El día que supe lo que sentías por mi

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Te extraño, pero no te quiero de regreso, sólo quiero que lo sepas, para que tengas en cuenta que te pienso, sin necesitarte a mi lado.

Te pienso constantemente, desde aquél día que te conocí, tal vez en 6 años saliste de mi mente por algunos momentos, pero siempre estuviste ahí.

Esperé por mucho tiempo a que te fijaras en mi, era más sencillo tener la esperanza y la ilusión de algún día enamorarte, a haberte enamorado y que me hayas olvidado.  

Aún pienso en ese día en el que me enteré de lo que sentías por mi. Era la reunión de tu cumpleaños y me invitaste, fue la primera vez que entré a tu casa, puedo sentir la alegría con la que me recibieron porque pensaron que no iría. Algunas cosas vienen a mi mente mientras relato esto, tu mamá que por cierto nunca le caí bien, tu papá que aunque no lo sea siempre lo miraré como un "querido suegro" me cae bien lo confieso. Estan pasando por mi mente las imágenes de ese día, fue un miércoles, hubo hamburguesas y muchos amigos y felicidad. 

Y así pasó, todo fue normal, pero llegó ese momento en el que Fernanda bajó de donde estabas tú (las escaleras) y me dijo todo, mencionó que te gustaba yo y yo no lo podía creer, tú en ese momento me habías dejado de gustar pero cuando supe todo eso cambió, entré en conflicto para finalmente tomar la decisión de amarte. Fer era mi mejor amiga, ahora es la tuya solamente, y a ella fue a quien se lo contaste mientras estaban solos en tu casa.

Después de saberlo fui hacia donde estabas tú, platicabas con Diana sobre si era bueno decirme la verdad o no, pero ya la sabía y cuando te vi comenzaron por primera vez esas ganas de entregarte el corazón, y lo hice, asi fue en ese día.

Todos lo recordarán, nuestros amigos, cuando jugábamos a la casita del terror, una tradición que confieso no se como empezó entre ustedes, en fin yo me uní a ella por primera vez ese día. Se trataba como siempre de formar equipos, el que asustaba y el asustado, así por turnos, estabamos en el mismo equipo y en la vez que nos tocaba ser espectadores del terror estuvimos en la oscuridad, y pasó, un dedo, luego otro, hasta entrelazar todos, tomarnos de la mano, aún sé como fue y puedo sentir ahora mismo la calidez de tu piel de niño, la calidez de tu amor.

Sabes, en mi memoria aún no acaba. Todavía seguimos tomados de la mano como aquél día, ocultando nuestro hermoso secreto bajo las sombras de la oscuridad, unidos y sonrientes por nuestro amor.

Punto finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora