▸ ¡ ࣪˖ ✶ 𖡼 𝆺𝅥¿𝑺𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐? ⊹ ᨘ໑. ♡

O3✧

-Y por favor Kookie, nada de dulces. Se vuelve más hiperactiva y sabes que después no querrá dormir.

JungKook asintió ante el apodo que desde hace mucho tiempo se le fue dado, obviando el hecho de que le molestaba en cierta parte. No sabía por qué TaeHyung (su primo/cuñado) le daba indicaciones sobre el cuidado de la pequeña traviesa si ya llevaba cuidándola varios años.

-Sí Tae, ahora creo que deberías de irte, yo me haré cargo de JiSeul.

-Confío en ti JungKook, cuídala muy bien.

Park JiSeul no era una bebé de dos meses, era una niña de siete años que entendía perfectamente muchas cosas, pero ahí estaba su papá sobre protegiendo a la luz de sus ojos, la pequeña alegría de la familia. Aunque claro, la pequeña no estaba presente escuchando todas las indicaciones, ella estaba en la escuela. Tal vez la pequeña ya estaría diciendo algo más con tan solo no escuchar las prohibiciones de su papá.

JungKook asintió.

-¿Ahora sí terminaste?

El peli-plata sonrió.

-Lo mejor será que baje, empezará a llamar para que me apresure y no queremos que él se moleste.

Tras despedirse, JungKook soltó un suspiro. Admiraba mucho el matrimonio de su primo, parecían la pareja perfecta y sobre todo, la familia perfecta. Lo dicho por TaeHyung sólo fue por el hecho de que sí era impaciente, pero jamás se llegaría a molestar con la persona que más amaba, y eso en él causaba una ternura única. No tenían mucho económicamente y el trabajo los consumía al grado de no poder pasar mucho tiempo con su hija, pero sabían cómo sacar fuerzas de algún lugar para ver a su hija crecer, y el amor nunca les faltaba.

Lo que daría él por tener una relación así de bonita, pero seamos sinceros, no todo siempre es dulce y romántico en una relación, siendo algo que tal vez ellos no lo demostraban, siempre existen los altos y bajos por lo que aprendieron a resolver aquello, pero depende de ambos hacer que exista un poco de todo para no caer en una monotonía que termine matando todo, al menos así lo creía JungKook. Aunque, muchos no lo entendían y creían que todo pasaba porque existía algo que así lo deseaba.

-Creo que moriré solo, ya debería estar empezando a tejer y adoptar gatos.

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HoSeok terminó sus labores quedándose sin nada más que hacer en el día. Sonrió mientras se apoyaba mejor en su silla. Necesitaba salir y distraerse un poco, quitarse el estrés de encima para después asistir a trabajar fresco y con más ganas que los demás días.

Sí, hoy se daría su tiempo.

Salió de la oficina avisándole a su secretaria que no estaría disponible el resto del día, ella obedeció para que tiempo después se encontrara bajando por el ascensor.

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JungKook ofrecía sus rosas en otro punto de la ciudad, el punto más romántico y hermoso para las parejas jóvenes. El paseo de los árboles de cerezo.

Conocido por ser el lugar en el que muchas parejas se declaraban un amor que podía perdurar para toda la vida o hasta donde se lo permita. Era un viejo cuento que solía escucharse por toda la ciudad o que algunas familias todavía mantenían una costumbre de años.

Pero aun así no había logrado vender nada, estar horas parado bajo el sol de la mañana sin que aquellos que decían amarse, bueno, no podía juzgar tampoco. Después de esa mala racha en la mañana, volvió a la casa de su primo para preparar algo de comer y luego ir a recoger a su pequeña sobrina.

HoSeok comía solo, en el enorme comedor de su casa, estaba acostumbrado a ello y no podía reclamar o decir algo al respecto. Tal vez debería mudarse y vivir solo en su propio departamento, se ahorraría muchos disparates y problemas con sus padres, pero ni siquiera viviendo solo lo dejarían en paz.

Las horas pasaron y al no encontrar qué hacer o a quién llamar para salir a cualquier lugar, tomó sus cosas dispuesto a no estar encerrado en casa lo que restaba de la tarde.

Qué curioso es el destino.

JungKook ayudaba a JiSeul con su tarea, siendo un tanto difícil, porque ella se distraía con cualquier cosa o hacía una que otra pregunta.

-¿Y por qué no siento tu aroma? -preguntó JiSeul de nuevo, él suspiró rendido.

-Pequeña, ya lo hablamos, termina tu tarea y después respondo lo que quieras.

-Pero quiero saberlo tío -JiSeul hizo un ligero puchero, JungKook no sabía qué hacer frente a eso-. Papá dice que estoy en la edad de la curiosidad, que deben responder todas mis preguntas.

-Bueno -JungKook lo sabía, pero no estaba seguro de hacerlo, una niña no podría entender del todo cosas tan personales-. Mejor terminemos la tarea.

La pequeña JiSeul terminó su tarea después de una hora, notando que aún era temprano, decidieron salir a dar un paseo al parque, algo que alegró en demasía a la pequeña.

Tras un corto viaje al parque que no estaba tan alejado del departamento de su primo, la pequeña no perdió el tiempo para comenzar a jugar. Solían ser pocas las veces que ella salía de casa, por lo que siempre que estaba fuera de su hogar, JiSeul se lo agradecía.

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HoSeok conducía su coche esperando estacionarse en algún lugar y caminar, debería tener más amigos o a alguien para pasar el rato, pero no quería molestar a nadie. Llegó a un parque, los padres cuidaban de sus hijos, algunos jugaban con ellos y otros solo estaban sentados en la plaza. Bajó del auto tras estacionario, no tenía un hijo que cuidar y sólo daría un paseo por el lugar.

Mientras caminaba, su vista se posó en un joven de cabellera castaña al que el sol le daba un brillo único, sonreía mientras abrazaba a una pequeña. ¿Era JungKook cierto?

Sabía que la pregunta era demasiado obvia, pero jamás creyó que lo encontraría en un parque con una niña entre sus brazos. La pequeña se separó de él para volver a subir a uno de los juegos mientras él le decía cosas que de seguro tenían que ver con su seguridad.

¿Por qué sentía esa sensación de pesar en su pecho? ¿Qué le pasaba?

La imagen no tenía nada de malo en realidad, era solo JungKook con una niña, en un parque, ¿pero qué significaba aquello?

JungKook no dejaba de observar a JiSeul, pero le era inevitable no sentirse observado, esa sensación de que alguien lo hacía, por temor se decidió el no verificar quién era o si estaba en lo correcto.

Mientras JiSeul jugaba, alguien se le acercó por atrás tapando sus ojos.

-¿Quién soy?

Reconocía esa voz a la perfección, sonrió retirando las manos de sus ojos para después voltear y saludar a Kim NamJoon con un efusivo abrazo.

-¡Nam! -dijo mientras NamJoon correspondía su abrazo-. No sabes lo feliz que me hace el que estés aquí.

-Necesitaba verte.

Y sólo esa imagen de JungKook abrazándose con un hombre del que no sabía nada, hicieron que HoSeok diera media vuelta para ir hacia su auto e intentar olvidarse de lo que había visto.

Estaba mal hacerse ilusiones con alguien del que no conocías nada y, él de por sí se sentía estúpido, porque no debería de sentir nada al respecto.

-Quépatético soy.