Cosas buenas, cosas malas y cosas sin sentido, es lo que todos llegamos a vivir tarde o temprano y para Nox esto no es una excepción.
Amores y guerras de tiempos inmemorables.
Tomar decisiones correctas esta en ella. Seguir y continuar o no tomar ri...
Kieran y Nox se encontraban en la acera de su casa. Todo el trayecto la habían pasado casi en silencio, si no hubiera sido por Kieran que preguntaba cosas triviales de vez en cuando.
— No es necesario, pero gracias por la oferta.
— Si cambias de opinión puedes llamarme - al igual que hizo Blake, sacó un bolígrafo y escribió su número en el yeso de Nox, justo arriba del número de su hermano.
— Lo tomare en cuenta - respondió Nox, quien se encontraba algo cansada por todo lo ocurrido del día.
— Hasta mañana Nox - se despidió tomando su mano sana y dándole un beso en la parte superior de ella. Se dirigió a su auto y partió.
¿Que acaba de pasar?
Ella se quedó ahí, parada, anonadada, sin saber que hacer.
¡Le había dado un beso en la mano!
¡Y ella no había hecho nada al respecto!
Pero que demonios te esta pasando Nox, no dejes que un desconocido haga eso por dios santo, se regaño mentalmente.
Al entrar a casa se había percatado de que no había nadie ahí.
— Que demonios Gal, es como si viviera sola - hablaba en voz alta, hasta que escuchó un ruido proveniente de la cocina.
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Ella se acercó sigilosamente, sabía que no era Gal, porque su amiga habría hecho más que que un solo ruido.
Ya en la cocina, vio que no había nadie, pero justo cuando estaba por marcharse un plato cayó al suelo, causándole un susto de infarto.
Fue hasta donde se hayaba el plato hecho pedazos. Se arrodilló a recoger las piezas esparcidas por el suelo.
Y de repente ella solo se encontraba aturdida. Alguien la había lanzado con mucha fuerza contra uno de los estantes de la cocina. Su espalda había golpeado con mucha fuerza el objeto que le había quitado el aire por unos segundos hasta que pudo recuperarse.
Aquella sombra que la había atacado hace una semana estaba ahí, parado, observándola, o eso pensó Nox, ya que aquella cosa no tenía rostro.
Nox comenzó a gatear hacia la puerta, pero la sombra iba tras ella. La agarro del tobillo y la lanzó hacia otro lado de la cocina.
A duras penas Nox logró ponerse de pie, empezó a tomar cualquier objeto a su alcance y a su vez lanzarla hacia ese ser.
Ollas, sarténes y platos iban y venían, pero nada parecía lastimar a esa cosa.
Nox trató de correr nuevamente, pero no logró llegar lejos, la cosa la había tomado por el pelo. Nox grito de dolor, había sentido un dolor punzante por todo el cuero cabelludo. Ella gritaba y trataba de soltarse del agarre de aquella cosa que ya la tenía harta.
