Capítulo 34

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Eloy Grace

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Eloy Grace

Claire y yo habíamos estado tomados de las manos, con los ojos cerrados y tomando profundas respiraciones desde hace mínimo diez minutos.

Su prima había insistido en que por ser este nuestro primer hijo, debíamos tomar clases prenatales, aunque ahora mismo estábamos haciendo un ejercicio de conexión, según Sienna para que yo intente entender todo el peso que Claire está cargando debido a todos los cambios y emociones que está atravesando, y aunque no puedo decir que lo entiendo en su totalidad, sí trato siempre de comprenderla.

Como es el caso del enojo que está sintiendo con respecto a su prima y lo que ella piensa que son intenciones mezcladas. Lo que ya me aseguré de que fuera justo eso, sólo un malentendido. Sienna incluso me pidió disculpas si ella había hecho algo que haya incomodado a Claire, pero es que yo tampoco lo podía comprender, y aún así, le pedí a la Sabia mantener distancia, pues mi prioridad es mi esposa y lo menos que quiero es hacerla sentir insegura.

Nos sentamos a hablar eso y por decisión de ella, no cambiaremos a la doctora de la corte por ningún otro médico, más que nada porque Claire no confía en otra persona que la castaña y Carolina Reynolds para encargarse de su salud en este periodo. También es porque su prima no sólo se encarga de cuidarla en su embarazo y prontamente en su parto, sino que es la única con conocimientos medicinales que ha estudiado a fondo cómo tratar a un inmortal en caso de que nuestra naturaleza no esté funcionando como es debido. Mi reina no se quiere arriesgar, ya que toda la familia real se compone de hechiceros inmortales.

Así que la sabia había mantenido su puesto y había estado ayudándonos a aprender todo lo necesario para cuando nazca nuestro bebé. Eso más que nada, pues a pesar de tener a toda una corte para ayudarnos, mi esposa y yo habíamos decidido involucrarnos de lleno en el cuidado de Eliah.

Era nuestro hijo adorado y lo esperábamos con más ansias que nunca. Ya sólo faltaban seis semanas y no podía con la emoción que me consumía por completo. Queríamos conocer todo de él, y darle todo nuestro amor.

No queríamos nanas para cuidarlo todo el día, no queríamos que otra persona lo bañara o cambiara o hiciera cualquier cosa de las que nosotros podíamos encargarnos.

Él incluso dormirá en nuestra recámara, no estábamos muy conformes con la idea de que tenga la suya propia. Primero porque es nuestro bebé, nuestro pequeño, por eso es que lo queremos cerca de nosotros, así Claire podría alimentarlo y arrullarlo si es que llora en las noches, y luego yo podría encargarme de sacarle los gases y dormirlo para que ella pueda volver a descansar como la reina que es. Segundo, era porque estábamos en guerra, y no dejaríamos que estuviera lejos de nosotros.

Por Terra, es que ya me imagino a Claire con nuestro hijo en brazos, calmándolo y susurrándole lo mucho que lo ama. Es la imagen más gloriosa en mi mente.

Era nuestro niño y queríamos ser sus papás de lleno.

Estaba algo desesperado, así que sin detenerme a pensarlo mucho, abrí un ojo para observar a Claire, que se mantenía serena, con los ojos cerrados, pero haciendo pequeñas caricias en mis manos.

La Guerra {Elementales II}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora