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-¡Ya me tienes harto, Soo Jung! -cierro mis ojos por el grito que mi lindo quokka pega, haciendo que se caiga el cigarrillo de mi mano.

-¡Idiota, mi cigarro! -lo levanto del suelo y lo limpio. Soy una mujer sin higiene, lo sé, pero es el único que me queda para hoy.

-¡Si tantas ganas tienes de coger entonces dile a Changbin! -mi amigo no es nada discreto y vocifera sobre mi vida sexual a los cuatro vientos. Agradezco que el callejón detrás del casino esté completamente vacío.

-Ya te dije -le doy la última calada al cigarro y lo apago con la punta de mi zapato en el piso -No tengo ganas de estar con Bin... ni con él ni con ningún otro. Es solo que... -las palabras se me agolpan en la garganta.

-Sí, sí... se trata de ese sujeto, ¿No? El de la mesa de blackjack... ¿El llamado señor Hwang? -suspiro y asiento en su dirección.

Han pasado dos semanas desde que lo vi por primera vez. Ese día tardé un par de minutos en recobrar la compostura porque sí, tuve un orgasmo con solo sentir su tacto y eso jamás nunca, a mis veintiséis años, me había sucedido. Realmente me volví loca aquella noche, pero me mentalicé que posiblemente fuera cosa de eso, una sola vez y ya... ¡Error fatal! Ese sujeto comenzó a visitar el casino en los días posteriores. Lo ví en la mesa de la ruleta, en las máquinas tragamonedas y obviamente en las cabinas VIP. Cada que mis ojos se encontraban con los suyos... la misma sensación de espasmos en mi vagina se volvía insoportable.

-Es un dolor de culo evitarlo -agito mi cabeza en un intento de alejar ese sentimiento -Ni con el propio Seo sentí nada parecido y déjame decirte que es muy bueno cogiendo. Es más, ni cuando Jackson me follaba en su lujoso sillón de cuero me sentía así, tan... confusa y excitada.

-Guacala ¡No quería saber que hacías con el odioso de Jackson! -Han me da un ligero golpe en el brazo y sonríe por lo bajo.

-No puedo creer que te de asco que hable de Wang cuando me has escuchado gemir y gritar a causa de Changbin -suelto una carcajada de incredulidad.

-¡Son cosas diferentes! Lo de él es aceptable porque me cae bien y porque no tengo otra opción cuando ambos me pagan para que haga de guardia de seguridad en el almacén. Jackson era un odioso de primera y se creía el mejor hombre con el mejor pito del mundo.

Jisung nunca terminará de sorprenderme, es como si fuera una mujer pero con pene, aunque sea el único amigo hombre el cual jamás me tiraría. Hasta en la amistad hay códigos, y él es algo así como... ¿mi amigo de secretos indiscretos? Ese ser que soportaría hasta la más grande de mis locuras. Sin él, realmente estuviera perdida.

Como sea, dejo pasar lo que dijo y lo tomo del brazo para que volvamos al trabajo. Al ser domingo nuevamente vuelve a estar atestado el casino. Pasa mi jornada laboral tan rápido y sin preocupaciones que me sorprendo en demasía cuando son ya las tres de la mañana y me despido de mi amigo en la entrada del local.

La madrugada es fría pero nada que no pueda soportar. Camino quitada de la pena por la avenida tratando de encontrar un taxi que me lleve al apartamento cuando alguien interrumpe mi andar.

-Hola de nuevo, preciosa -mi corazón da un vuelco en cuanto reconozco al propietario de esa excitante voz.

-Oh... ¿Qué-Qué hace aquí? -me detengo en seco y lo veo acercarse con la mano en la boca acariciando su labio seductoramente.

-Haz sido una niña mala al evadirme todos estos días, Soo Jung -trago saliva cuando retrocedo un par de pasos y quedo pegada a la pared. Como la típica escena de una película, posiciona ambas manos a la altura de mi cabeza y me siento acorralada -¿Qué te he hecho para que me trates así? -sus labios viajan al lóbulo de mi oreja y lo siento respirar.

Sin poder evitarlo. Sin que tenga intención de hacerlo. Y sin que tenga control de mi cuerpo, comienzo a temblar de pies a cabeza.

-Yo... Yo no... -realmente me siento perdida porque de mi estúpida boca no sale nada más que balbuceos idiotas.

-Si estuviesemos en otras circunstancias, sin duda te llevaría a tomar un café -el tono con el que habla tiene un toque cómico -Pero en estos momentos tengo algo mejor que un aburrido y soso café.

-S-Señor...

-Hyujin... Llámame Hyunjin -Su larga mano me toma del cuello y roza su nariz en la cuenca de mi cuello e inhala de forma rasposa y contenida -Hueles maravilloso.

En definitiva, este hombre me ha hecho algo. Siento mis piernas volverse gelatina y, como lo deduje desde el primer momento en que supe que era él, mis bragas están mojadas como nunca antes.

-Vamos -me toma de la mano y me arrastra hasta la limusina aparcada en un callejón.

Mi instinto de supervivencia me grita que podría ser un loco a punto de secuestrarme, descuartizarme y vender mis órganos en algún mercado negro; sin embargo, no puedo soltarlo. Tengo mi mano bien sujeta a la suya.

Nos adentramos en el auto y este comienza su marcha.

El interior es oscuro pero tenues luces rojas neón lo iluminan. La música que suena de fondo suena a algo parecido a rock, pero con ritmo suave y... ¿Excitante?

"Haré que puedas sentir mi amor..."

-Eres realmente hermosa, Soo Jung -salgo del estupor y siento como sus fríos dedos recorren mi rostro hasta bajar por mi cuello -No sabes cuanto me contuve.

-¿A qué? -respondo sin saber muy bien a que me estoy enfrentando, pero en estos momentos muy poco me interesa.

-Ese día, en la mesa de blackjack, con solo verte me la pusiste dura, mi amor -sus dedos llegan a los botones de mi camisa y comienza a desabotonarlos lenta y tortuosamente -Me dejaste tan mal que tuve que hacer el trabajo por ti en el baño.

Esa imagen mental llega de golpe y no puedo dejar de morder mi labio. Por inercia, mi mano viaja hasta su entrepierna y sin sorprenderme me percato que ya la tiene abultada.

Hyunjin comienza a depositar besos ligeros por mi cuello, rozando el lóbulo de mi oreja y dando pequeños mordiscos. Un quejido bajo sale de mi boca.

«¡Con un demonio!»

Mi fuerza de voluntad se va a la mierda después de haberlo evitado tanto.

«Lo siento... pero no puedo contenerme más»

Blackjack ~ Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora