-𝓠𝓾𝓮𝓭𝓪𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓷𝓶𝓲𝓰𝓸-いっしょにいて下さい♡~Manjiro Sano~

Capítulo 5: "Temor"

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Aquellos 2 chicos que se encontraban en la cabaña querían probar el fruto prohibido, que los llevaría al pecado, pero eso esa lo que menos le importaba, ambos no decían ni una sola palabra pero a su vez se decían todo "te quiero" era lo que retumba en la cabeza de ellos.

Sano teniéndola arriba era una perfecta vista, él estaba loco por ella tal vez había sido una promesa de niños pero el cumpliría su palabra, no quería perderla por nada en el mundo. Su vista fue hacia su cara, la fémina tenía un sonrojo prominente, sus ojos entrecerrados, sus cejas ligeramente marcadas haciendo una expresión de gusto culposo y su boca entreabierta dejando ahí escapar sus sonidos más inesperados pero exquisitos para el chico.

Ella por su parte vea el cuerpo de Sano, su vista recorrió desde su ombligo hasta su cara y dios perdonela pero su cara excitada era la nueva cosa favorita de ella, al igual que la fémina ambos estaban mostrando sus nuevas facetas, ambos querían ser uno y vaya que si estaban disfrutando el proceso.

-Mi-Mikey...- la chica subía y bajaba el pecho rápidamente producto de la excitación y la aceleración de su cuerpo.

-Q-quieres seguir?- ¿Que había sido eso? La fémina se sorprendió un poco, jamás había escuchado a Manjiro Sano trabarse al hablar.

-S-Si- __ se posicionó dispuesta a darle besos denuevo por todo su cuerpo, paso desde su cara besando cada extremidad de esta tan delicadamente, luego su cuello y orejas y vaya quien diría que ése punto era el que hacía que Manjiro se volviera loco. Luego vino su pecho y para ser un adolescente todavía vaya que tenía un buen cuerpo, pero a ella sea como sea le encantaría porque era él.

Sano disfruto cada beso pero ahora era su turno, se levanto ambos quedando frente a frente y sus intimidades rozaron entre sí gracias al movimiento, ambos lo disfrutaron. Él quería verla después de todo era la chica que le robó el corazón.

El cuerpo de la fémina no era el más perfecto, tenía su pecho más pequeño, su cintura no era tan marcada, tenía su amado "rollito" amado por Sano, pero su culo era bastante grande y sus muslos eran un poco gorditos, sin contar que tenía estrias por su cuerpo pero no le interesaba mucho a ella ya que le gustaba su cuerpo, el problema es que pensaría Sano de él.

Ellos seguían besándose como si fuera lo último en sus vidas pero sin dejar de ser tiernos y dulces a la vez, iban paso a paso calmados y serenos después de todo era algo que solo pasó.

Manjiro procedió a sacarle el molesto sujetador lila, tuvo un poco de problemas al quitarlo pues era bastante raro para él, al momento de deslizarlo por el cuerpo de la chica para ver lo que se escondía ahí se sonrojo más.

Perfección

Era la única palabra en el diccionario de él para __.

La tiro con delicadeza hacia atrás posicionándose entremedio de sus piernas, los roces que hacían era  exquisitos y él comenzó a moverse aún ambos con ropa como si no lo estuvieran.

La habitación se llenó de gemidos por parte de ella y jadeos por parte de él. Movían sus caderas a la par provocando más excitación entre ellos. Conectaron miradas ambos estaban avergonzados pero querían estar así, no les importaba si eran grandes, o chicos, o si no era lo debido, querían dar su acto de amor, un amor que era a su estilo.

-__, ¿estás segura? Puedo parar si lo deseas...

-Hazlo ya, me pones más nerviosa...- desvió la mirada y el río ligeramente con la expresión de su frase al decirle que si.