Ven Aqui Y Amame | SunKi

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—Niki, ¿podrías, por favor, dejar de restregarte contra mi?

—Mmm no—gime y muerde el hombro delgado del Omega.

—Tu celo fue hace dos días.

—¿Y?

—Ash, párate o suéltame. Debemos ir a la escuela. Hoy es nuestro último día.

—Ve tú. Yo estoy harto de toda esa gente—se acomoda, soltando a Sunoo y abrazando su almohada.

—Vamos, Kinnie—lo mueve—. Por favooor.

—No.

—Cuento tres.      

—Hasta mil si deseas. No iré.

—Uno.

—Lárgate.             

—Dooos.

—Eres insoportable—se levanta, caminando al baño, con la risa de Sunoo siguiéndole por la espalda.

—Tres—el Omega cierra la puerta detrás de él.
              

Después de una larga ducha—compartida—, ambos salen y se visten para su último día de preparatoria.

—Estoy feliz y triste a la vez—Sunoo junta sus manos, caminando por los pasillos, mirando a todos lados.

—Odio a todos, así que estoy feliz—a su lado, Niki dice.

—No puedes ser tan agrio, Niki—le da su mochila porque su espalda ha comenzado a doler—. Deberías apreciar a la gente que Dios pone en tu camino.

—Aprecio más a la que me quita—abre su casillero, masticando el chicle que el castaño le dio en el autobús.

—Ugh, no seas así—hace un puchero.

—Soy así, lo siento, no puedo cambiar.

—Bueno—encoge sus hombros, sacando un chocolate de su mochila—. ¿Irás al trabajo hoy?