El presente

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De vuelta aquí estoy,  mirando como todos se mueven a un ligero paso que los lleva a su destino. Unos apurados por el tiempo y el reloj que les indica que ya es hora de entrar a clase; otros caminan para encontrarse con alguien, con su amor, un maestro para rogarle que puedan entregar la tarea más tarde de la fecha acordada.
Las gotas caen sobre mi cuerpo, no me importa pues ya estoy mojada por mis propias lágrimas,  anhelando algo que no tengo, una cosa que sólo me lastima.
No lo entiendo, aún no, ¿cómo es que he sido tan estúpida para no darme cuenta?, ahí estaba la respuesta cuando yo le hice cuestiones, cuando yo le pregunté que si me quería y él sólo respondió "¿por qué me tienes que preguntar eso ahora?", es que quizás sentía lástima al escuchar los sollozos que soltaba mientras escondía mi cara en su pecho, el único lugar que me daba tranquilidad, el lugar que calmaba a esta alma indomable.
Es confuso, ¿cómo pudo dejar de sentir de la nada?, si yo estaba segura que él sentía más de lo que yo por él.  Al fin lo supe, cuando sólo después de cansarse de oír mis palabras que decían "vuelve" pero disfrazadas,  al escuchar ese "es que, ¿por qué no lo olvides y ya?", me dio coraje, ultrajo todo, en pocas palabras me trató como alguien equis, y después de eso cambió mi mundo; no por seguir lo que el mencionó,  sino porque me di cuenta que el equis aquí era él y su vacío amor,  que yo estaba dando todo sin recordar que él que tenía que estar ahí luchando eras tu Ricardo,  no yo.
Inútil estúpido, no sabes cuanto te odio.

Punto finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora