre en su oído mientras me corría dentro de ella.
—Diecisiete años señor —dijo mientras aun se quejaba, su cara estaba llena de lágrimas y yo le provoque más.
Le di vuelta la cara de una cachetada.
—¡Ve y dile a Tom que quiero una más pequeña!
Ella salió llorando del cuarto y llegó otra muchacha.
—¿Cuántos años tienes? —pregunte molesto.
—Doce —lo dijo temblorosa, era tan excitante.
La agredí, amarre, folle y deje tirada en la cama, la obligué a chuparmela hasta el fondo y me corrí cuantas veces pude en ella.
La humille por meses, iba a verla solamente a ella.
Casi un año después le pedí a Tom que me permitiera llevarla a casa y el me dio permiso, estaba borracho y traía a la niña amarrada en el asiento de atrás, acostada y tapada con una manta para que no la vieran.
Íbamos a toda velocidad y yo con ansias de llevarla a casa, aunque le fallaría a Tom porque ya no se la devolvería, no viva al menos, ya no era tan pequeña, había cumplido trece.
En un abrir y cerrar de ojos un fierro atravesaba mi pecho, choqué con un bus, todas las personas me veían mientras me ahogaba en mi sangre, encontraron a la niña y yo termine de respirar antes de que llegara algún auxiliar.
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Vida y Muerte (¿Quienes Somos?)
Short StoryLa vida, siempre nos lleva a buscar su propósito, pero al concentrarnos en algo a lo que no le tenemos mínimo hilo que nos conduzca nos terminamos alejando de aquello que tenemos seguro, la muerte.
