—¿Hiciste lo que te pedí? —dijo mi padre mientras jugaba póker.
—Si —conteste —ella está muerta.
—Deja su cuerpo a la vista de todos, encárgate.
—También hice eso.
—Entonces escucha esto, quiero que busques a una chica y la traigas aquí al burdel, luego de que el idiota de Lorenzo perdiera a esa niña necesito a otra.
—¿Ya sabes quién es? —pregunté.
—¿Recuerdas a Marco? El que mataron el la carcel.
—Si, trabajaba en las búsquedas de mujeres.
—Bueno, el tenía una novia, Claudia, esa mujer tiene una hija, búscala, la muchacha está a punto de cumplir diecinueve años y la última vez que la ví con mis propios ojos estaba muy linda.
—¿Acaso esas niñas no tenían un padre? Eso siempre es un problema.
—Marco estaba preso por matar al padre de esas niñas.
—Me dijiste que lo pillaron buscando a una de las niñas.
—Te lo dije para que estuvieras más atento, ahora ve por ella a su univercidad.
Me entrego un par de hojas con la información necesaria, horarios de la univercidad y dirección del departamento donde vive junto a su hermano y cosas que acostumbra a hacer, ya sabía como me acercaría ¿quién pensaría que la pizza es buena para este negocio?
8:00 A.M.
—Lo siento tanto —dije tratando de limpiar su camisa luego de por "error" lanzarle una caja de pizza sobre ella.
—Ahora llegaré tarde a la escuela y perderé mi examen gracias.
—Si lo pierdes es porque quieres, puedes ir así.
—¿Manchada de pizza? No gracias.
—Ten —abrí mi mochila y le entregué un poleron negro.
—Gracias —dijo aún sonando molesta.
Camino dejándome solo, lo que ella no sabía es que todo estaba saliendo como quería. Camine hasta mi auto y al entrar a la computadora seguí intentando entrar a su teléfono.
6:00 P.M.
Lo había conseguido, estaba dentro del teléfono y por su rutina no faltaba mucho para que llegara a su departamento en el cual yo ya la esperaba en la calle del frente.
Ordeno una pizza, llegaría en cuarenta y cinco minutos, su hermano no llegaría hasta en dos horas, en quince minutos subí. Cuando abrió la puerta su cara de desfiguró.
—¿Repartidor idiota? —dijo
—Traigo pizza niña loca.
—Iré por tu abrigo.
Su peor error darse la vuelta y dejar la puerta abierta. Entre tras ella, estaba en el cuarto que supongo a de ser de ella.
La empujé hasta su cama, inmovilice sus manos con mi piernas, ella intentaba gritar pero mi mano cubría su cara con un paño, el mismo líquido de ella, de Martina, el mismo que ocupaba ahora en María.
Ella a punto de quedarse inconsciente cuando un duro golpe en mi cabeza me desconcertó.
Era el niño ¿qué hacía aquí? Saque mi arma y en un desespero dispare contra su pecho.
La niña se abalanzó lanzándose sobre mi, forsejeamos por el arma, la bala me atravesó a mí.Ella se levantó y tomó a su hermano en sus brazos mientras no soltaba mi arma.
—Llama a una ambulancia —dije —no me importa ir preso.
—Y tú no eres la primera persona que veré morir, llamaré a la policía luego de matarte.
Un disparo, ese ruido retumbó en mi conciencia hasta ya no escuchar nada más.
.
Espero les guste, hace mucho no escribía esta historia que para muchos a de ser un poco triste, morbosa, desagradable, turbia.
Pero esto es vida y muerte, donde amabas son cómplices.
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Vida y Muerte (¿Quienes Somos?)
Short StoryLa vida, siempre nos lleva a buscar su propósito, pero al concentrarnos en algo a lo que no le tenemos mínimo hilo que nos conduzca nos terminamos alejando de aquello que tenemos seguro, la muerte.